Es evidente por qué los diseñadores contemporáneos buscan evocar las artesanías tradicionales mexicanas y arte popular en sus colecciones.
Los bordados de colores brillantes y los trabajados abalorios demuestran un oficio transmitido de generación en generación, mientras que las formas tienen un significado que va mucho más allá de los estampados modernos.
En la reciente Mexico Fashion Week (Semana de la Moda de México) en la Ciudad de México, los diseñadores destacaron su colaboración con los artesanos locales, mostrando vestidos bordados y prendas con emblemas y motivos históricos.
Eran prendas creadas con técnicas modernas, pero con una tradición centenaria detrás. La diseñadora Lydia Lavín, por ejemplo, trabajó con artesanos de la comunidad huichol, un grupo indígena de la cordillera de la Sierra Madre Occidental de México, para crear vestidos adornados con bordados y abalorios.
La marca, que se lanzó en 2004, ha cultivado asociaciones con más de 3.000 artesanos de 14 comunidades indígenas en todo México.
“Lo más importante es poder entender la forma de pensar de los artistas y todos los rituales, la importancia de preservar las técnicas y mostrar al mundo lo que pueden hacer”, dice Lavín.
En la colección de Sandra Weil se mezclaban métodos tradicionales de Oaxaca, un estado mexicano famoso por sus tradiciones textiles, bordados a mano y materiales tejidos hechos en telares de cintura. Las piezas bordadas incluían representaciones del ave del paraíso, una flor nativa de México.
No solo buscó inspiración en México, sino que trabajó con artesanos con raíces en Venezuela, Colombia, Argentina y Perú. “Creo que tenemos una visión muy contemporánea de la herencia tradicional del bordado”, sostiene Weil.
Weil trabaja con un equipo de aproximadamente 16 personas cada temporada, incluidos varios artesanos locales. “Es muy gratificante retribuir a la economía y a la gente local que trabaja con nosotros”, afirma.
El mes pasado, mostró su colección en París por primera vez. “Creo que tenemos tantas cosas que aportar al resto del mundo que aún no se han visto en el mundo de la moda de alta gama”, dice. “Me siento muy honrada de ser una de las personas que comparten estas hermosas técnicas”.
“En México, los artesanos indígenas tienen una larga historia de colaboración no solo con diseñadores de moda sino también con creadores en general”, explica Tanya Meléndez-Escalante, curadora principal de educación y programas públicos en el museo del Instituto de Tecnología de la Moda de Nueva York.
Según Meléndez-Escalante, a principios del siglo XX, después de la Revolución Mexicana, el gobierno del país impulsó proyectos públicos para combinar la cultura pop y las bellas artes. “Un buen ejemplo es el trabajo de los muralistas mexicanos, que retrataron al México indígena en muchas de sus obras”, explicó.
“Los diseñadores de moda también participaron en este ímpetu … hubo diseñadores como Ramón Valdiosera que trabajaron con artesanos y muchos diseñadores fueron ávidos coleccionistas de textiles”, agregó.
Conocido como el “Rosa Mexicano”, Valdiosera no solo fue diseñador de modas sino también dibujante, autor y artista cuyo trabajo se deleitaba en el arte tradicional mexicano.
La casa de moda Pineda Covalin siguió con esta línea de celebración con su show en la Semana de la Moda de México, que se centró en los emblemas y diseños mexicanos. “El objetivo principal ha sido promover la riqueza mexicana y la cultura mexicana, no solo en México, sino en todo el mundo”, dice el cofundador Ricardo Covalin.
“Fue en 1996 cuando creamos la marca. En la situación global del mundo, México acababa de firmar un acuerdo de libre comercio con Norteamérica. Los mexicanos querían todo de afuera y se olvidaron de nuestras raíces, nuestra herencia. Y así comenzamos nuestra marca para sentirnos orgullosos de quienes somos como mexicanos”.
La colección primavera 2020 de este sello incorporó estampados aztecas y mayas, con un motivo recurrente de la calavera como referencia al Día de Muertos. La conclusión del show, por su parte, se inspiró en el ritual azteca Fuego Nuevo.
En ese momento se pidió a los asistentes que encendieran unas velas, mientras que los artesanos y diseñadores que trabajaron en la colección caminaban por la pasarela para hacer una reverencia. “Era importante que todos salieran y luego encendieran el fuego nuevo”, dice Covalin. “En el antiguo ritual, quemas las cosas viejas y luego enciendes un fuego pequeño y lo compartes con toda la gente”.
La incorporación a la industria de la moda del diseño indígena mexicano ha generado controversias: Tomemos, por ejemplo, la colección Resort 2020 de Carolina Herrera, que se basó en bordados de la comunidad Tenango de Doria de Hidalgo, así como en los chales asociados con Saltillo, en el estado de Coahuila.
El Ministerio de Cultura de México envió una carta a Herrera y al director creativo Wes Gordon, pidiéndoles que “expliquen públicamente sobre qué base (la marca) decidió usar estos elementos culturales, cuyos orígenes están documentados y cómo esto beneficia a las comunidades”.
Gordon supuestamente respondió que la colección “rinde homenaje a la riqueza de la cultura mexicana”. Otros dicen que fue un caso claro de apropiación cultural innecesaria dada la disposición de los artesanos mexicanos a compartir su experiencia.
Meléndez-Escalante enfatizó que los diseñadores que colaboran con artesanos indígenas deben respetar su aporte creativo. “Su creatividad es parte de la colección y son remunerados como iguales”, declaró.
Pero algunas colaboraciones pueden ser explotadoras, según Meléndez-Escalante, ya que hay diseñadores que utilizan artesanos “como mano de obra para producir bordados u otras técnicas para su colección”. No todos los artesanos indígenas reciben una compensación adecuada, agregó. “Muchos artesanos tienen que equilibrar la vida en el campo con la producción de su trabajo, por lo que el salario justo es de suma importancia para ellos”.
En opinión de Meléndez-Escalante, la mayoría de los diseñadores mexicanos no buscan explotar a los artesanos con los que trabajan. “Las artesanías tradicionales son parte del patrimonio artístico y cultural de México”, dijo. “Creo que los diseñadores buscan constantemente honrar nuestro pasado y presente, y estas colaboraciones se centran principalmente en el orgullo de quienes somos”.