(CNN en Español) – Un accidente cerebrovascular (ACV) ocurre cuando una parte del cerebro deja de ser irrigado con sangre y, con ello, deja de recibir oxígeno y nutrientes. Y es eso, un accidente. Un hecho tal vez prevenible, pero fortuito al fin y al cabo. La pérdida de la capacidad de mover las extremidades es una de las posibles secuelas que enfrentan las personas que lo han padecido, lo que les lleva a pasar por terapias físicas o fisioterapias.
El objetivo de las fisioterapias es recuperar el movimiento en las partes del cuerpo afectadas. Sin embargo, suele suceder que, en muchas ocasiones, estas no son seguidas con constancia por los pacientes. El psicólogo educacional Ricardo Navarro sostiene que ello se debe a la frustración que generan los ejercicios, lo que a su vez alimenta el desinterés y la resignación en muchos. Navarro es parte del equipo que ha venido desarrollando una solución que mantenga el interés de los pacientes en sus fisioterapias y que logren recuperarse. ¿Qué hicieron? Un videojuego llamado “A cuidar mi jardín”.
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Los videojuegos dejaron de estar solo relacionados al ocio y a lo lúdico. Brian Benavente, diseñador gráfico y parte del equipo multidisciplinario que desarrolló “A cuidar mi jardín” ahonda en ello y asegura que su uso va más allá de un pasatiempo. “Por ejemplo, con ‘Age of Empires’ muchos aprendieron sobre culturas y civilizaciones”, indica. “En otra línea están los exergames, videojuegos que permiten la ejercitación física y cognitiva de los usuarios y en esta línea se encuentra nuestro proyecto”, indica a CNN en Español.
¿Y por qué un videojuego?
Miguel Moscoso, uno de los fisioterapeutas que son parte del equipo de “A cuidar mi jardín” indica que la dinámica de los videojuegos involucra objetivos a lograr y desafíos que generan un interés en los usuarios. Esto, asegura, es opuesto a lo monótono y rutinario que puede significar una fisioterapia convencional.
“Lo que queremos es que la persona se sienta motivada a ir a sus fisioterapias y su componente lúdico invita a eso”, refiere Moscoso. Asimismo, asegura que este no es el único aspecto que el proyecto considera. “El sistema de salud público peruano suele estar saturado (…) y eso genera que el paciente solo pueda ir a recibir su fisioterapia dos veces por semana, cuando lo ideal es que la tenga todos los días”, recuerda. La disponibilidad de este videojuego permitiría la frecuencia necesaria para una recuperación óptima de los pacientes, detalla.
De acuerdo a información oficial citada por el Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica del Perú (Concytec), más de 1.575.000 peruanos tienen alguna limitación o discapacidad física o mental. De ellos, casi el 60% tiene dificultad para moverse o para usar sus brazos o piernas. A este público apunta este proyecto.
El usuario jardinero
El proceso de elaboración de “A cuidar mi jardín” incluyó entrevistas a pacientes que habían sufrido ACV y que estaban en procesos de recuperación, indican los profesionales. “Les preguntamos por los tipos de actividades físicas en que se sentían cómodos y, tras descartar varias, quedó la de jardinería”, refiere Navarro. “Recordemos que los pacientes son adultos y adultos mayores, y hallamos que muchos gustan de la jardinería y del cuidado de plantas”, Agrega Moscoso.
Es así que en “A cuidar mi jardín”, el usuario-paciente usa un traje con sensores y simula ser un jardinero que deberá mejorar los jardines de su ciudad. En cada una de las etapas, diez en total, deberá usar podadoras y aspiradoras con el movimiento de sus manos y torso. Estos movimientos serán exactamente los que realizaría en una fisioterapia convencional, pero que en el entorno del videojuego le permitirán cumplir con objetivos y superar cada una de las fases.
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Detrás de “A cuidar mi jardín” hay un equipo de ingenieros informáticos y mecatrónicos, fisioterapeutas, psicólogos y diseñadores industriales y de videojuegos. Trabajan en él desde 2015 y es uno de los cuatro proyectos que desarrolla el Círculo de Investigación Biomecánica y Deportiva, un grupo multidisciplinario compuesto por varias instituciones educativas peruanas. Y ganó un financiamiento por concurso de Concytec, una dependencia del Estado peruano que fomenta el desarrollo de la ciencia en el Perú.
“Ha sido toda una odisea hacer este proyecto”, reflexiona Navarro. Pero el esfuerzo ha valido la pena. Tras haber pasado las pruebas para su desarrollo, “A cuidar mi jardín” pronto será empleado en un hospital público de rehabilitación ubicado en el Callao, asegura el equipo.