Nota del editor: Carlos Alberto Montaner es escritor y analista político de CNN. Sus columnas se publican en decenas de diarios de España, Estados Unidos y América Latina. Montaner es, además, vicepresidente de la Internacional Liberal. Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas del autor.
(CNN Español) – El presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Juan Guaidó, acudió a la reunión porque no le quedó otro remedio. Sospecho que se lo han pedido algunos de los países del más de medio centenar que lo apoyan.
No cree (y tiene razones para desconfiar) que Maduro acepte abandonar el poder o celebrar elecciones transparentes dirigidas por árbitros independientes, con otro Consejo Nacional Electoral realmente imparcial, y tras cancelar el software que ya ha sido denunciado por Antonio Mugica, el presidente de Smartmatic, la empresa que lo instaló, algo que los oficialistas, naturalmente, niegan.
Los representantes de Nicolás Maduro acuden a Oslo, primero, porque tampoco podían negarse y segundo, para ganar tiempo. Saben que si acuden a unas elecciones limpias serían liquidados.
¿Para qué ganar tiempo? A mi juicio, para continuar desmantelando la Asamblea Nacional. Ya han invalidado a varios diputados, comenzando por los dos primeros con que le arrebataron a la oposición democrática la mayoría calificada que necesitaba para efectuar los cambios en el poder judicial que Maduro controla a su antojo.
Cuando hayan sacado del juego a suficientes diputados, creo que Maduro les dará a los suyos la orden para que regresen al Parlamento y darle la estocada final a la oposición.
A Maduro y al chavismo no les interesa la voluntad popular sino el relato elaborado, a mi juicio, por los operadores políticos de la inteligencia cubana. Maduro no se va a escapar ni va a dejar contar a sus partidarios en unas elecciones limpias. Sus representantes están en Oslo porque tampoco le quedaba otro remedio.
¿Quién gana con el teatro noruego? Pierde Venezuela, pues se retarda el día de la libertad, pero Guaidó al menos podrá decir: “les advertí que el régimen no hablaba en serio”. Y tendrá razón.