(CNN) – Braysen es un niño autista de 4 años a quien generalmente le encanta volar. Pero tuvo un colapso en un vuelo de United Airlines desde San Diego a Houston.
Fue entonces cuando la tripulación y los pasajeros del avión se unieron para ayudarlo.
La madre del niño, Lori Gabriel, de Cypress, Texas, le dijo a CNN que Braysen se quitó el cinturón de seguridad justo antes del despegue, diciendo que quería sentarse en el piso.
“Era imposible contenerlo. Estaba peleando conmigo y con su padre. Nos costó a los dos tratar de llevarlo de vuelta a su silla y volver a ponerse el cinturón de seguridad. Comenzó a patear, gritar y golpear”. dijo Gabriel “Fue entonces cuando vino una azafata y nos dijo que el vuelo no podía despegar hasta que esté sentado”.
“Le dije que el niño tiene autismo, lo estamos intentando, danos un minuto”.
La azafata se alejó, mientras Gabriel todavía intentaba mantener al niño en su asiento. Regresó con otras dos azafatas que le preguntaron a la madre cómo podían ayudarlos.
“Entonces se pusieron en acción”, agregó Gabriel. Primero, dejaron que Braysen se sentara en su regazo para despegar mientras el padre lo sostenía. Luego, después de apagar el letrero del cinturón de seguridad, su madre dejó al niño echarse porque estaba gritando y peleando con ella.
Entonces la tripulación lo dejó sentarse en el piso, junto a ellos. “Cuando está sobreestimulado, la vibración lo hace sentir mejor”, dijo Gabriel.
En un momento, el niño pateó inadvertidamente a un pasajero sentado frente a ellos, una azafata de United Airlines que no estaba trabajando durante el vuelo.
“Ella solo estaba siendo amable y dijo que estaba bien si él la pateaba”, dijo Gabriel.
Luego, el niño fue a primera clase y comenzó a patear el asiento de un hombre, jugando con él. “Braysen parecía feliz allí, así que no queríamos moverlo”, dijo la mujer. “Entonces le dije al hombre ‘lo siento’, pero él dijo que no le importaba, se presentó a Braysen y le dio cinco palmas. Dijo ‘puede patear mi silla, no me importa’”.
“Todos en primera clase fueron amables con él, le preguntaron su nombre, le mostraron fotos en sus teléfonos y lo dejaron sentarse cuando quisiera”, dijo Gabriel. “Las azafatas seguían preguntando si necesitábamos algo, asegurándose de que todos estuvieran atendidos”.
Justo antes de partir, el asistente de vuelo fuera de servicio que estaba sentado frente a ellos le dio un abrazo a Gabriel y una nota escrita a mano en la que la felicitó por su fuerza. “Tú y tu familia son amados y apoyados”, dice la nota.
“Nunca dejes que nadie te haga sentir como si fueras un inconveniente o una carga. Él es una bendición”, dice la nota “Dios bendiga tu paciencia, tu amor, tu apoyo y tu fortaleza. Continúa siendo un super mujer”.
Gabriel publicó una foto de la nota en Facebook junto con fotos de Braysen en el vuelo y un agradecimiento a United.
United Airlines tuiteó en respuesta: “Parece seguro que Braysen y su familia tuvieron un gran vuelo. Estamos felices de que nuestra tripulación haya podido hacer que sea una experiencia agradable. ¡Estamos encantados de ver que tenemos pasajeros tan amorosos y solidarios en bordo también! ¡Esperamos ver a Braysen nuevamente pronto!”.
Gabriel dijo que a su hijo generalmente le encanta volar, pero el vuelo a principios de este mes fue su primer vuelo largo. La familia viajaba de regreso a casa desde San Diego, donde habían estado de vacaciones.
“Estoy abrumada por toda esta amabilidad, me dan ganas de llorar”, dijo.
“Por primera vez, las personas han sido muy comprensivas y solidarias sobre el autismo de Braysen. Es muy prometedor, no tenemos que preocuparnos por lo que otras personas piensan porque hay personas que se preocupan, que entienden. Me da mucho de esperanza para el futuro”.