(Expansión) – Una alternativa que tienen los artistas plásticos para no descapitalizarse y obtener reconocimiento de sus obras es pagar impuestos en especie. Esta posibilidad está abierta para los pintores, escultores, artistas que hacen grabados y fotógrafos desde 1994. Durante marzo y abril de este año, meses en los que se presentó la declaración anual 2017, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) registró el pago en especie de aproximadamente 1.200 contribuyentes que entregaron 1.600 obras.
Efraín Castro, artista con 30 años de experiencia bajo la corriente del arte figurativo y el cómic, fue uno de ellos. Él utiliza esta vía del pago de impuestos desde 2012. “Cuando no tienes las influencias o palancas para proyectar tus obras, lo único que puedes hacer es que tu trabajo hable por ti”, dice.
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Parte de las obras de Castro en acrílico y óleo pueden observarse en el Museo de Arte del Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y en la Terminal 1 del Aeropuerto. Este último es un mural de 2x160 metros que fue petición de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE).
“A través del programa Pago en Especie, los artistas plásticos adquieren renombre. (Este beneficio fiscal) no deben verlo solo como el pago de impuestos, pues sus obras estarán expuestas por la República Mexicana, además de que serán un legado nacional”, comenta Verónica Díaz Oliveros, administradora central de Destino de Bienes de la Administración General de Recursos y Servicios del SAT.
Los contribuyentes tienen dos maneras de saldar su deuda fiscal: la primera es acudir a las oficinas del SAT y llevar las piezas (pintura, escultura, grabado o escultura). Y la segunda es a través de donaciones a museos públicos o privados. No se aceptan obras industriales, cinematográficas, de diseño industrial o arquitectónico, especifica Díaz Oliveros.
El proceso que siguen las obras para ser aprobadas y tomadas en cuentas como pago de impuestos puede tardar varios meses. Pues cuando el contribuyente presenta su pago ante las oficinas del SAT, se someten a la revisión de un comité integrado por ocho expertos en artes plásticas, describe Díaz Oliveros.
“La obra debe ser representativa de la producción del artista plástico: tener las mismas características en tamaño y materiales de lo que normalmente vende. Además, los expertos también revisarán la trayectoria del artista y el reconocimiento que tenga su obra en su comunidad”, dice la funcionaria del SAT.
También se aceptan artesanías
A partir del 18 de julio del 2017 los artesanos, personas físicas, también pueden pagar sus Impuestos al Valor Agregado y Sobre la Renta con artesanías, explica Luis Alberto Placencia, subprocurador de Asesoría y Defensa del Contribuyente de la Procuraduría de la Defensa del Contribuyente (Prodecon).
Las artesanías deben cumplir cuatro requisitos: que los productos pertenezcan (en su elaboración o uso) a una tradición o identidad cultural con valor nacional o regional; que el material con el que estén elaborados sea, en su mayor parte, de origen natural y originario de la región que representan; que requieran complejidad en su elaboración distinta a cualquier proceso mecánico e industrial y que sean representativas (es decir, similares en tamaño y técnica a lo que se ha producido durante el último trienio), explicó el funcionario de la Prodecon.
El objetivo es que las obras y artesanías formen parte del acervo del Estado. Para su exhibición se sortean entre las dependencias y museos federales, estatales y municipales. Por lo tanto, dice Díaz Oliveros, las obras deben tener un análisis crítico de contexto sociocultural y un vínculo a la realidad nacional. “Ésta debe de ayudar a consolidar un acervo público, que se deje un legado a las futuras generaciones y sea de buena calidad”, explica Díaz Oliveros.
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Si se opta por la opción de la donación, quienes revisarán la autenticidad, materiales, estilo y trayectoria del artista serán los comités de curaduría de cada museo.
De esta manera, el artista presentará ante el SAT, al momento de hacer su declaración anual, un anexo en donde diga cuáles fueron las piezas que donó y una carta de aceptación por parte del museo que las recibió, explicando sus características en un “discurso curatorial”.
No todo es miel sobre hojuelas
Los requisitos son rigurosos, cuenta Efraín Castro, que en noviembre de 2017 recibió una notificación por parte del fisco en la que se le decía que su pago en especie no había sido aceptado.
La carta que le enviaron menciona que su arte no representa algo “importante o novedoso”, “no aporta al panorama cultural”, “no contribuye a consolidar un cuerpo sólido que permita a futuras generaciones conocer elementos conceptuales que identifiquen a una generación”.
“Todo esto le está dando un bofetón a mis 30 años de trabajo”, dice el artista, quien considera que estos conceptos son “ambiguos y generales”.
Pagó sus impuestos en especie
La Prodecon tomó el caso y logro que el SAT reconsiderara examinar de nuevo las seis pinturas que el artista entregó hace tres años para pagar los impuestos que generaron sus ingresos.
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Para el pago de impuestos en especie no se valúan las obras, sino que se paga por número de obras vendidas. Es decir, de una a cinco obras vendidas, se pagará con una pieza; de seis a ocho piezas vendidas, se pagará con dos; de nueve a 11, se entregarán tres al fisco; de 12 a 15 vendidas, se entregarán cuatro; de 16 a 20 se pagará con cinco obras y si el artista vende 21 o más, entregará seis obras.
En caso de que las obras no sean recibidas por el fisco, por no cumplir con las condiciones establecidas, el contribuyente tendrá una segunda oportunidad de presentar otras obras. Y si éstas no son aprobadas de nuevo, pagará los impuestos con dinero.
“El contribuyente tiene tres meses a partir de que se le notifica que no se aceptó su pago, para reemplazar las obras”, dice Díaz Oliveros.
En la Ciudad de México se pueden encontrar estas obras en el Antiguo Palacio del Arzobispado (Museo de Arte de la SHCP), la SRE, el Museo Nacional de Arte (Munal), el Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC) y el Museo Franz Mayer.
Este año, Efraín Castro optó por pagar impuestos a través de la donación de 30 pinturas a seis museos para pagar los ejercicios correspondientes a los años de 2017, 2018 y 2019.