(CNN) – Son criaturas pequeñas, similares en aspecto a los ratones, conocidas por maratónicas sesiones de apareamiento que pueden durar hasta 14 horas. Y eso puede ser el fin de su especie.
El gobierno de Australia ha agregado dos especies de antechinus —conocidos como antequinos o ratones marsupiales dentones—, el negro de cola negra y el de cabeza plateada, a su lista de especies en peligro de extinción, y asegura que el sexo los está matando.
Durante la temporada de apareamiento, que dura varias semanas cada año, los machos y las hembras se mueven frenéticamente de un ejemplar a otro. No hay cortejo, solo sexo, con tantas parejas como sea posible.
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“Literalmente se convierten en un marsupial zombi”, dijo Jeff Corwin, experto en vida silvestre y presentador de televisión, a CNN.
Los machos solo viven alrededor de un año, y las hembras viven hasta tres años, pero, por lo general, ambos mueren después de que nace una camada.
Así que, aunque la fornicación de horas incluye tanto a machos como a hembras, solo los machos producen testosterona, dijo Andrew Baker, jefe de un equipo de investigación que ha descubierto cinco nuevas especies de antechinus desde 2012.
Los altos niveles constantes de testosterona evitan que la hormona del estrés, el cortisol, se reduzca. En algún momento, el cortisol llega a niveles tóxicos y causa un mal funcionamiento del sistema inmune del animal. El animal luego sufre una hemorragia interna y muere.
No es solo sexo
Una especie que purga la mitad de su población adulta cada año ya se encuentra en una situación vulnerable, pero el antechinus también padece la presión de los humanos.
“El antechinus hace lo que ha venido haciendo por millones y millones de años. Esta estrategia de ser muy, muy activo sexualmente y muy competitiva con los machos que llegan para llevarse a su hembra, esto no es nada nuevo para esta especie”, dijo Corwin.
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“No es demasiado sexo. Lo que está matando a la especie es la pérdida de hábitat, el cambio climático, y quizás el mayor impacto sean las especies de depredadores invasores, como perros, gatos y ratas. Están mandando a esta especie a la extinción, y esta especie, como nos muestra, solo quiere pasar un buen rato”, agregó.
Baker dice que podrían existir tan pocos como unos cientos de ejemplares de cada una de las dos especies. Para salvarlos, cree que los humanos necesitan llevar el antechinus al sur de Australia, donde hace más frío. Pero los investigadores no están seguros de cómo llevarlos a esas áreas.
Entonces, ¿qué pasa si los investigadores intentan separar a los machos y las hembras? Baker dice que los machos solo sobrevivirían si los machos y las hembras estuvieran en aislamiento total y solo si las hembras fueran introducidas de a una por vez.
En un experimento, los machos castrados sobrevivieron, pero eso no beneficia la reproducción.
“La vida es increíblemente valiosa”, dijo Corwin. “Es milagrosa la manera en que se sobrevive. Y el antechinus lo ilustra, pero lamentablemente, está siendo presionado al borde de la extinción. Podemos perder esta especie antes de que sepamos cuál es su gran valor natural”.
La muerte por sexo puede parecer contraproducente para la supervivencia de una especie, pero muchos animales han evolucionado en su comportamiento para maximizar la reproducción. Otro ejemplo: las serpientes de liga, que participan en orgías masivas y enrevesadas, por lo que los machos envejecen más rápido y mueren antes. Diviértete buscando su caso en Google.