(CNN) – A medida que los informes conmemorativos del 32º aniversario de la “Mano de Dios” salieron en la prensa, Diego Maradona levantó una vez más su brazo izquierdo, solo que esta vez para limpiarse las lágrimas.
Argentina había sido completamente humillada por Croacia por 3-0 en el campo de Nizhny Novgorod ante sus ojos y de repente la amenaza de una salida en la fase de grupos para la dos veces campeona de la Copa del Mundo parecía muy real.
El técnico Jorge Sampaoli paseaba furiosamente arriba y abajo por la línea de banda. Lionel Messi, con la cabeza entre las manos, se quedó completamente quieto. Se suponía que no debería terminar así.
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Después de un empate contra los debutantes de Islandia, los contendientes dependen ahora de una victoria contra Nigeria la próxima semana, con otros resultados en su camino, solo para clasificarse para la segunda ronda.
No pasaba desde 1974 que Argentina no hubiera ganado los dos partidos iniciales; y desde que perdió 6-1 contra Checolosvaquia en 1958 que la Albiceleste no había sufrido tal derrota en un grupo.
Croacia, por el contrario, ha llegado a la ronda 16 de un Mundial por primera vez desde 1998.
Sampaoli se vio reducido a pedir a los fanáticos su “perdón” después del partido, alegando “plena responsabilidad” y reconociendo que sus jugadores estaban “emocionalmente destrozados”.
El exentrenador de Chile llegó a decir que estaba igualmente “muy herido” y confundido a la hora de explicar por qué sus jugadores “simplemente no podían” encontrar cómo darle el balón a Messi, que solo tocó la pelota 49 veces durante el partido.
“Messi es nuestro capitán, él lidera el equipo y simplemente no podíamos pasarle a él para ayudarlo a generar las situaciones a las que está acostumbrado”, dijo Sampaoli. “Trabajamos para darle la pelota, pero el oponente también trabajó duro para evitar que recibiera la pelota. Perdimos esa batalla”.
“Una enfermedad profunda”
Messi, que es el máximo goleador de todos los tiempos en Argentina, no ha encontrado la red durante seis partidos consecutivos (647 minutos) en torneos de la Copa del Mundo, una carrera que se remonta a las etapas de grupos de 2014.
En Argentina, Messi y Sampaoli fueron los chivos expiatorios.
Clarín, el periódico más grande de Argentina, calificó al capitán talismán del equipo como “una sombra” en la derrota y escribió que parecía tener “una daga en el alma”.
Según los reportes, un presentador de Crónica TV formuló la pregunta: “¿Messi está mejor en la Playstation que en la vida real?”
La Nación se reservó sus críticas para Sampaoli, argumentando que el equipo estaba sin “espíritu y guía” y en medio de una “enfermedad profunda”.
El legendario centrocampista Osvaldo Ardiles lo calificó como el “peor escuadrón en la historia de Argentina” y calificó a Sampaoli de “arrogante” e “ignorante”.
“Incluso teniendo el mejor jugador del mundo, no pudo formar un equipo competitivo”, tuiteó el ganador de la Copa Mundial de 1978.
“Plan A de Sampaoli: Dale la pelota a Messi y espera un milagro. Si el Plan A no funciona, Plan B. Errr. No hay un plan B. Mucho menos Plan C o D.”
Ardiles llegó a decir que el “prestigio” obtenido al levantar el trofeo en dos ocasiones había sido “arrojado por la borda” y pidió a los jugadores más experimentados que se disculparan.
Solo un hombre estaba exento de críticas: Messi.
“Todo el declive argentino de los últimos años fue disfrazado por este genio incomparable [y] tenemos la suerte de que nació en Argentina”, escribió Ardiles. “Pero incluso él fue demasiado al final del día”.
El periódico deportivo Olé llamó al equipo, que ha perdido tres finales principales consecutivas, “Caballeros de la angustia”, un juego de palabras con el apellido del portero Willy Caballero. El tremendo error de Caballero le dio a Croacia su primer gol y Argentina nunca se recuperó.
¿De quién fue la culpa?
La pregunta de apertura de la conferencia de prensa marcó la pauta: un miembro de los medios le dijo a Sampaoli que “40 millones de argentinos” lo responsabilizarían por seleccionar a Caballero, quien debutó a principios de este año a la edad de 36 años cuando el habitual Sergio Romero se lesionó su rodilla.
“Yo soy el que necesita tomar la decisión final”, dijo Sampaoli. “La derrota es mi responsabilidad porque soy el entrenador”.
“Si hubiera hecho las cosas de manera diferente, las cosas podrían haber salido mejor. No creo que sea correcto cargar a Caballero”.
En cambio, Sampaoli pareció culpar a la abyecta actuación de Argentina por las fallas de la escuadra en su conjunto, lo que sugiere un abismo en la calidad entre Messi y sus compañeros de equipo.
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“Creo que Cristiano es un gran jugador, pero en este momento no deberíamos comparar a estos dos jugadores”, dijo el entrenador, cuando se le pidió que compare las contribuciones de los portugueses Ronaldo y Messi en Rusia 2018 hasta el momento. “La realidad de la escuadra argentina nubla la brillantez de Leo”.
Esos comentarios no cayeron bien al delantero argentino Sergio Agüero, el único jugador de la nación en anotar hasta ahora en este torneo, pero que fue sustituido después del primer gol de Croacia.
Informado de los comentarios de Sampaoli por parte de los medios de comunicación después del juego, Agüero respondió lacónicamente: “Deja que diga lo que quiera” antes de irse intempestivamente.
Los rumores de descontento dentro del equipo ya están circulando en los medios argentinos, pero por ahora los jugadores deben hablar en el terreno de juego.
Como lo expresó Clarín, “ahora, a vencer a Nigeria y rezar”.