(CNN) – Con humor, ingenio y a veces desesperación, Hassan Al Kontar relató en Twitter la excepcional odisea de estar atrapado en el área de tránsito de un aeropuerto de Malasia… durante siete meses.
Ahora, por fin, el sirio de 37 años aterrizó en Vancouver, Canadá, gracias a dos organizaciones: la Asociación Musulmana de Columbia Británica y la Sociedad de Cuidados de Canadá, que presionaron durante meses y lograron patrocinar su liberación.
“Durante mis primeros días de libertad, quiero disfrutar el aire fresco y caminar por las calles de Vancouver todo lo que pueda”, le dijo Al Kontar a CNN desde Canadá. “Tomaré duchas calientes y una taza de café con amigos”, añadió.
“Noticia de última hora”
Tras permanecer siete meses en el Aeropuerto Internacional de Kuala Lumpur y otros dos meses en un centro de detención de Malasia, Kontar reveló en un video publicado en Twitter el pasado 26 de noviembre: “Por hoy, estoy en el aeropuerto internacional de Taiwán. Mañana llegaré a mi destino final: Vancouver, Canadá”.
“Ya llegué y todavía no puedo creerlo. No pude dormir por la emoción. Tengo un empleo en un hotel esperándome, así que empezaré a trabajar tan pronto como logre algo de descanso”, añadió. “Me di cuenta de que hay un momento en la vida en el que la realidad puede ser más increíble y hermosa que los sueños mismos”.
Originario de Dama, Siria, Al Kontar trabajó como gerente de mercadeo de seguros en Emiratos Árabes Unidos desde 2006 hasta 2012, según CBC, cadena aliada de CNN.
Sin embargo, perdió su permiso de trabajo cuando estalló la guerra civil en Siria y él no quería regresar a su país natal. Así que permaneció de manera ilegal en los Emiratos Árabes hasta 2016.
Fue arrestado y posteriormente liberado. Entonces, se las arregló para conseguir un nuevo pasaporte hasta que finalmente lo deportaron a Malasia.
Cuando intentó llegar a Turquía en marzo pasado, no se le permitió ingresar a un vuelo de Turkish Airlines. Y así quedó atrapado en el área de tránsito del Aeropuerto Internacional de Kuala Lumpur.
“Al menos sé que lo intenté… no pude hacerlo. Está bien, me gusta el pelo crespo de todas maneras”
Apenas tocó el suelo en Vancouver, Kontar fue recibido por Laurie Cooper, quien pertenece a un grupo que recaudó dinero para patrocinarlo.
Cooper, quien comenzó a involucrarse en las redes de apoyo a migrantes después de ser voluntaria en en la isla griega de Lesbos, le dijo a CNN que la solicitud para patrocinar a Al Kontar tuvo un proceso rápido gracias a la ayuda del gobierno canadiense y varias ONG internacionales.
“Cuando fue detenido por las autoridades de Malasia en octubre, la situación se volvió urgente”, explicó Cooper. “Muchas personas maravillosas se ofrecieron a ayudar”, indicó.
Al recordar su experiencia bastante peculiar, Kontar indicó que le cambió su perspectiva frente a la vida, debido a lo extremadamente difícil que fue:
“Rendirse no es una opción, es el resultado de no creer en lo que estás haciendo, de que no te sea permitido hacer lo que estás haciendo, de no intentarlo lo suficiente”, aseguró. Y recalcó que todo lo que él estaba pidiendo era un “mínimo de derechos humanos como el derecho a estar permanentemente a salvo, tener un trabajo y un lugar al que pueda llamar hogar”.
“Cuando el avión tocó el suelo y vi a Laurie, logré todo lo que quería”, explicó. “Ahora lo tengo todo, finalmente puedo relajarme y disfrutar el momento”.
“Puedo sentir la luz después de la oscuridad”.