(CNN Español) — Este no es un salón de clases común, aquí está permitido hablar, interrumpir, reír y jugar. La creatividad y la imaginación son requisitos fundamentales para poder ingresar a Robotix, un innovador movimiento educativo que está robotizando a México.
Natalia Manzano tiene 9 años, entusiasmada llega a las instalaciones de Robotix ubicadas en la céntrica colonia Condesa de la Ciudad de México; a su corta edad y sin ningún conocimiento previo de ingeniería o sistemas, ya es capaz de programar un robot. Sí, la programación de una sencilla máquina, ¡y solo tiene 9 años! Lo más impresionante es que para ella, todo se trata de un juego “Además de que te diviertes, aprendes nuevas cosas como para cuando no sé, cuando ya tengas 20 años o más, para que el mundo sea un lugar mejor”. Así como Natalia, más de 200.000 alumnos junto a 1.600 maestros en México han sido ya impactados por este sistema, de acuerdo con información de la empresa.
Para uno de sus creadores, Roberto San Martín, la clave de todo ha sido, algo que generalmente no ocurre con los menores: confiar en ellos. “Es un modelo completamente lúdico, de aprendizaje a través del juego, donde los alumnos antes de otra cosa, buscamos que se desarrollen emocionalmente; cuando descubren que ellos son capaces y ese ser capaces puede ser prender un foco, programar un robot y muchas de nuestras misiones son lúdicas, entonces, lo más relevante es que el alumno sepa que él puede”.
LEE: VUHL, el auto global de México
Así pues, Robotix no trata solamente de crear dispositivos que se desplazan y realizan alguna tarea específica, sino que construyen la autoestima y personalidad de los estudiantes. Gracias a esto, y de acuerdo con sus creadores, Robotix ha podido colocarse como pionero en la creación de un modelo educativo que incluye práctica, teoría y actividades reflexivas para aplicar conocimientos de robótica, matemática, ciencia, tecnología e ingeniería. “En el equipo de investigación que desarrolla todos estos cursos hay psicólogos, ingenieros, pedagogos, diseñadores para que el desarrollo de los cursos sea toda una experiencia”, explica Ignacio Salazar, responsable de investigación y desarrollo dentro de la empresa.
Llegó un momento en el que sus fundadores se percataron de que era momento de conquistar el territorio nacional y llevar a todos los rincones de México este conocimiento, y esto se logró gracias a un novedoso sistema de distribución: Robotix School, Robotix in the Box y First. Este último tiene como objetivo crear clubes de robótica en escuelas públicas y privadas del país. “Hablar de robótica no es hablar de robots, no es hablar de hardware, la robótica tiene que ver con cómo concebimos la tecnología, de todas sus integraciones tecnológicas, y cómo podemos aplicar, a partir de la tecnología, nuevas soluciones a problemas de la comunidad y eso le da un fin, digamos que le da un espíritu muy distinto a la robótica”, explica San Martín.