Nueva York (CNN Business) – Un cohete SpaceX Falcon Heavy, el vehículo de lanzamiento más poderoso del mundo, rugió en el cielo durante la noche en lo que Elon Musk llamó el “lanzamiento más difícil” que su compañía de cohetes ha intentado.
El despegue ocurrió a las 2:30 am ET del martes desde una plataforma de lanzamiento en Florida. El cohete lleva un lote ecléctico de 24 satélites experimentales al espacio. Se esperaba que dejar los dispositivos en sus órbitas previstas llevaría horas y requeriría algunas maniobras complicadas.
El cliente de SpaceX para esta misión, denominada STP-2, es el Departamento de Defensa de Estados Unidos, un cliente clave en el que confían las empresas comerciales como SpaceX para lucrativos contratos de lanzamiento.
Es decir, SpaceX quería que esta misión se llevara a cabo sin problemas, y la parte principal, el transporte de la carga útil del cohete al espacio, parecía ir según lo planeado.
El Falcon Heavy estaba programado para viajar a tres puntos de entrega diferentes en órbita. Los funcionarios comenzaron a confirmar los despliegues exitosos de algunos de los satélites destinados a órbitas más bajas poco después del lanzamiento.
Los satélites
Esta misión fue coordinada por el Departamento de Defensa, pero los satélites que volaban sobre Falcon Heavy provenían de una variedad de agencias y organizaciones, entre ellas la NASA, laboratorios de investigación militar y universidades.
Se incluye un satélite que probará nuevas tecnologías de telescopio y otro que alberga un reloj atómico futurista. Otro es el sueño de un nerd científico: un proyecto de vela solar que se ha desarrollado durante siglos. Es financiado por The Planetary Society, una organización sin fines de lucro dirigida por el científico Bill Nye.
Se llama LightSail 2 y está diseñado para viajar a través del espacio impulsado por nada más que luz solar.
Nye es el actual director ejecutivo de The Planetary Society. La organización recaudó los 7 millones de dólares que necesitaba para el proyecto de donantes y una campaña de financiación colectiva.
“Hace cuarenta años, mi profesor Carl Sagan compartió su sueño de usar una nave solar con vela solar para explorar el cosmos”, dijo Nye en un comunicado. “The Planetary Society está realizando el sueño”.
El cohete
El Falcon Heavy capturó por primera vez la atención del mundo con su vuelo inaugural en febrero de 2018, cuando lanzó al vehículo Tesla color rojo cereza del director ejecutivo de SpaceX, Elon Musk, a la órbita alrededor del sol. El coche sigue volando por el espacio.
La compañía espacial de Musk, que fundó en 2002, lanzó un segundo Falcon Heavy en abril que llevaba un satélite de comunicaciones de la firma con sede en Arabia Saudita, Arabsat.
El cohete es notable por algo más que su potencia: sus tres aceleradores son reutilizables y están diseñados para volver a la Tierra después del lanzamiento, de modo que puedan ser restaurados y usados nuevamente en futuras misiones.
SpaceX dice que esto le ahorra mucho dinero a la compañía, reduciendo el precio de sus cohetes. Con un precio de 90 millones de dólares, el Falcon Heavy es mucho más barato que los cohetes similares construidos por los competidores de SpaceX.
Después del lanzamiento, el martes por la mañana, los dos impulsores laterales del Falcon Heavy ejecutaron aterrizajes sincronizados impecables en plataformas de tierra en Florida. Pero el impulsor central, que se suponía que debía aterrizar en una plataforma marítima, perdió su marca y se estrelló en el océano.