(CNN) – Si bien los humanos no pueden regenerar sus extremidades amputadas como lo hacen las salamandras, sí tienen una capacidad “similar a la de una salamandra” para regenerar los cartílagos dañados, según un nuevo estudio.
El estudio, publicado el miércoles en la revista Science Advances, encontró que “el cartílago en las articulaciones humanas puede repararse a sí mismo a través de un proceso similar al utilizado por criaturas como las salamandras y el pez cebra para regenerar las extremidades”, dice un comunicado de Duke Health, que ayudó a liderar la investigación.
Estos hallazgos podrían abrir la puerta a nuevos tratamientos para las lesiones y enfermedades de las articulaciones como la osteoartritis, y tal vez incluso conducir a la regeneración de un miembro humano algún día.
Las salamandras, el axolotl y otros animales con habilidades regenerativas tienen un tipo de molécula llamada microARN, que ayuda a regular la reparación del tejido articular. Los humanos también tenemos microARN, pero nuestro mecanismo para la reparación del cartílago es más fuerte en algunas partes del cuerpo, según el estudio. Por ejemplo, las moléculas de microARN son más activas en nuestros tobillos y menos activas en nuestras rodillas y caderas.
“Nos emocionó saber que los reguladores de la regeneración en la extremidad de la salamandra también parecen ser los controladores de la reparación del tejido articular en la extremidad humana”, dijo el profesor e investigador de Duke Ming-Feng Hsueh en el comunicado de prensa. “Lo llamamos nuestra capacidad de ‘salamandra interior’”.
El estudio también encontró que la “edad” del cartílago, es decir, si las proteínas han cambiado de estructura o han sufrido conversiones de aminoácidos, depende de su ubicación en el cuerpo. El cartílago es “joven” en los tobillos, “de mediana edad” en las rodillas y “viejo” en las caderas. Esta correlación se alinea con cómo los animales se regeneran más rápido en las puntas más lejanas de sus cuerpos, como las colas o las puntas de las patas.
Estos factores, el nivel de actividad del microARN y la edad del cartílago, explican por qué las lesiones de tobillo sanan más rápido que las lesiones de rodilla y cadera, y hay menos casos de artritis en el tobillo en comparación con las otras dos áreas.
Los científicos saben desde hace años que los humanos tienen algunas capacidades regenerativas: cuando se amputan las puntas de los dedos de los niños, la punta puede regenerarse cuando se trata correctamente. Pero se creía ampliamente que estas capacidades eran limitadas y que los humanos eran “incapaces de contrarrestar el daño acumulado” en sus articulaciones, según el estudio, lo que estos nuevos hallazgos refutan.
Esto tiene implicaciones potencialmente enormes para atletas o personas con lesiones en las articulaciones. El microARN podría inyectarse en las articulaciones o convertirse en medicamentos que previenen o revierten la artritis, según el estudio. En el futuro más lejano, podría incluso “establecer una base para la regeneración de la extremidad humana”.
El siguiente paso es descubrir de qué reguladores carecen los humanos que tengan las salamandras, y luego ver si es posible “agregar los componentes que faltan”, dijo la profesora de Duke, Virginia Byers Kraus, una de las autoras principales del estudio.
Una vez que se identifican los componentes que faltan, podrían combinarse con microARN para crear un “cóctel molecular” destinado a regenerar miembros enteros, según el estudio.
“Creemos que una comprensión de esta capacidad regenerativa ‘tipo salamandra’ en humanos, y los componentes críticos que faltan en este circuito regulador, podría proporcionar la base para nuevos enfoques para reparar tejidos articulares y posiblemente extremidades humanas completas”, dijo Kraus.