Nota del editor: Jill Filipovic es una periodista radicada en Washington y autora del libro “The H-Spot: The Feminist Pursuit of Happiness.” Sígala en Twitter. Las opiniones expresadas en este artículo son propias de la autora. El artículo ha sido actualizado considerando las noticias más recientes.
(CNN) – El huracán Dorian pasó gran parte del fin de semana estacionado sobre las Bahamas, donde incesantemente azotó las islas con vientos de 175 km/h y las inundó con la marejada destruyendo viviendas y sustentos de vida. Murieron al menos cinco personas. Los pronosticadores dijeron que podría dirigirse luego a la costa este.
Mientras el país se preparaba para lo que podría ser un desastre natural devastador aquí, si Dorian golpeara EE.UU., el presidente Donald Trump se daba una vuelta por la cancha de golf en su club de Virginia el fin de semana, tuiteando 122 veces desde el sábado a la mañana, según The New York Times.
También tuiteó sobre el huracán -en gran parte tremendas insensateces-pero también publicaciones autocongratulatorias sobre la economía y el empleo, reconocimientos laudatorios de Fox News, fuertes críticas a los medios y altercados con opositores políticos y demás.
Un presidente que se va a jugar al golf cuando el huracán acecha en la costa este del país es muy cuestionable como mínimo, pero es predecible de un hombre que ha pasado tanto tiempo en el green como en la oficina Oval, y que parece interesarse poco en tomarse realmente el trabajo de dirigir el país.
Los tuits, también, no están fuera de lugar para un hombre con dedos tan inquietos. Pero siguen siendo preocupantes. Apuntan a un presidente que para todo el mundo parece estar escabulléndose; un hombre cuya empatía es nula y que obviamente carece de la comprensión intelectual de conceptos básicos.
El domingo, Trump afirmó, por ejemplo, que Dorian podría golpear Alabama; el Servicio Meteorológico dijo que no era así. Después de que el Servicio Meteorológico corrigiera el registro y dijera que Alabama no se veía amenazada, Trump hizo la misma declaración una… y otra vez. Acusó a su propio servicio meteorológico de emitir un informe falso.
Trump no parece entender qué es un huracán categoría 5 en su tuit del domingo: “Un categoría 5 es algo que no sé si he oído el término, fuera de eso sé que está allí. Es de lo peor”. Sé que estamos acostumbrados a las divagaciones y desvaríos de este presidente, pero esas dos oraciones no tienen sentido. Son completa y asombrosamente incoherentes.
Luego afirmó que expertos meteorológicos tampoco habían oído ni experimentado un huracán categoría 5. Esta afirmación es tan extraña como demostrablemente falsa. Nótese que tanto el huracán Irma, en Florida, como el huracán María, en Puerto Rico -que ocurrieron en el primer año de su presidencia-fueron tormentas de categoría 5.
La ignorancia del presidente y sus piruetas ya no son graciosas ni entretenidas. Son preocupantes y potencialmente letales.
Trump ha mostrado una y otra vez que no es apto para el cargo que tiene. No comprende la información básica necesaria para hacer su trabajo. No parece entender que las vidas dependen dé cómo ejecuta su rol. En cambio, está más interesado en su partido de golf y Mar-a-Lago.
Es una emergencia: Dorian, claramente, pero Trump también. Y sin embargo el partido republicano está más interesado en mantenerse en el poder que en poner a alguien al menos un tanto competente en el cargo. Pero aquí estamos.
Mientras nuestro clima sigue cambiando, los científicos nos dicen que los huracanes serán más frecuentes y devastadores. Necesitamos un ejecutivo en el cargo ahora mismo que pueda lidiar con las consecuencias. En cambio, tenemos a un simplón avaro en un carrito de golf.
Más de dos años después de que el ojo del huracán María tocara tierra en Puerto Rico, la isla no se ha recuperado, y el presidente no parece saber si Puerto Rico es parte de Estados Unidos o no (ni dónde podría estar localizado). Su incompetencia e indiferencia ha trastocado vidas allí. Y él no ha demostrado ningún interés en enterarse ni en preocuparse más, incluso cuando se ven amenazados los estadounidenses en el continente. En cambio, recibimos tuits sin sentido, palabrerías.
Tenemos un presidente que no parece poder enfocarse el tiempo suficiente para escuchar lo que dice su propio servicio meteorológico sobre dónde podría impactar Dorian, que tuitea como advertencia “tengan cuidado”. ¿Cómo creemos que se encargará del impacto real si este huracán golpea a Estados Unidos?
(Traducción de Mariana Campos)