La periodista Vanessa de la Torre lanzó su primer libro 'Historias de amor en campos de guerra", en septiembre de 2019.

(CNN Español) – Alejandra y Ramiro son los protagonistas de una historia de amor en medio de la guerra.

Ella hizo parte de una de las maquinarias de terror más mortales de las Farc durante los años de guerra: era una de las explosivistas más importantes de esa guerrilla, encargada de hacer bombas en serie y minas antipersonal para atacar a sus enemigos. Las Farc, en los peores años de la guerra, llegaron a camuflar explosivos en cadáveres y juguetes para atacar al Ejército de Colombia.

Ramiro, por su parte, era un guerrillero avezado con entrenamiento militar superior. Era un “pisa suave”, como se llama a los hombres entrenados para aniquilar a los soldados del Ejército de Colombia “volviéndose impredecibles”. Eran máquinas de exterminio.

Los dos entraron desde niños a la guerra. Y en la guerra se enamoraron. Vivieron un amor que estaba prohibido por cuenta de las reglas del conflicto, tan absurdas como la guerra misma.

En medio de un bombardeo en 2011, cuando hacían parte de un grupo élite para cuidar al entonces máximo líder de las Farc, Alfonso Cano, en uno de los bombardeos más duros que vivieron durante sus años en la guerra, decidieron fugarse.

Esta historia está consignada en “Historias de amor en campos de guerra” (Grijalbo, 2019) de la periodista colombiana Vanessa de la Torre, quien durante varios años investigó y se dedicó a narrar a través del amor la sangrienta guerra colombiana que dejó más de 220.000 muertos en más de cinco décadas de guerra.

Las historias son protagonizadas por mujeres que se enamoraron y que dejaron atrás sus pasados de violencia, por la fuerza del amor.

“No intento contar la historia de la guerra en Colombia porque la historia ya está escrita”, dice De La Torre. “Pero no necesariamente los colombianos la hemos leído”.

Entonces se propuso un libro con el que pudiera contarles a sus dos hijas pequeñas y a las generaciones que no tuvieron que vivir en carne propia la violencia del país la historia de Colombia a través de estas crónicas de amor.

“Quería contar algo muy horrible pero de una manera que atrapara, que nos llevara a todos a leerla”, dice ella.

Y lo logró. Recorrió las vidas de seis mujeres, sumergidas en la violencia, a quienes el amor liberó.

“Es muy fuerte lo que hace una mujer enamorada”, dice ella sobre las historias de sus protagonistas. “Me conmovió el ímpetu, la determinación y la fuerza que hay detrás del amor de una mujer. La capacidad de cambiar sus vidas, las de quienes las rodean y, por ahí derecho, cambiar el país en el que viven”.

En su libro, De la Torre, hace un recorrido por varias épocas y situaciones del conflicto. No solo narra la guerra a través de miembros de las Farc, sino también de las víctimas de la violencia de los 80 y 90 en Colombia, del principio de la década del 2000 y en general de la guerra que Colombia está intentado superar luego de la firma de un acuerdo de paz en 2016.

Ella dice que escribió este libro ahora, luego de la firma de los acuerdos de paz, “porque durante la guerra los periodistas estamos hablando de la guerra”, pero una vez se silencian los fusiles, cuando la guerra se decanta, es posible “ser más creativa y conversar con sus protagonistas, víctimas y victimarios, por igual”.

Y a pesar de que Colombia ha vivido sumida en la guerra por tantas décadas, el país “es tan maravilloso que nos permite amar, aún en medio de las balas, pero es así de cruel”, dice ella.

Por eso, como dice el escritor colombiano Jorge Franco en el prólogo del libro, el amor que se cruza en la vida de los personajes los ha dotado de “una humanidad que parecía haber sido devorada por la violencia”. De eso se trata el libro.

Además de la historia de Alejandra y Ramiro, allí se relata la historia de amor de Miryam Rodríguez y Carlos Pizarro, el comandante de la guerrilla del M-19, que fue asesinado en abril de 1990 poco después de haber firmado un acuerdo de paz con el Gobierno de entonces. La pareja se encontró, huyeron juntos, se escondieron, y sufrieron persecuciones, torturas y operativos en medio de la violenta Colombia de los 80 y 90.

También está la historia de Fabiola y Librado, una mujer que durante casi tres décadas lloró a su esposo —escolta de uno de los magistrados que murieron en la toma del Palacio de Justicia en 1985— en la tumba de sus victimarios.

De igual forma está la historia de Arelys Henao, una cantante de música popular víctima de la violencia, que se liberó del reclutamiento forzado a punta de canto, y la historia de cuento de hadas de Josephine y Anderson: ella una mujer que creció en la realeza sueca, y él, un bailarín de capoeira de una de las violentas comunas de Medellín.

“El amor es afrodisiaco porque hace sobrevivir en medio de la guerra”, dice De La Torre. “Afrodisiaco es poder sobrevivir”, reitera.

Este libro y estas crónicas del amor en medio de la guerra, son evidencia de que el amor es salvador, y, como dice Franco en el prólogo, “solo nos queda el amor” y solo quienes creen en él “se han salvado del horror”.