(CNN Español) – Esta semana se conoció la iniciativa de Noruega de acompañar diálogos “exploratorios” entre el Gobierno y la oposición venezolana con el fin de buscar una salida pacífica a la crisis que vive el país suramericano desde hace años.
En un comunicado este viernes, el Gobierno de Noruega dijo que tuvo “contactos preliminares” con representantes de los principales actores políticos de Venezuela, a fin de “apoyar la búsqueda de una solución a la situación del país”.
Un día antes, el presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Juan Guaidó, negó que hubiera “ningún tipo de negociación”, pero aclaró que la “mediación” de Noruega ha durado “meses”, y que la iniciativa de diálogos exploratorios es una “más” de un país que quiere colaborar.
Venezuela es el más reciente país en la larga lista de Noruega en la que ese país ha intervenido como facilitador o mediador para acompañar la salida dialogada a un conflicto.
Una política de paz
Noruega es un país que tiene una larga experiencia en procesos de paz y reconciliación. El país de casi 5,3 millones de habitantes ha sido facilitador en decenas procesos de paz en las últimas tres décadas, asistiendo procesos de paz en Asia, América Latina, África y Medio Oriente.
Pero, ¿por qué este país es reconocido por la comunidad internacional como un mediador válido?
“Noruega ha establecido una reputación internacional como facilitador de paz”, escribió Javier Fabra Mata, experto en mediación de paz de Noruega, en la página del Centro de Resolución de Conflictos Noruego.
Fabra Mata dice que esta reputación se la ganó tras la activa participación en los acuerdos de paz de Oslo a mediados de la década de los 90, algo que le proporcionó las bases “para construir una narrativa de paz en torno al supuesto desinterés y singularidad del enfoque noruego”.
Su política interna, la neutralidad y su estabilidad económica, son algunas de las razones que da el Gobierno de Noruega sobre su apoyo en la mediación de conflictos de todo el mundo.
Lo primero es su política interna, pues hay “un fuerte consenso nacional sobre política exterior”, que incluye asistencia para el desarrollo y el trabajo por la paz, pues dice, el conflicto es uno de los obstáculos principales para el desarrollo y porque los Estados inestables puede ser una amenaza para la seguridad global, dice la página de la cancillería noruega.
“Esta política se basa en un espíritu de solidaridad y una perspectiva a largo plazo, y ha sido mantenida por sucesivos gobiernos noruegos”.
“Los noruegos que participan en estos procesos tienen una visión más positiva, evitando absolutos y subrayando, en cambio, logros menos espectaculares pero importantes”, agrega Fabra Mata.
Otra razón es su neutralidad y el reconocimiento internacional que tiene como tal.
“Noruega ha demostrado consistentemente que está dispuesta a hablar con todas las partes en un conflicto”, dice el Ministerio de Relaciones Exteriores, que agrega que este país tiene una relación “estable y estrecha” con países como Estados Unidos y “buenas relaciones” con otros actores mundiales como la Unión Europea, Rusia y la India”.
A diferencia de países europeos como Reino Unido, Bélgica, España, entre otros, no tiene un pasado colonial: “Los esfuerzos de paz y reconciliación de Noruega se consideran sinceros, ya que no están motivados por el interés político o económico”, dice la Cancillería noruega.
Además, su estabilidad económica le permite ser un importante contribuyente tanto a Naciones Unidas, según el Gobierno, así como de recursos para esfuerzos de paz y reconciliación en todo el mundo. Noruega es el segundo país con más Producto Interno Bruto per cápita: en 2017 su PIB era de 75.704 dólares, después de Suiza, según el Banco Mundial.
“Los esfuerzos de paz y reconciliación de Noruega se consideran sinceros, ya que no están motivados por el interés político o económico”, dice agrega el ministerio de Relaciones Exteriores.
Los procesos de paz que ha acompañado
Desde la década de 1990, Noruega ha estado involucrado como acompañante o mediador de al menos 10 procesos de paz, y ha proporcionado apoyo técnico y financiero en muchos otros países, según un listado que presenta en la página web de su gobierno, que señala que pueden haber muchos más, “ya que las conversaciones de paz a menudo son confidenciales”.
Colombia
Desde 2012, Noruega, junto a Cuba, ha desarrollado un papel de facilitador en los procesos de paz con las FARC —que terminó en la firma de un acuerdo en 2016— como los diálogos de paz con el ELN, proceso que fue levantado por el gobierno de Iván Duque en agosto de 2018. Este último proceso también estuvo acompañado por Brasil, Chile, Cuba, Ecuador y Venezuela.
En su capital, Oslo, se instalaron los diálogos de paz entre el Gobierno y las FARC en 2012.
Cuando el gobierno de Colombia decidió acabar los diálogos de paz con el ELN en enero de 2019, pidió la captura y extradición de los líderes de la guerrilla que estaban en Cuba, a Colombia. Sin embargo, Noruega mantuvo los compromisos firmados como país garante y dijo cumpliría con el “Protocolo establecido en caso de ruptura de la negociación”, lo que significa que no apoyó la extradición de los líderes del ELN.
Guatemala
Noruega tuvo el papel de “facilitador” en los diálogos de paz en Guatemala en la década de 1990. Junto a Estados Unidos, España, México, Venezuela y Colombia, Noruega hizo parte del Grupo de países amigos por Guatemala, que asistieron los esfuerzos de la ONU en sus intentos de mediación. En Noruega se firmaron tres acuerdos parciales. El acuerdo de paz de Guatemala se firmó finalmente en 1996.
Israel y Palestina
Noruega fue el país facilitador de las negociaciones entre Israel y Palestina (1992-1993) que llevaron a la firma de los Acuerdos de Oslo, cuyo propósito era sentar las bases de la paz y, en última instancia, avanzar hacia una solución para los dos Estados.
Este acuerdo fue firmado en septiembre de 1993 por el Ministro de Exteriores de Israel, Shimon Peres, y el líder de la Autoridad Palestina Mahmoud Abbas. En 1995 fue firmado un segundo acuerdo en Washington, conocido como Oslo II.
Sudán y Sudán del sur
Noruega tenía un Enviado Especial para el proceso entre los dos países africanos y hacía parte de la Troika (Noruega, Estados Unidos y Gran Bretaña) desde 2002. Su papel fue fundamental para la firma de los acuerdos en 2005; en las negociaciones que llevaron al acuerdo de Addis Ababa en 2012 y en las conversaciones que llevaron a la firma de un acuerdo de paz en Sudán del Sur en 2015.
Otros países en los que Noruega ha hecho una “activa contribución” en procesos de paz y reconciliación son Afganistán, Myanmar, Nepal, Filipinas; Somalia, Sri Lanka. También ha proporcionado apoyo financiero y técnico en procesos de paz en Aceh, Indonesia; Burindí, República Democrática del Congo, Kenya, Siria, Uguanda. Y ha “participado en diálogos” en otros países como Haití, República Dominicana y Timor Oriental, según la página web del Ministerio de Relaciones Exteriores.