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Trump niega reporte de NYT sobre acuerdo entre EE.UU. y México
01:42 - Fuente: CNN

(CNN) – El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, inicia una nueva semana de colisiones constitucionales con los demócratas afirmando que obtuvo una gran victoria gracias a su estilo de liderazgo, esta vez sobre México.

Pero al igual que con muchas de las victorias de Trump, hay dudas sobre si el acuerdo de inmigración se suma a un progreso real o si se trata de un espejismo conjurado para salir de otra crisis autofabricada.

Trump reacciona con enojo ante las insinuaciones de que el acuerdo, concretado el viernes por la noche, es solamente un nuevo ejemplo de la realidad alternativa que a menudo evoca para sostener su presidencia y que este hará poco para resolver la emergencia en la frontera sur.

La controversia sobre el acuerdo con México también refleja cómo una definición común de los hechos se ha vuelto imposible con un presidente que a menudo ha tratado de devaluar la moneda de la verdad.

“Si el presidente Obama lograr los acuerdos que yo he logrado, tanto en la frontera como en la economía, los medios corruptos los considerarían increíbles y se declararía un feriado nacional de inmediato”, escribió Trump en Twitter el domingo.

“Conmigo, a pesar de nuestra economía récord y todo lo que he hecho, ¡no hay reconocimiento!”.

La disputa sobre el supuesto logro del presidente se produce cuando las difíciles relaciones entre Trump y los demócratas se disponen a un nuevo encuentro inevitable.

Se espera que la Cámara de Representantes vote el martes para mantener en desacato al secretario de Justicia William Barr y al exabogado de la Casa Blanca Don McGahn, en una escalada adicional de un duelo sobre la separación de poderes.

Y la enemistad de Trump con Nancy Pelosi se está acrecentando después de que ella dijera que quería verlo en la cárcel, un comentario que refleja la presión sobre la presidenta de la Cámara de Representantes por parte de los liberales que quieren un juicio político y el cual recibió una ardiente respuesta del Presidente.

El veredicto sobre el acuerdo con México

El domingo, los demócratas se subieron a un informe del diario The New York Times que decía que el acuerdo del viernes incluye principalmente compromisos hechos anteriormente por México en conversaciones con Estados Unidos en los últimos meses.

Pero el presidente argumentó en Twitter que su intervención y su amenaza de imponer aranceles había sido fundamental para hacer que las promesas quedaran plasmadas en el papel.

Tal vez en las próximas semanas, el acuerdo del presidente, alcanzado luego de exhaustivas conversaciones entre Estados Unidos y México en Washington mientras él se encontraba en Europa la semana pasada, resultará ser un avance significativo.

Su argumento es que sus amenazas de nuevos aranceles obligaron a México a realizar un esfuerzo más firme para detener el flujo de migrantes hacia Estados Unidos y mitigará la crisis de la frontera sur que su administración no pudo controlar.

Los conservadores sostienen que el acuerdo que evitó una revuelta republicana en el Senado es un golpe de estado de los medios de comunicación contra el impredecible arte de las tácticas negociadoras del presidente.

En una columna de The Washington Post, el presentador de radio Hugh Hewitt acusó a los críticos de Trump de no ser capaces de “admitir que él jugó al póquer de alto riesgo y ganó una ronda sobre la seguridad fronteriza más de lo que pueden admitir que el presidente ofreció un magnífico tributo a los héroes de Normandía el jueves”.

Trump retiró su amenaza de imponer aranceles del 5% en México a partir del lunes, que habrían aumentado en un 5% por mes hasta alcanzar el 25%, después de experimentar una fuerte oposición de los senadores del Partido Republicano.

Una interpretación alternativa de los eventos del fin de semana – que ha recibido la furiosa respuesta de Trump en Twitter – es que el acuerdo con México consistió principalmente en salvar la imagen presidencial.

Si ese es el caso, el Partido Republicano ahora está cerrando filas después de que senadores no ocultaran su consternación ante las amenazas arancelarias de Trump – su herramienta dominante de política exterior– la semana pasada.

El senador de Missouri Roy Blunt, un promotor del libre comercio y nada fanático de los aranceles, incluso sugirió el domingo que el drama podría ayudar a resolver una guerra comercial aún más complicada contra un enemigo que parece mucho menos dispuesto a adaptarse a Trump que México.

“Creo que la lección más grande aquí y el mensaje más grande aquí ahora no es para México sino para China”, dijo Blunt en CBS “Face the Nation”.

“El presidente está claramente dispuesto a usar los aranceles y, de hecho, el presidente cree que los aranceles son una herramienta económica significativa y positiva”.

No es sorprendente que Trump se enfrente a un escepticismo generalizado por su presunción de victoria, ya que tiene un historial de escalar crisis de forma impulsiva y luego “resolver” los problemas que él mismo causó.

