(CNN) – Los esfuerzos de la familia de Ana Frank para emigrar a los Estados Unidos se vieron frustrados por “la burocracia de Estados Unidos, la guerra y el tiempo”, dicen los historiadores.
Una nueva investigación conjunta entre la Casa de Ana Frank y el Museo Conmemorativo del Holocausto de EE.UU. indica que la familia solicitó dos visas estadounidenses y que el padre de Ana, Otto Frank, solicitó una visa cubana. Pero estos esfuerzos fueron socavados por funcionarios de inmigración sospechosos y escépticos, eventos de guerra y obstáculos burocráticos interminables en Estados Unidos y en Europa.
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“Me veo obligado a buscar la emigración y, por lo que puedo ver, Estados Unidos es el único país al que podríamos ir”, escribió Otto Frank en una carta a un amigo que vivía en Nueva York.
Ana tenía 13 años cuando se ocultó de los nazis con su familia en la “casa de atrás”, un enclave oculto en la parte trasera de la antigua oficina de su padre en Amsterdam, Países Bajos. Después de que su familia fuera arrestada por la Policía secreta alemana en 1944, fue llevada a un campo de concentración en Bergen-Belsen, donde murió poco antes del final de la Segunda Guerra Mundial.
Ella mantuvo un diario durante todo su tiempo en la clandestinidad, y después de su muerte, su padre lo publicó en 1947. El libro sigue siendo uno de los más leídos del mundo, y transformó a una niña que había perecido en el Holocausto en un potente símbolo. Una versión en inglés, “The Diary of a Young Girl”, se publicó en 1952.
Basándose en nuevos documentos y entrevistas, los historiadores de los museos dijeron que la familia al parecer recolectó numerosos documentos alrededor de 1938 y presentó solicitudes de visa en el consulado de Estados Unidos en Rotterdam, Holanda, el único en el país que expedía visas.
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Pero el consulado fue destruido en 1940 durante un bombardeo alemán mientras la familia esperaba una respuesta.
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Cuando se reabrió el consulado, a la familia no se le negó la entrada Estados Unidos, sino que su solicitud nunca fue procesada, señalan los nuevos hallazgos.
Otto Frank comenzó de nuevo a recopilar la documentación necesaria para sus visas e incluso le pidió ayuda a su amigo en Estados Unidos para acelerar el proceso pero, una vez más, la guerra intervino y su esfuerzo fue interrumpido.
Con la invasión alemana de Europa occidental, las solicitudes se dispararon. Las normas de inmigración se volvieron más estrictas y, finalmente, el consulado estadounidense en Países Bajos y los de la Europa ocupada por los alemanes fueron cerrados en represalia por el cierre de las oficinas diplomáticas de Alemania en EE.UU.. Además, la opinión pública estadounidense no estaba a favor de más inmigrantes, especialmente de Alemania. Esto se debió en parte a la sospecha de infiltración de espías.
Otto Frank luego dirigió su atención a Cuba, donde esperaba usar la admisión a la isla como un “trampolín hacia Estados Unidos”, dice el nuevo informe.
Esa solicitud fue cancelada más tarde, cuatro días después del bombardeo de Pearl Harbor.
“Aquellos que buscan escapar de la persecución nazi en Europa, como las familias de Otto Frank y Hermann van Pels, tuvieron que superar los mismos obstáculos burocráticos que otros inmigrantes”, escribieron los historiadores.