(CNN) – Cada domingo las calles de Bogotá hacen eco del zumbido de los ciclistas que se abren camino a través de las ciclovías de la ciudad.
Desde mediados de la década de 1970, la capital colombiana le ha cerrado más de 100 kilómetros de sus vías a los vehículos motorizados para que por ellas circulen ciclistas, patinadores o corredores durante el fin de semana. Esta iniciativa ha sido llamada “el evento de recreación más exitoso del mundo”.
El ciclismo está muy arraigado en la cultura colombiana, una nación conocida por su obsesión con el deporte. Es una pasión que ha ayudado a criar a varios contendores —uno de los más famosos, Nairo Quintana— para el Tour de Francia, la carrera más importante del calendario de ciclismo que inicia el 7 de julio este año. La edición 105 del Tour empieza en la región de Vendée en el oeste de Francia.
La clave para las potenciales ganas de un ganador del Tour es la habilidad de sortear las etapas de montaña en los Alpes y en los Pirineos. Y las regiones montañosas de Colombia proporcionan un ambiente perfecto para el entrenamiento.
Además de Quintana, Colombia tendrá una gran cantidad de jinetes qué animar en el Tour, especialmente Rigoberto Urán, que llegó de segundo en el Tour de 2017 y también fue segundo en el Giro d’Italia en 2013 y 2014. Darwin Atampuma, Egan Bernal (ganador de dos etapas y de la clasificación general del Tour de California este año), Fernando Gaviria y Daniel Martínez también estarán allí.
Miguel Ángel López, que quedó tercer en el Giro d’Italia de 2018, Sergio Henao (ganador de la etapa París-Niza en 2018), Winner Anacona y Jarlinson Pantano no participarán este año en el tour, pero son otros famosos ciclistas profesionales que dan una sensación de la profunda fuerza que tiene este deporte en el país sudamericano.
En 2014, Quintana, de 28 años, se volvió un tesoro nacional luego de ganar el Giro d’Italia y la Vuelta España en 2016.
Cuando vas montando bicicleta en cualquier vía colombiana, los transeúntes te saludan y te dicen “¡Vamos Nairito!”.
Frente a la casa de sus padres en Cómbita, Boyacá —donde ellos aún trabajan en una pequeña tienda familiar— fueron construidas dos grandes estatuas de Quintana montando su bicicleta.
‘Yo fui uno de los que lo llevó a Europa y lo entrenó para competir’
Luis Fernando Saldarriaga, que en Colombia es conocido como el “Rey Midas del Ciclismo” fue el entrenador de Quintana antes de que se volviera profesional.
Saldarriaga también entrenó a Esteban Chávez, que quedó de segundo en el Giro de 2016 y tercero en la Vuelta a España en 2016. Bajo la guía de Saldarriaga, tanto Quintana en 2010 como Chaves en 2011 ganaron el Tour de l’Avenir, un “mini Tour de Francia” para jóvenes ciclistas.
“Ambos vinieron a un programa de reclutamiento en el que se rastrearon sus factores físicos, psicológicos y fisiológicos”, le dijo a Deportes CNN Saldarriaga, que ahora es entrenador del equipo nacional Manzana Postobón.
“Durante cinco años Chaves estuvo bajo mi preparación y yo fui el que lo llevó a Europa a entrenar y competir”, agregó Saldarriaga.
“Él era inteligente, con un buen motor. Nairo mostró un extraordinario VO2 (volumen de oxígeno procesado en el cuerpo que usualmente es clave para establecer el “motor” de un corredor de resistencia) y una recuperación con un rango inusual”, agregó sobre Quintana.
“También tenía una potencia por kilogramo que establecía una referencia para todo el mundo”, agregó el entrenador, refiriéndose a otro indicador clave: la relación potencia/peso de un ciclista.
Sin embargo no es solo la resistencia física lo que hace a los ciclistas colombianos tan competitivos, según Saldarriaga.
“El amor colombiano por el ciclismo viene de un factor motivaciones intrínseco, donde el amor por la familia —y a veces la presión del ambiente social— hace que los jóvenes se atrevan a aprender la disciplina”.
Desde su éxito con Quintana y Cháves, Saldarriaga tiene mucha demanda de campesinos y agricultores de varias partes del país que quieren que él entrene a sus hijos.
“Como ellos insisten a veces elijo algunos corredores y los selecciono con pruebas, pero tienes que seleccionar solo a los mejores”, dice.
Colombia cría súper escaladores
El exciclista y ganador del Tour de Gran Bretaña en 2014, Mauricio Ardila, dice que las altas montañas de Colombia en las regiones de Boyacá y Antioquia, ayudaron a criar a los escaladores colombianos de las décadas de 1980 y 1990, como Lucho Herrera y Fabio Parra.
“En esos años había grandes equipos y corredores emblemáticos que se quedaron grabados en los recuerdos de los colombianos”, dice Ardila, que ahora es director deportivo del equipo de ciclismo Orgullo Paisa.
“Siempre tuvimos la ilusión de tener resultados en las mejores carreras del mundo, pero teníamos que esperar y ahora es el momento. La Federación Nacional también es muy importante en este proceso y ha motivado a muchos jóvenes a convertirse en profesionales”.
Pero los colombianos no solo se han destacado en las montañas. Desde 2015 también han sido exitosos en sprints de grupos, una disciplina que requiere una capacidad física diferente y horario de entrenamiento.
Uno de los más notables en sprints es Fernando Gaviria, que ganó cuatro etapas del Giro d’Italia en 2017 y tiene otra cantidad de victorias profesionales en su haber.
Si una histórica primera victoria general en el Tour de Francia para Colombia puede estar a la vuelta de la esquina, también está pendiente de la próxima ola de ciclistas colombianos.
Entre ellos están Andrés Higuita (de 20 años), Jhojan García (20), Hernán Aguirre (22) e Iván Ramiro Sosa (20) por las clasificaciones generales, así como Wilmar Paredes (22) de un Clásico de un día, Juan Sebastian Molano (23) para los sprints y Álvaro José Hodeg (21) en los sprints y en carreras de un día.
Ellos son los colombianos Rápidos y Furiosos.