(CNN Español) – El próximo domingo 28 de abril, cerca de 37 millones de españoles podrán votar en las elecciones generales que se celebrarán en el país ibérico. De ellos, más de 34 millones y medio residen en España y más de dos millones, en el extranjero, según datos de la Oficina del Censo Electoral.
Con su voto, los electores elegirán a los diputados que conformarán el Parlamento español en la próxima legislatura. Además, el candidato del partido que obtenga más apoyos podrá convertirse en presidente del Gobierno.
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España celebrará este domingo las elecciones anticipándose un año al calendario previsto. Las convocó el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a causa de la falta de apoyos para aprobar los Presupuestos Generales del Estado. Cuando lo hizo no llevaba ni un año en el cargo, al cual a su vez accedió tras aprobarse en el Parlamento una moción de censura que él mismo había impulsado contra el entonces presidente del Gobierno, Mariano Rajoy (del Partido Popular - PP).
Sánchez aparece como favorito en buena parte de los sondeos, pero también se apunta a que de estas elecciones no saldrá una mayoría clara. Quizás el actual presidente del Gobierno no logre los apoyos suficientes (un mínimo de 176 diputados de los 350 que componen el Parlamento español) para gobernar.
En cualquier caso parece que serán necesarios los pactos y las coaliciones entre partidos para formar un Gobierno. No en vano se ha instaurado recientemente la expresión “Gobierno Frankenstein”, que Fundéu define como “uno formado por numerosos partidos, incluso de ideologías no afines”.
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Los principales candidatos son, por orden de representación parlamentaria actual de sus formaciones, Pablo Casado por el PP, Pedro Sánchez por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Pablo Iglesias por Unidas Podemos y Albert Rivera por Ciudadanos. Un poco más atrás en la lista por número de escaños está VOX, el nuevo actor en esta contienda electoral con su líder Santiago Abascal. Un partido de extrema derecha que obtuvo representación parlamentaria por primera vez en la historia democrática reciente en diciembre de 2018, en el parlamento andaluz.
La llegada de VOX al tablero político español, sumado a un endurecimiento del discurso de Ciudadanos, han puesto de manifiesto la existencia clara de dos bloques: uno de derecha formado por PP, Ciudadanos y VOX, y otro de izquierda: PSOE y Unidas Podemos. Así quedó reflejado en los dos -consecutivos- debates electorales que han compartido esta semana en cadenas privadas y públicas de televisión los cuatro principales candidatos a las elecciones. VOX quedó excluido del encuentro por decisión de la Junta Electoral Central en base a criterios de proporcionalidad.
Uno de los temas más espinosos de esta campaña es Cataluña. Derecha e izquierda se acusan mutuamente de gestionar erróneamente las relaciones de Madrid con el gobierno independentista catalán liderado por Quim Torra. Los partidos de derecha acusan a la izquierda de “desleal” por “pactar con quienes han querido destruir España” y la izquierda acusa a la derecha de “alterar la convivencia ciudadana”.
En materia económica también se observan dos tendencias mayoritarias. Sobre los impuestos, por ejemplo, la derecha propone rebajar impuestos a todos lo que generan riqueza para impulsar la economía y la izquierda, subir los impuestos de quienes ganan más dinero para redistribuir la riqueza y favorecer a los más pobres.
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En algo sí parecen estar cada vez más de acuerdo estos cuatro partidos: en la importancia del voto femenino, a juzgar por el protagonismo que se le está dando a las mujeres durante la campaña. Con distintas aproximaciones, todos hablan del tema. Las mujeres son además las más indecisas, dentro del importante porcentaje de indecisos que se prevé en estos comicios.
Las últimas elecciones generales en España fueron en 2016. En realidad se habían realizado en 2015, pero se tuvieron que repetir en 2016, porque los resultados no permitieron la formación de un Gobierno. Ya entonces se detectó una fragmentación del espectro político que contrastaba con las mayorías históricas del bipartidismo PP/PSOE. La llegada de Ciudadanos y Podemos, y ahora de VOX, son el reflejo de los cambios en las tendencias políticas que están ocurriendo en España. Y pese a todo, el resultado del domingo es incierto. Lo que sí parece evidente es que la necesidad de una política de pactos y alianzas ha venido para quedarse.