Hong Kong (CNN) – La guerra comercial entre Estados Unidos y China se hizo mucho más grande después de que ambas partes anunciaran sus más amplias oleadas de aranceles.
El último intercambio de disparos significa que las dos superpotencias económicas pronto habrán impuesto aranceles a más de 360.000 millones de dólares en bienes. Y los analistas dicen que es probable que la batalla empeore, incluso cuando China comienza a quedarse sin formas de tomar represalias.
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Los nuevos aranceles anunciados por Washington y Beijing esta semana “marcan una importante escalada de su conflicto que afectará el crecimiento económico mundial”, dijo en una nota Louis Kuijs, director de Asia Economics en la firma de investigación Oxford Economics.
El gobierno chino dijo el martes por la noche que impondría aranceles sobre productos estadounidenses por un valor de 60.000 millones de dólares luego del anuncio del Gobierno de Trump de que estaba aplicando aranceles en 200.000 millones de dólares a China.
Los nuevos aranceles de China se aplicarán a tasas del 5% o 10%, dependiendo del producto, a partir de la misma fecha, dijo el Gobierno chino.
Más de 5.000 productos estadounidenses se verán afectados, incluyendo carne, nueces, bebidas alcohólicas, productos químicos, ropa, maquinaria, muebles y partes de coches.
El choque entre las dos principales economías del mundo ya está perjudicando a las empresas en ambos lados del Pacífico. La última medida de EE.UU. significa que aproximadamente la mitad de los productos que China vende a Estados Unidos cada año se verán afectados por los aranceles estadounidenses.
El Gobierno de Trump está tratando de presionar a Beijing para que cambie su comportamiento, acusándolo de supervisar el robo de la propiedad intelectual estadounidense y de impulsar a las empresas chinas a través de políticas industriales agresivas. El gobierno chino descarta las críticas como infundadas, a pesar de que las empresas estadounidenses y europeas que operan en China con frecuencia se quejan de los problemas.
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¿Qué hará China?
China tiene un objetivo más pequeño al que apuntar en respuesta a las tarifas de EE.UU: compró alrededor de 130.000 millones de dólares en productos estadounidenses el año pasado, según cifras del gobierno de EE.UU..
Los impuestos anunciadas por Beijing el martes reflejan la disminución de la cantidad de bienes sobre los que puede imponer nuevos impuestos. El rango arancelario de 5% a 10% es inferior al rango del 5% al 25% con el que China había amenazado a principios de agosto. Eso le deja la opción de aumentar los aranceles a fin de año, cuando los aranceles estadounidenses suban del 10% al 25%.
Los analistas han sugerido que después de que Beijing se quede sin productos estadounidenses para apuntar, podría ir tras las principales compañías estadounidenses que hacen negocios en China, como Apple y Boeing. China tiene un historial de ese tipo de comportamiento, que incluye dificultar la vida de las empresas surcoreanas debido a una disputa política el año pasado con el Gobierno de Corea del Sur sobre un sistema de defensa antimisiles estadounidense.
Sin embargo, persiste la incertidumbre sobre si los líderes chinos seguirán agresivamente ese enfoque a una escala más amplia, alentando el boicot de los consumidores a las marcas estadounidenses o interrumpiendo las cadenas de suministro. Pues, al perseguir a las empresas estadounidenses que han traído inversiones y empleos a la economía china, Beijing corre el riesgo de hacer que el país sea aún menos atractivo para las empresas extranjeras.
Incertidumbre sobre relaciones comerciales
Antes de la última ronda de anuncios arancelarios, China y Estados Unidos se habían estado preparando para celebrar una nueva ronda de conversaciones este mes. No está claro si ahora tendrá lugar.
Varias rondas de conversaciones previas entre las dos partes no lograron ningún avance. Los analistas se muestran escépticos de que China esté dispuesta o sea capaz de hacer lo suficiente para satisfacer al Gobierno de Trump sobre algunas de sus preocupaciones clave, incluidos los esfuerzos de China para hacerse con la tecnología estadounidense y las ambiciosas políticas industriales de Beijing.
– Serenitie Wang, Yong Xiong, Matt Rivers, Donna Borak, Katie Lobosco y Kevin Liptak, de CNN, contribuyeron a este reporte.