(CNN) – Estás radiante por la gran noticia: un bebé empezó a crecer dentro de ti. Pero, a medida que tu barriga crece, también aumenta la lista de cosas extrañas que tu cuerpo podría hacer de repente: pelo en los lugares menos esperados, robar tu memoria, dejarte con un aliento de vampiro y hacer que eructes sin ningún aviso previo. ¿Qué está pasando?
“La regulación de tu sistema inmune es diferente”, explicó la ginecobstetra Suzanne Gilberg-Lenz. “Tus niveles de hormonas son obviamente muy distintos, incluso tu consumo de oxígeno es diferente. Todos esos cambios hacen que un montón de cosas extrañas sean posibles”, concluyó.
Dime Rapunzel
Tus encantadores mechones nunca se verán tan bien como en el embarazo: crecerán muchísimo y de manera abundante por la descarga de hormonas. Pero, el lado malo es que repentinamente tendrás pelo en sitios que no preferirías de ninguna manera.
“El vello púbico puede crecer largo y esponjoso y eso puede asustar a algunas mujeres”, indicó Gilberg-Lenz. “También podrías ver pelo no deseado en tus labios, barbilla y mejillas, así como más vello del normal en tus brazos, piernas, espalda y abdomen”.
Unos meses después de dar a luz o dejar de amamantar, ese pelo bienvenido y no deseado irá desapareciendo a medida que tus hormonas vuelvan a la normalidad.
Línea negra, manchas en la piel y acné (¡oh no!)
A muchas mujeres, especialmente aquellas con piel oliva, “les puede salir una línea loca hacia abajo en la mitad del vientre, que puede oscurecerse bastante”, advirtió la ginecobstetra.
Llamada línea negra, Gilberg-Lenz explicó que es “básicamente una huella embrionaria, un recuerdo de donde se unió tu piel cuando eras un embrión”.
Ahora, los cambios de pigmentación en tu cuerpo pueden crear más que una especie de cremallera en el centro del vientre. La piel de la cara puede volverse más oscura y provocar “la máscara del embarazo”, llamada melasma. Esto suele ocurrir en el área del bigote, la frente y las mejillas. También es posible que las areolas alrededor de tus pezones se oscurezcan.
Y sí, hay más inconvenientes: el acné puede regresar durante el embarazo debido a las hormonas que estimulan un aumento del aceite en la piel.
La verdad sobre las estrías
Las estrías son uno de los cambios más comunes y menos deseados que ocurren en la piel mientras gestas un bebé. De hecho, incluye un componente genético: si tu mamá las tuvo, es probable que tú también.
“Es una predisposición genética hormonal”, señaló la dermatóloga Cynthia Abbott, “y la gente odia oír eso. Tu mejor opción es mantener la piel hidratada porque la piel seca puede empeorarlas”, apuntó.
Por eso, Abbott sugirió usar cremas hidratantes básicas con la menor cantidad posible de ingredientes para evitar irritaciones o sarpullidos. Es más, advirtió que podría volverte alérgica a las cremas que has usado durante años.
Las PUPP (y no son nada agradables)
Hay una especie de erupciones en la piel que resulta mucho más grave: las llamadas pápulas urticarianas pruriginosas y placas de embarazo, o PUPP por sus siglas en inglés. Y suelen aparecer durante el tercer trimestre en el tronco o en los senos como pequeños bultos que pican y que se unen en una erupción más grande. También podría extenderse a los muslos y la parte superior de los brazos.
Aunque las PUPP no son peligrosas si “podrían volverte loca”, dijo Gilberg-Lenz. “Es una comezón impresionante, simplemente horrible. Las mujeres pueden pasar noches enteras en vela por esa picazón y no hay nada que hacer a excepción de una crema contra el comezón. Tampoco va a desaparecer hasta que des a luz, de hecho, suele aumentar después del parto y se demora otras seis semanas en disminuir”.
Algunos de los remedios caseros para tratar estas erupciones incluyen baños con avena o bicarbonato de sodio, compresas frías y gel de aloe vera después del baño.
Vagina “azul” y hemorroides
¿Vagina “azul”? Sí, leíste bien. La vagina, el cuello uterino y la vulva, que son los labios alrededor de la vagina, pueden adquirir un tono azulado al principio del embarazo debido al aumento de flujo sanguíneo en la zona.
Igual que las venas várices en las piernas, la presión del bebé también puede causar que las venas del área vaginal se hinchen y sean visibles. El problema suele empeorar a medida que el bebé crece. ¿El tratamiento?
“Existen todos estos locos dispositivos locos en línea”, dijo Gilberg-Lenz. “Puedes comprar lo que es básicamente una suspensorio deportivo para niñas, que resulta útil porque necesitas hacer una contrapresión para mantener controlada la hinchazón. Solo imagina si tuvieras una hemorroide en tu vagina. Es muy doloroso”, completó.
Hablando de hemorroides, estas son provocadas por el mismo aumento en el flujo sanguíneo que causa las venas várices en la vagina y las piernas. El estreñimiento y el pujar solo las empeora. Aunque, este es un efecto por el que te debes preocupar en el segundo o posteriores embarazos.
Pies más grandes
Tus pies podrían hincharse por la retención de líquidos y el aumento de peso, pero también es posible que crezcan de largo. Muchas mujeres se sorprenden al ver que la talla de sus zapatos aumentó después del parto.
¿Por qué? “Estás produciendo hormonas que les permiten a las articulaciones relajarse durante el embarazo para ayudar a la pelvis a acomodar al bebé y permitir el parto”, indicó la ginecobstetra Katherine Babaliaros. “Pero esto también lleva a que los arcos de tus pies caigan y el pie se alargue entre 2 y 10 milímetros”. ¡10 milímetros toda una talla más de zapatos!
La laxitud en las articulaciones y el flujo sanguíneo también pueden sorprenderte de otras maneras. Por ejemplo, tus dientes podrían cambiar y ciertamente serán más sensibles, al igual que las encías que pueden hincharse o sangrar después de cepillarte. Tener una buena salud dental durante el embarazo es imprescindible, pues estos cambios te hacen mucho más susceptible al deterioro de las encías o a la gingivitis.
Flatulencia y otros innombrables
Dejar escapar viento cuando ni siquiera sabías que estabas a punto de hacerlo es una de las desafortunadas realidades del embarazo. Y puedes culpar de eso, dijo Babaliaros, a la alianza de las hormonas de la progesterona y relaxina.
Ella explicó que el combo está diseñado para evitar que el útero se contraiga cuando no debe hacerlo, “pero también puede aflojar el músculo del esfínter alrededor de la salida de tus gases, lo que dificulta controlar la flatulencia”.
Esas hormonas también relajan el esfínter esofágico inferior de tu estómago, causando esa acidez estomacal que afecta a muchas mujeres en la gestación. Agrega a eso la presión del bebé en crecimiento –que ralentiza la digestión– y tendrás una receta para hinchazón y los eructos. ¡Qué musical!
Vale la pena
Los cambios corporales durante el embarazo pueden ser desagradables, pero pregúntale a cualquier madre que esté hablando de su recién nacido: vale la pena. Hasta que ese bebé venga a levantar el ánimo, los expertos sugieren contactar a doctores y otras mamás para obtener apoyo. Si necesitas ayuda, buscaba cuánto antes.