(CNN) – Casi 100 niños han muerto desde el inicio de un brote de ébola en la República Democrática del Congo el año pasado y la crisis se acelera, mientras el número de nuevos casos se duplica respecto al mes pasado, según la organización benéfica Save the Children.
Un total de 97 niños han muerto a causa de la enfermedad viral desde que comenzó el brote en agosto, 65 de los cuales tenían menos de 5 años, dijo el grupo.
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Y el número de casos nuevos aumentó en enero, de alrededor de 20 por semana a más de 40, según la organización benéfica. Solamente en las últimas tres semanas de enero hubo 120 nuevos casos en general.
El ébola, que causa fiebre, dolor de cabeza severo y en algunos casos hemorragia, mata aproximadamente a la mitad de las personas infectadas, aunque el último brote tiene una tasa de mortalidad de alrededor del 60%.
El brote actual en el Congo es el segundo más letal y el segundo más grande en la historia, superado solo por uno en el occidente de África en 2014, cuando la enfermedad mató a más de 11.000 personas, según la Organización Mundial de la Salud.
En total, Congo ha registrado 806 casos desde agosto, dijo el sábado el Ministerio de Salud del país. De esos casos, 745 están confirmados y 61 son probables. Ha habido 505 casos que han terminado en fallecimientos.
“Estamos en una encrucijada. Si no tomamos medidas urgentes para contener esto, el brote podría durar otros seis meses, si no es que todo el año”, dijo en un comunicado Heather Kerr, directora de Save the Children en la República Democrática del Congo.
“Es de suma importancia convencer a las comunidades de que el ébola es una preocupación urgente y real. La gente ha interrumpido funerales porque no creían que el difunto hubiera sucumbido al virus. Los trabajadores humanitarios fueron amenazados porque se creía que ellos propagaban el ébola”, agregó.
Los esfuerzos para contener el brote han sido sofocados por la inseguridad y la violencia en el este del país.
La agencia de salud pública de la ONU estima que más de un millón de refugiados y desplazados internos viajan desde y hacia las provincias de Kivu del Norte e Ituri, y este movimiento es un factor de riesgo potencial para la propagación del ébola.
Kivu del Norte, que incluye las ciudades de Beni, Kalunguta y Mabalako, es el epicentro del brote, aunque se han notificado casos en la vecina Ituri, según la Organización Mundial de la Salud.
Las dos provincias se encuentran entre las más pobladas de la nación y son fronterizas con Uganda, Ruanda y Sudán del Sur.
“Muchos niños se quedan solos [debido al virus] por diferentes motivos. En algunos casos, sus padres están en el hospital o trabajando en el campo. Otros niños quedaron huérfanos”, dijo Marie-Claire Mbombo, una protección infantil oficial de Save the Children.
“Los niños que se quedan solos corren un mayor riesgo de abuso sexual o de tener que trabajar. Algunos de ellos venden cacahuetes al lado de la carretera para sobrevivir”, agregó.