Londres (CNN) – Si los legisladores británicos no aprovechan su última oportunidad para votar por el acuerdo sobre el brexit de la primera ministra Theresa May este martes, entonces, en palabras del presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, el Reino Unido nunca dejará la Unión Europea.
La noche del lunes en Estrasburgo, Juncker se refirió a la primera derrota del plan de May en enero y advirtió: “En política, a veces tienes una segunda oportunidad, y lo que hagas con esa segunda oportunidad es lo que cuenta, porque no habrá una tercera oportunidad … es este acuerdo o el brexit podría nunca ocurrir”.
Si los conservadores rebeldes favorables al brexit le creen, eso es otra cosa completamente distinta. Después de todo, han pasado meses obligando a la primera ministra a ir y venir de Bruselas y Estrasburgo para hacer los cambios que ellos exigen.
Si no lo hacen, el puesto de May como primera ministra está en grave peligro y el Reino Unido avanzará lentamente hacia un brexit sin acuerdo o, al menos, enfrentará un retraso en todo el proceso.
Más tarde, el martes, May apelará a los legisladores de la Cámara de los Comunes para que respalden su acuerdo, el cual, afirma, ahora se aplica con cambios “legalmente vinculantes” diseñados para mitigar las preocupaciones sobre la posibilidad de que el Reino Unido esté sujeto a acuerdos permanentes con la UE que socaven el brexit.
Hablando junto a Juncker, después de más de dos horas de conversaciones en Estrasburgo la noche previa, May insistió en que los cambios en su acuerdo le permitirían al Reino Unido liberarse del llamado “backstop”: el mecanismo de póliza de seguro en el acuerdo original para evitar una frontera dura en Irlanda del Norte al mantener alineados los acuerdos aduaneros entre el Reino Unido e Irlanda.
Sin embargo, los legisladores conservadores favorables al brexit son profundamente escépticos de que los cambios sean lo suficientemente importantes para proteger el proceso.
Los críticos señalaron la frase “reducir el riesgo” de que el Reino Unido se quede encerrado en un “backstop” permanente, en lugar de una garantía segura. Tampoco hay un límite de tiempo fijo, lo que causa más preocupación entre los legisladores conservadores contrarios a la UE.
El martes, presionarán para que el fiscal general, Geoffrey Cox, publique su consejo legal sobre si los cambios que May ha asegurado son realmente “legalmente vinculantes”. También es probable que busquen su propia opinión legal sobre los nuevos documentos.
El partido DUP de Irlanda del Norte, en cuyos votos May normalmente confía para darle a su gobierno una mayoría funcional en el Parlamento, será decisivo. Si se oponen a los nuevos planes, el acuerdo para el brexit de May fracasará por completo, pero también podrían hacer que muchos conservadores se opongan al gobierno.
Si el plan de May falla, a finales de esta misma semana habrá otras votaciones sobre si la Cámara de los Comunes quiere bloquear un brexit sin acuerdo y si el brexit se debe retrasar.
De hecho, los nuevos documentos publicados anoche sugieren que el brexit podría retrasarse hasta mayo, antes de las elecciones europeas programadas para finales de ese mes, una breve extensión en el calendario pero que, sin embargo, enfurecerá a los euroescépticos. En ese momento, la posición de la primera ministra será cada vez más insostenible.
Su propio ministro y diputado de facto, David Lidington, dijo anoche a la Cámara de los Comunes que los legisladores enfrentan una “elección fundamental: votar por el acuerdo mejorado o hundir a este país en una crisis política”. Y sí que sería una crisis política en toda regla. Si bien May está protegida hasta el final del año ante un posible desafío a su liderazgo, puede que no tenga más remedio que renunciar si su trato fracasa una vez más.
May ha enfrentado muchas semanas cruciales desde que cerró el acuerdo original con la UE en noviembre. Ella ha sido derrotada en el parlamento en cuanto al brexit en muchas ocasiones. Pero el martes es un verdadero momento clave para saber si ella ha hecho lo suficiente para obtener los votos que necesita.
La advertencia de Juncker de que “no hay una tercera oportunidad” fue un mensaje dirigido no solo a los rebeldes conservadores sino también a la primera ministra.