(CNN) – El viernes santo de 1958 miles de personas se reunieron en Trafalgar Square, Londres, para protestar contra las armas nucleares. Era la reacción a una serie de bombardeos de prueba realizados por el Reino Unido, la tercera nación en unirse al club nuclear después de Estados Unidos y la URSS.
Durante los siguientes cuatro días los más valientes marcharon hacia Aldermaston, una pequeña aldea a 80 kilómetros al oeste de Londres, donde se diseñaban y almacenaban las armas nucleares británicas.
En los letreros y pancartas de los manifestantes, apareció por primera vez un nuevo símbolo. Gerald Holtom, diseñador y pacifista, lo había creado específicamente para la marcha unas semanas antes. Él creía que un símbolo daría fuerza al mensaje.
Y tenía razón: el símbolo fue adoptado poco después por la Campaña por el Desarme Nuclear y se convirtió en uno de los diseños más reconocidos en la historia.
“Es una obra maestra menor con un gran poder evocador. Habla claramente de una era y una sensibilidad. Es, simplemente, una buena pieza de época: una cosa ordinaria hecha extraordinariamente bien”, dijo el gurú del diseño y crítico cultural Stephen Bayley, en un correo electrónico.
Alfabeto semáforo
El diseño pretende representar las letras “D” y “N”, que significan “desarme nuclear”, tal como aparecen en el alfabeto semáforo, el sistema que usan los marineros para comunicarse a distancia mediante banderas.
Pero según su creador tiene otro significado. En una carta a Hugh Brock, editor de la revista británica Peace News, Holtom escribió: “Me dibujé a mí mismo: representando un individuo desesperado, con las manos extendidas hacia afuera y hacia abajo a la manera del campesino de Goya ante el pelotón de fusilamiento. Formalicé el dibujo en una línea y lo rodeé con un círculo”.
El símbolo ha sido objeto de varias interpretaciones diferentes desde su creación. “Todos los buenos diseños gráficos deben ser claros y capaces de aplicarse en diferentes medios. Pero este tiene la ventaja de una agradable ambigüedad semántica. Se puede leer de diferentes maneras: ¿un misil en el despegue?, ¿una persona que hace gestos desesperada?, ¿una referencia druídica?, pero elude la interpretación: es una cosa en sí misma”, dijo Bayley.
Ken Kolsbun, un historiador de los símbolos de paz, cree que la simplicidad del diseño influyó en su perenne éxito. “Un niño de 5 años puede dibujarlo. Es un símbolo tan poderoso con una suerte de atractivo hipnótico”, dijo en una entrevista telefónica.
Símbolo de paz
Kolsbun ha pasado décadas fotografiando el símbolo, comenzando en la década de 1960 en California. “Llegó en el momento correcto. También se siguió adaptando, como un camaleón, tomando diferentes significados para la paz y la justicia”, dijo.
“Es un diseño increíble. Las grandes corporaciones morirían por algo como esto, solo mira cuántas tienen sus logos en un círculo. No sorprende que algunas personas lo dibujen incorrectamente, sin la línea de abajo, e inconscientemente dibujen el logotipo de Mercedes”.
En Estados Unidos el símbolo fue utilizado por primera vez por los movimientos de derechos civiles. Probablemente fue importado por Bayard Rustin, un colaborador cercano de Martin Luther King Jr., que había participado en aquella marcha de Londres en 1958.
Al otro lado del Atlántico el símbolo perdió su asociación con el desarme nuclear y llegó a significar, de forma más general, la paz: “Los años 60 en Estados Unidos fueron principalmente antibelicistas. Yo ni siquiera sabía que significaba desarme nuclear”, dijo Kolsbun.
Cuando la guerra de Vietnam se intensificó a mediados de la década de 1960, el símbolo de la paz fue adoptado por los manifestantes contra la guerra y el movimiento de contracultura y saltó al estereotípico contexto de las combis de Volkswagen y las camisetas con lavado ácido. Deliberadamente libre de derechos de autor, viajó por todas partes, apareciendo en la antigua Checoslovaquia como un símbolo contra la invasión soviética, y en Sudáfrica para oponerse al Apartheid.
A medida que el símbolo ganó popularidad, también enfrentó la oposición. “Algunos realmente lo odiaban, como el grupo de extrema derecha John Birch Society. Sacaron una revista mensual y, en 1969, hicieron un artículo denunciando el símbolo, diciendo que era una señal del demonio. Ese texto se propagó por Estados Unidos y el New York Times lo recogió. Recibió tanta publicidad que algunas personas todavía lo ven como un símbolo satánico después de todos estos años”, dijo Kolsbun.
Al revés
Kolsbun y Holtom coincidieron en 1975, cuando el primero estaba investigando para un libro que finalmente se publicaría en 2008, marcando el 50 aniversario del símbolo.
“Tenía muy buenas ideas y me compartió algunos de sus bocetos personales. Era una persona dedicada. Sabía bien su oficio. Era un tipo muy inventivo”, contó Kolsbun.
Según Kolsbun, Holtom había diseñado una versión al revés del original, con las líneas hacia arriba, en donde la letra “N” era reemplazada por una “U” para indicar el desarme “unilateral”, y lamentó no haberla usado.
“Él prefería la versión invertida. Creo que al principio lo vio como desarme nuclear, pero a medida que pasaba el tiempo creo que sintió que realmente debería haber sido un desarme universal o unilateral, que abarcara todas las armas. Quería que la versión invertida apareciera en su lápida, pero desafortunadamente no sucedió”, dijo Kolsbun.
En sus 60 años de historia el símbolo se ha utilizado en los movimientos ecologistas y los derechos de las mujeres y los homosexuales, así como también en todo tipo de mercancías. Ha aparecido en camisetas de Moschino, colgantes de Tiffany, sellos postales estadounidenses e incluso paquetes de cigarrillos Lucky Strike.
Su legado vive y se actualiza continuamente. Después de los atentados terroristas de París en 2015, el artista francés Jean Jullien reimaginó el diseño con la forma de la Torre Eiffel, creando un símbolo mundial de solidaridad.
Sin embargo, una cosa puede haberse perdido en el camino, según Kolsbun: el significado original.
“Mucha gente todavía no sabe lo que realmente significa: no a las armas nucleares. La mayoría simplemente cree que significa ‘paz’. Pero creo que es importante saber el verdadero significado, porque la amenaza nuclear no ha desaparecido. Es, de hecho, más fuerte que nunca”.