Nota del editor: Camilo Egaña es el conductor de Camilo. Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivas del autor.
(CNN Español) – Cuesta encontrar la palabra justa y el tono atemperado para escribir de ciertas personas y de ciertas conductas en los Estados Unidos de hoy.
La actriz estadounidense Roseanne Barr, tras la fulminante cancelación de su serie en la cadena de televisión ABC por un tuit racista, ahora dice que escribió y publicó el mensaje bajo los efectos de una pastilla para dormir y reitera su arrepentimiento. La farmacéutica que produce la pastilla asegura que el racismo no es un efecto secundario de ese medicamento.
Roseanne Barr, una comediante seguidora de Trump, se había referido a una exasesora de Obama, una mujer de origen iraní, como descendiente de los Hermanos Musulmanes y del Planeta de los Simios por su tez oscura.
El presidente Donald Trump en su cuenta de Twitter, arremete contra Disney-ABC Television Group, tras la cancelación del programa, porque según Trump, la televisora jamás se ha disculpado por los comentarios “horribles” que sobre él emite. Y escribe la palabra horrible en mayúscula que es como si alguien gritara en las redes sociales. Ya saben ustedes, cuestión de estilo. Marca de la casa.
No creo que nadie en su sano juicio esperara que Trump criticara el chiste racista de la actriz. Cuando el remake de la serie debutó en abril con 18 millones de televidentes, Trump intentó robarse el show, felicitó a la protagonista y aseguró que el programa “habla de nosotros”.
Con ese “nosotros” el mandatario aludía a una familia humilde y trabajadora que hace malabares para llegar a fin de mes.
Un predicador evangelista del sureño estado de Louisiana en Estados Unidos, está pidiéndole a sus fieles que le echen una manito para comprarse el que sería su cuarto jet privado.
Jesse Duplantis necesita US$ 54 millones y asegura que Dios quiere que él disponga de su avión para seguir predicando el evangelio de la prosperidad. Una doctrina que los evangelistas más serios y honestos critican porque según dicen, nada tiene que ver con el cristianismo y con lo que Jesús predicaba.
Por cierto, el pastor —sin inmutarse y a modo de explicación— dijo que “si Jesús estuviera físicamente en la Tierra con nosotros hoy, no iría en burro como en los tiempos bíblicos”.