Nota del editor: Silverio Pérez, escritor, autor de los best sellers entre los que se destacan: “LaVitrina Rota”, “Un espejo en la selva” y “Solo cuento con el cuento que te cuento”. Conductor de programas de radio y televisión y productor de documentales. Ha grabado más de una decena de discos. Cofundador de las agrupaciones puertorriqueñas: “Haciendo Punto en otro son” (nueva trova) y “Los Rayos Gamma” (sátira política).
(CNN Español) – El pueblo puertorriqueño, ese al que se le conoce por las estrellas del reguetón, del trap, de las reinas de bellezas, de boxeadores y peloteros famosos, ahora también se le conoce porque pacíficamente - con demostraciones callejeras por dos semanas seguidas- logró sacar a un gobernador que en un chat privado demostró ser una persona muy distinta a la imagen que se tenía de él.
En el pasado recuento de este intento de que conozcan a otro Puerto Rico del que poco se sabe, nos quedamos en el momento en que se estableció el Estado Libre Asociado, un modelo económico y político que dio la impresión al mundo que acababa con la colonia que en 1898 Estados Unidos había implantado.
La era de Muñoz, hasta que finalmente se retiró de la gobernación en 1964, fue una de crecimiento económico, no de desarrollo económico, ya que los procesos de industrialización de su política económica, dirigida por Teodoro Moscoso, convirtieron a Puerto Rico en un enclave industrial sin raíces en la economía del país. Por eso, ese modelo económico finalmente nos llevó a la quiebra.
En 1968 comenzó la alternancia bipartidista en el país con el triunfo del Partido Nuevo Progresista (PNP) defensor de la estadidad para Puerto Rico. En 1973 asumió la gobernación Rafael Hernández Colón, del Partido Popular, partidario del Estado Libre Asociado, pero en 1973 ocurrió la crisis del petróleo que afectó seriamente nuestra economía que en ese momento estaba ligada a la industria petroquímica. Desde ese momento, el modelo económico colonial comenzó a resquebrajarse. Cada nuevo gobierno, de cada uno de los dos partidos tradicionales, con el aval de Wall Street, tomó más y más dinero prestado para sobrevivir ya que la economía ni producía los suficientes empleos, ni fortalecía el empresarismo local. La corrupción y la mala administración se convirtieron en la orden del día.
Se intentaron varias cosas para que la economía sobreviviera: los cupones de alimentos, atraer las famosas 936 empresas que tenían beneficios contributivos extraordinarios y los cuales el Congreso acabó en 1996; y convertir el gobierno de la colonia en el principal empleador del país. Pero desde el 2006 el país cayó en un precipicio económico del cual no ha salido.
La economía quebró y la gente se hartó de los gobernantes ineptos y corruptos, y eso es lo que estuvimos viendo en las calles del país en estos días pasados. Un chat secreto, en el que el gobernador Ricardo Rosselló y su círculo más íntimo conversaban como adolescentes engreídos, insensibles, homofóbicos, clasistas e irrespetuosos, salió a la luz pública en la misma semana en que el FBI arrestaba a la ex secretaria de Educación, Julia Keleher; a la ex directora de la Agencia de Servicios Especiales de Salud, Ángela Ávila Marrero; y unos contratistas del gobierno, por prácticas corruptas. Esto ocurría mientras aún queda gente sin techo desde el huracán María, y cerca de 130.000 han tenido que emigrar a Estados Unidos en busca de mejores oportunidades económicas. Para el pueblo, la insensibilidad del gobernador y la otorgación de contratos multimillonarios a sus amigos fue la gota que colmó la copa.
¿Qué va a pasar en los próximos días? ¿Qué lecciones han aprendido los políticos luego de esta insurrección ciudadana? Los próximos días nos comenzarán a dar esas respuestas. Lo que no nos cabe duda es de que un nuevo Puerto Rico ha nacido.