(CNN) – En lo profundo de la exuberante vegetación de la selva tropical de Mosquitia en Honduras, bordeada por empinadas crestas, se encuentra un sitio arqueológico donde hay antiguas ruinas y un ecosistema aparentemente próspero.
Durante mucho tiempo ha habido un rumor de un asentamiento precolombino en esta región, a veces conocida como la “Ciudad Perdida del Dios Mono” o “La Ciudad Blanca”.
El aviador Charles Lindbergh dijo que lo vio desde el cielo cuando volaba sobre la región en la década de 1920, y muchos exploradores han intentado y fracasado en localizar el lugar legendario de América Central.
En 2015, un sitio arqueológico fue descubierto en el área y algunos creen que es el asentamiento que inspiró la leyenda.
Ahora, un equipo de científicos, dirigido por el Programa de Evaluación Rápida (RAP) de Conservation International en coordinación con el Gobierno de Honduras, descubrió que este sitio alberga especies raras.
Las criaturas descubiertas incluyen un escarabajo tigre, que antes solo se registraba en Nicaragua y que se creía que estaba extinto.
El gobierno de Honduras quiso saber qué vida silvestre vivía en esta región sin perturbaciones y encargó este extenso estudio de la biodiversidad del área, con resultados increíbles.
En general, el equipo registró 246 especies de mariposas y polillas, 30 murciélagos, 57 anfibios y reptiles, junto con muchas plantas, peces, mamíferos e insectos.
Muchos de estos son raros y en peligro de extinción.
Hermoso lugar
Pero primero, el equipo tenía que llegar a este lugar apartado.
“Es tan emocionante visitar lugares donde literalmente hay muy pocas maneras de llegar allí”, le dice a CNN Travel Trond Larsen, director del programa de evaluación rápida de Conservation International.
“No hay carreteras, no hay infraestructura logística a la que se pueda acceder, así que tienes que tomar un helicóptero. Y cuando haces eso, terminas visitando lugares donde la vida silvestre tiende a ser mucho más abundante”.
Larsen dice que los animales y las criaturas que viven en el área no están acostumbrados a la interacción humana, lo que permitió algunos momentos increíbles de interacción.
“Grandes grupos de monos, por ejemplo, se reunían y trataban de descubrir qué es lo que está pasando, hay una oportunidad de ver enormes cantidades de vida salvaje”, dice.
El explorador también destaca la belleza y la serenidad de la zona.
“Hay árboles grandes y viejos que a menudo no se ven en lugares que están más impactados por la gente. Por lo tanto, estos árboles masivos que tienen cientos o incluso miles de años, que son abrumadores en tamaño, es asombroso verlos… “.
Las excavaciones arqueológicas en la región todavía están en curso.
Para Larsen, detectar criaturas raras y en peligro de extinción es igual de emocionante.
“Los hallazgos más emocionantes fueron probablemente los redescubrimientos de estas especies que [se] creía que se habían extinguido en Honduras durante mucho tiempo”, dice.
El explorador se sorprendió al ver los pecaríes de labios blancos, una especie relacionada con los cerdos.
“Necesitan áreas muy grandes y se mueven a través de amplios paisajes para sobrevivir, por lo que no esperábamos encontrarlas allí, pero era un indicador realmente bueno de este ecosistema intacto”, dice.
Fotografias increíbles
Mientras exploraba el área, durmiendo en carpas y hamacas en lo profundo del verde bosque, Larsen, quien también tomó fotografías de la expedición, disfrutó acercándose lo más posible a la vida silvestre local.
“Me gusta meterme allí, meterme en la tierra, meterme en el agua, buscar en todas partes todo lo que podamos encontrar”, dice.
Un encuentro en particular fue inesperado, pero memorable.
“Estaba caminando solo por la noche en un pequeño y estrecho barranco estrecho, me di la vuelta y la lámpara de mi cabeza iluminó estos grandes ojos brillantes, y al principio no sabía qué era. Se acercaron mucho a mí y me di cuenta de que era un gran puma”.
Larsen tomó una variedad de fotografías, desde micro imágenes que capturan a los animales con todo su detalle, hasta imágenes de lente ancha que muestran el paisaje y el hogar de las criaturas.
“Es un equilibrio, porque soy un científico, también estoy recolectando datos e información sobre estos viajes, como uno de los biólogos que participan, pero también llevo mi equipo de cámara a todas partes, y trato de hacer un registro gráfico de lo que estamos viendo”, dice.
Larsen espera que quienes vean las fotografías queden inspirados para reflexionar sobre la magnificencia de la vida silvestre de nuestro mundo.
“Pero al poder ver de cerca lo que puedes encontrar en algunas de estas partes remotas del mundo, creo que realmente puede afectar profundamente a las personas, especialmente a los jóvenes y las personas que no han tenido la oportunidad de explorar tanto en todo el mundo”, dijo.
“Pero también, el hecho de que esto sea en conjunto con estos sorprendentes descubrimientos arqueológicos, creo que es muy emocionante. Esto hace que este lugar sea realmente especial”.