(CNN) – Los descuentos del Black Friday de 2019 podrían estar en juego por la guerra del presidente Donald Trump con China.
De hecho, es probable que los estadounidenses que inician sus compras navideñas esta semana estén comprando algunos artículos que ya están sujetos a los aranceles de Trump.
Desde que los aranceles entraron en efecto a finales de septiembre, bolsos, perfumes, billeteras, sombreros y abrigos de piel están entre los 5.700 artículos de China que están sujetos a impuestos del 10%, junto con regalos para los entusiastas de los departes como mitones de esquí, bicicletas, guantes de baseball y bolsas de golf. La cachemira importada para suéteres tampoco se escapan de los impuestos.
Afortunadamente para los compradores de este año, los precios no parecen haber subido todavía. Los importadores estadounidenses hicieron los pagos, y la mayoría de los artículos para el Viernes Negro ya tenían un precio antes de que entraran en efecto los aranceles, dijo Rick Helfenbein, presidente de la Asociación Estadounidense de Ropa y Calzado (AFFA por sus siglas en inglés).
“Los compradores fueron perdonados esta temporada de Acción de Gracias, pero pagarán más el próximo año”, agregó.
El próximo año podría ser muy diferente si Trump y el presidente de China Xi Jinping no llegan a un acuerdo comercial antes de final de este año, cuando según Trump los aranceles pasarán de un 10% a un 25%.
“Una vez llegues a la marca del 25%, es cuando vas a ver más aumentos de precios para el consumidor final”, dijo Christopher Shaker, analista de productos del consumidor y socio en RSM, una firma de auditoría, impuestos y consultoría para compañías del mercado intermedio.
Los grandes minoristas como Walmart y Target ya han alertado que los aranceles podrían llevar al aumento de precios.
Trump tiene programado reunirse con Xi la próxima semana en el desarrollo de la cumbre del G20 en Argentina para discutir temas de comercio.
Pero un acuerdo no está lejos de ser seguro. A principios de esta semana, los negociadores chinos cancelaron las reuniones preliminares con sus contrapartes estadounidenses antes de la cumbre. El martes, el representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer aumentó aún más la presión sobre China al publicar un reporte actualizado mostrando que Beijing ha hecho poco para arreglar las prácticas injustas.
El gobierno de Trump también ha convertido en una prioridad ir agresivamente a China por participar en el robo de propiedad intelectual y por las transferencias forzadas de tecnología. Antes de imponer los aranceles a 200.000 millones de dólares en bienes en septiembre, Trump había gravado 50.000 millones de dólares en bienes chinos, pero esta primera ronda de impuestos no incluía muchos bienes de consumo.
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China tomó represalias imponiendo aranceles en 110.000 millones de dólares en productos estadounidenses y al parecer responderá con más si Estados Unidos sigue con el incremento de impuestos en enero.
Empresas y legisladores estadounidenses en ambos lados del pasillo concuerdan en que los problemas comerciales con China deben ser abordados, pero no todos creen que los aranceles son la mejor solución. Algunos fabricantes y minoristas dicen que esto podría llevar a pérdida de trabajos y aumentos de precios para los consumidores.
Trump también ha sugerido que podría seguir adelante e imponer otra ronda de aranceles en bienes adicionales por 267.000 millones de dólares si no se alcanza un acuerdo comercial, cubriendo efectivamente todas las exportaciones a Estados Unidos.
La medida podría ponerle aranceles a muchos más bienes de consumo que vienen de China, incluyendo televisores, Apple watches, Air Pods y Fitbits.
Hasta el momento una relativa pequeña cantidad de prendas de vestir que vienen de China se han visto afectadas con los aranceles, pero un nuevo tramo sería significativo. En total, Estados Unidos recibe 41% de sus importaciones de prendas de vestir de China, el 80% de los accesorios y el 73% del calzado, dijo Helfenbein.
“Es casi como que este año y el próximo van a ser dos mundos diferentes”, dice él.