El presidente ha promovido varios acuerdos comerciales, con Corea del Sur, Canadá y México, como cambios completos a partir de los pactos existentes, pero los críticos argumentan que solo consiguió cambios cosméticos.

El año pasado, Trump proclamó un nuevo acuerdo comercial con la Unión Europea después de haber retirado sus amenazas de imponer nuevos aranceles sobre los automóviles. En realidad, las dos partes acordaron negociar un acuerdo que aún está por materializarse.

A principios de este año, el presidente también amenazó repetidamente con cerrar la frontera con México si no lograba detener los flujos de migrantes, antes de retroceder en medio de las críticas internas.

Se le había advertido a Trump que el cierre de la frontera con México, el tercer socio comercial más grande de EE. UU., podría causar un desastre económico para el país, un alza en los precios que pagan los estadounidenses por productos básicos como frutas y verduras y escasez en los supermercados.

Las dudas sobre el acuerdo

Dada la escasez de detalles sobre el acuerdo del viernes, es difícil evaluar qué tan efectivo podría ser.

The New York Times informó que el plan de México para desplegar su Guardia Nacional, una fuerza mucho menos potente que su equivalente en Estados Unidos, para detener a los migrantes ya se había acordado en marzo. Y que la expansión de un programa para mantener a los solicitantes de asilo en México mientras se procesan sus solicitudes ya se había anunciado en diciembre, según el periódico.

Los críticos argumentan de manera efectiva que el presidente estaba tratando de desviar la atención de Estados Unidos y, lejos de resaltar sus habilidades, expuso la inutilidad de su enfoque.

“Lo que el presidente ha hecho es mencionar lo que, de hecho, en muchos aspectos México ha acordado hacer hace muchos meses”, dijo el senador Bernie Sanders, un aspirante demócrata a la Casa Blanca.

“Creo que de lo que todo el mundo está cansado y de lo que yo estoy cansado, es de un presidente que constantemente va a la guerra, guerra verbal con nuestros aliados, ya sea México o Canadá”, dijo Sanders en “State of the Unión”.

Otro candidato demócrata, el exrepresentante de Texas Beto O’Rourke, dijo que Trump había “exagerado por completo lo que reportó haber logrado”.

“Podrían haber acelerado el cronograma, pero en general el presidente no logró nada, excepto poner en peligro la relación comercial más importante que tiene Estados Unidos”, dijo O’Rourke en ABC News “This Week”.

El acuerdo del viernes tampoco parece apuntar a las causas profundas del éxodo humano – la violencia y la anarquía en Centroamérica – aparte de una redacción vaga sobre un mayor rol de Estados Unidos.

Trump ya ha dicho que recortará cientos de millones de dólares en ayuda a Honduras, El Salvador y Guatemala acusándolos de no hacer nada para detener la crisis migratoria.

Y Martha Bárcena, embajadora de México en EE. UU., se negó a confirmar la afirmación que hizo Trump en Twitter de que el gobierno mexicano había aceptado comprar grandes cantidades de productos de inmediato a “NUESTROS GRANDES AGRICULTORES PATRIOTAS”.

La embajadora dijo en “Face the Nation” simplemente que el comercio aumentaría en ausencia de nuevos aranceles y bajo el nuevo acuerdo entre Estados Unidos, México y Canadá, lo que contradice indirectamente el tuit del presidente.

De cualquier manera, Trump tiene una carta para 2020

En un sentido político, puede que en realidad no importe mucho si el acuerdo con México conlleva un genuino avance, un signo de la realidad distorsionada de la era política actual.

El presidente ha pasado el fin de semana presumiendo la victoria, ofreciendo material nuevo para sus porristas conservadores y desacreditando las críticas a su esfuerzo como evidencia del sesgo de los medios.

Si en pocos meses se soluciona la crisis fronteriza, Trump puede llevarse merecidamente una nueva ronda de aplausos en sus mítines de campaña y presumir de una reivindicación de sus políticas de línea dura.

Afirmará que ha cumplido con sus predicciones de tener una presidencia que arregle las cosas y que está acumulando acuerdos para el pueblo estadounidense.

Pero si queda claro que el trato con México fue un fracaso, Trump puede acudir de nuevo al pozo de la política fronteriza sabiendo que la retórica inflamatoria sobre los inmigrantes y los ataques a México alimentan la agitación en su base política, lo que necesita rumbo a 2020.

“Siempre podemos volver a nuestra anterior y muy rentable posición sobre los aranceles. Pero no creo que sea necesario”, escribió Trump el domingo, acusando a los medios de comunicación que plantean dudas sobre el acuerdo de querer ver fracasar a Estados Unidos.