(CNN) – Toda gran historia de amor culmina con un beso.
Por lo general, llega hacia el final, con un deseo que se ha ido acumulando a lo largo de una hora y algunos incómodos minutos. Todos contenemos el aliento mientras la pareja que tenemos delante se mira a los ojos (ya sabes, esa mirada) y empiezan a inclinarse hacia un – a veces torpe o descuidado, pero siempre conmovedor – beso francés.
Pero, ¿por qué estos besos en específico están etiquetados como “beso francés”? En honor al Día Internacional del Beso, decidimos investigar el asunto. Esto es lo que aprendimos:
El beso francés se hizo popular después de la Primera Guerra Mundial
El término “beso francés” entró en la lengua vernácula inglesa en 1923, según escribe Sheril Kirshenbaum en su libro “The Science of Kissing” (La ciencia de los besos).
Nadie sabe realmente la razón exacta por la que usamos el término, pero probablemente fue adoptado por estadounidenses que viajaron a Francia y besaron a mujeres francesas, que se sentían más cómodas con un poco de acción con la lengua, dice Kirshenbaum.
Naturalmente, surgió el término “beso francés”.
Aun así, el término, e incluso la práctica, tardó un tiempo en volverse costumbre en Estados Unidos.
No fue hasta después de la Segunda Guerra Mundial que los estadounidenses se sintieron lo suficientemente cómodos como para dar un beso francés, dice Kirshenbaum. Ella le da crédito a los militares estadounidenses que sirvieron en Europa por llevar a casa este estilo de besar.
¿Recuerdas la foto icónica de un marinero de EE. UU. que besa a una mujer en Times Square? Exactamente.
No es gran cosa en Francia
Por supuesto, en Francia no se le llamaba “beso francés”. Simplemente era un beso.
Los franceses no tuvieron una palabra para identificar este estilo de besar sino hasta 2014, cuando el diccionario Petit Robert agregó un nuevo verbo: “Galocher”. Literalmente significa “besar con la lengua”.
Incluso con la adición, la Academie Francaise, que regula la lengua francesa y la protege contra las palabras extranjeras, aún no ha aceptado la palabra.
Claramente, los franceses son más estirados con su prosa que con sus besos.
Besuquearse es excelente para la salud
Hoy, rendimos homenaje a los besos, de todas las variedades, en el “Día Internacional del Beso”.
Sí, suena tonto, pero besar puede ser algo bueno.
Según estudios, los besos ayudan a reducir la presión arterial, aumentan las hormonas que te hacen sentir feliz (serotonina, dopamina y oxitocina), queman calorías, aumentan la autoestima e incluso combaten las caries.
Y mientras un buen beso puede comenzar un romance de por vida, uno malo puede acabar rápidamente con cualquier posibilidad de una nueva relación.
Más que nada, dar un beso – en especial un “beso francés”– es divertido.
Por lo tanto, la próxima vez que disfrutes un “galocher” con la boca abierta, recuerda a quién hay que agradecer.