(CNN) – El año pasado, dos líderes mundiales se pararon con sus esposas en el jardín sur de la Casa Blanca, con palas bañadas en oro, y plantaron felizmente un roble joven, un regalo de Francia a Estados Unidos que simbolizaba la fuerza del vínculo de los aliados.
Ahora, parece que el árbol ha encontrado un final desafortunado. El periódico francés Le Monde fue el primero en informar que el árbol, que el presidente de Francia, Emmanuel Macron, trajo a Estados Unidos como regalo al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en abril de 2018, murió mientras estaba en cuarentena. Macron había venido a la Casa Blanca para la primera visita oficial de Estado de la administración Trump.
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CNN no ha confirmado el informe de forma independiente y ni la Casa Blanca ni el Departamento de Agricultura de Estados Unidos respondieron a las solicitudes de comentarios de CNN.
La muerte del árbol quizás ya no sea un símbolo de los vínculos entre Francia y Estados Unidos, como se pretendía, sino más bien una metáfora de la actual relación fracturada entre Trump y Macron.
Aunque los dos hombres fueron cordiales y parecieron llevarse bien durante los eventos de la conmemoración del Día D de la semana pasada en Normandía, Francia, y estuvieron en varios eventos juntos, ha habido más fricciones recientes que amistad.
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La amistad Trump-Macron, que alguna vez fue descrita como un “bromance”, se ha marchitado. Macron ha criticado abiertamente la mentalidad cada vez más “estadounidense de Trump” en lo que respecta a temas que van desde el acuerdo nuclear de Irán hasta el cambio climático.
En un discurso de septiembre de 2018 ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, Macron criticó el método de Trump diciendo que “el diálogo y el multilateralismo” eran los medios más efectivos para resolver problemas. Macron no es partidario de un enfoque aislacionista para arreglar los conflictos mundiales; del mismo modo, el árbol aparentemente tampoco era un fanático del aislamiento.
El árbol en sí era mucho más que cualquier roble viejo, habiendo venido directamente del bosque Belleau en el norte de Francia, donde en 1918, durante la Primera Guerra Mundial, miles de infantes de marina estadounidenses murieron durante las tres semanas de batalla.
“La sangre (de los estadounidenses) se derramó para defender Francia”, escribió Macron en abril pasado después de que él y Trump participaran en la plantación ceremonial.
Sin embargo, poco después, el retoño de cinco a 10 años de edad, de unos 1,2 metros de altura, fue retirado de su lugar y se colocó bajo el cuidado del Servicio de Inspección de Sanidad Animal y Vegetal del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) en sus instalaciones en Beltsville, Maryland, según un funcionario de USDA en el momento. El funcionario le dijo a CNN que la cuarentena era parte de las reglas normales para los árboles importados y podría durar hasta dos años.
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El servicio “trabajó en estrecha colaboración con los funcionarios franceses para facilitar la importación” del árbol, dijo el funcionario, pero la cuarentena era necesaria porque “patógenos como los hongos phytophthora no son visibles, como son los insectos, por lo que no es inusual que (el “Servicio de inspección) vigile las plantas importadas durante dos años antes de determinar que pueden colocarse permanentemente”.
Gerard Araud, el embajador de Francia en Estados Unidos, confirmó a CNN que el árbol joven estaba en cuarentena, y tuiteó en abril que las raíces tenían un recubrimiento plástico especial para no contaminar el suelo de la Casa Blanca.