(CNN) – Esta semana, el hermano de Christy Mirack tuvo una pregunta crítica sobre el asesino de su hermana.
Desde 1992, cuando encontraron a la maestra de escuela primaria asesinada en su casa en East Lampeter Township, Pensilvania, Vince Mirack pidió respuestas.
A menudo tuvo problemas para mantener el caso en marcha y mantener el interés del público. Puso una valla publicitaria solicitando información que pudiera ayudar a resolver el caso.
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Pero las autoridades no tenían sospechosos.
Luego, gracias a un chicle y una botella de agua, las autoridades identificaron al sospechoso Raymond Rowe, un disc jockey conocido como “DJ Freez”.
Rowe, de 50 años, se declaró culpable el martes de homicidio en primer grado, violación y cargos relacionados en el homicidio de Mirack, según la Fiscalía del Condado de Lancaster.
La abogada de Rowe dijo que su cliente admitió haber asesinado a Christy Mirack, informó el fiscal.
“La persona que está parada a mi lado ha admitido su culpa”, dijo Patricia Spotts.
La declaración de culpabilidad de Rowe incluye una sentencia de cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional, con una pena de prisión de 60 a 120 años consecutivos, dijo el fiscal del distrito.
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Al aceptarlo, Rowe entrevistó el martes a los familiares de Mirack, que habían esperado más de 26 años para obtener respuestas sobre el caso. “No me puedo imaginar lo que estás pasando”, dijo el asesino. “Me disculpo”.
Aún así, Vince Mirack tuvo una dura pregunta cuando se dirigió a Rowe ante el tribunal, informó el fiscal de distrito.
“¿Por qué?” preguntó. “¿Por qué estamos sentados aquí hoy?”.
Nueva tecnología de ADN ayuda a resolver el caso
Christy Mirack fue encontrada en el piso de su casa el 21 de diciembre de 1992, estrangulada, golpeada con una tabla de cortar de madera y violada.
Se recolectó ADN en el lugar de los hechos, pero no hubo coincidencias hasta el año pasado, cuando la muestra se envió a Parabon NanoLabs, una empresa de tecnología de ADN, para realizar pruebas genéticas.
Parabon NanoLabs generó un archivo de genotipo a partir de la muestra de ADN y un “compuesto” de fenotipo de ADN de los atributos del asesino, incluidos el cabello, el color de ojos y el tono de piel, dijo el fiscal del distrito.
Eso ayudó a los expertos a hacerse una idea de cómo era el asesino a medida que envejecía. Lanzaron imágenes compuestas al público en 2017, y luego las enviaron a una base de datos de genealogía pública generada, que incluyó coincidencias de familiares de Rowe.
Esa base de datos, GEDmatch, muestra la cantidad de ADN compartido entre dos personas, dijo Steven Armentrout, presidente de Parabon NanoLabs. Los miembros del público envían de manera voluntaria su ADN a la base de datos, así que se trata de un recurso importante tanto para los genealogistas como para los investigadores.
Esta misma tecnología se usó para atrapar al llamado Golden State Killer (o asesino del estado dorado) y resolver muchos otros casos, como uno en el que un veterano de la Segunda Guerra Mundial robó la identidad de un niño de ocho años y otra en la que el ADN de una servilleta resolvió el asesinato de joven.
GEDmatch señaló a la familia de Rowe. La investigación genealógica de Parabon NanoLabs lo identificó como un “sospechoso fuerte y viable”, dijo el fiscal de distrito.
Para estar seguro, los investigadores rastrearon a Rowe en mayo en una función escolar donde tocaba música. Los agentes encubiertos recogieron su ADN del chicle y una botella de agua que había usado, lo enviaron al laboratorio criminal estatal y coincidió con el ADN encontrado en la escena del crimen.
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Rowe fue arrestado en su casa en junio.
Las estadísticas no pueden satisfacer el alegato de un hermano
Gracias a la tecnología del ADN, las probabilidades de que alguien más haya cometido el crimen son astronómicas, dijo Craig Stedman, fiscal de distrito del condado de Lancaster. De hecho, la probabilidad de que el perpetrador sea cualquiera es de 1 en 200 octillones entre la población caucásica.
Son números con 27 y 30 ceros, dijo.
“En otras palabras”, dijo Stedman el martes, “era el acusado. Hay solo 7.600 millones de personas en el mundo”.
Pero incluso esas estadísticas y la confesión de Rowe no pueden responder a la persistente pregunta de Vince Mirack: “¿Por qué?”
Justin Lear y Maya Eliahou de CNN contribuyeron a este informe.