(CNN) – Roger Stone, allegado desde hace muchos años de Donald Trump, fue declarado culpable este viernes de mentirle al Congreso y de otros cargos, en un caso que arroja nueva luz sobre la anticipación del presidente Donald Trump frente la publicación de los correos electrónicos demócratas en 2016 por parte de WikiLeaks.
Stone, un agente político, fue declarado culpable de los siete cargos que en su contra presentó el Departamento de Justicia, una victoria para la investigación del fiscal especial Robert Mueller. A Stone lo declararon responsable de cinco cargos por mentirle al Congreso, uno por manipulación de testigos y otro por obstrucción del procedimiento de una comisión del Congreso.
El veredicto marca una conclusión impresionante en uno de los juicios de más alto perfil que surgió de la investigación de Robert Mueller sobre la trama rusa en 2016. Un caso que empezó cuando Stone, uno de los partidarios más públicos de Trump, fue arrestado durante un allanamiento antes del amanecer, mientras la investigación del fiscal especial continuaba su rumbo y que desde entonces ha revelado gradualmente nueva información sobre la recepción positiva de la campaña de Trump a la interferencia extranjera en las elecciones de 2016.
Los fiscales le pidieron al juez que detuviera a Stone inmediatamente. Alegaron que violó su orden de mordaza y se comunicó con alguien de la prensa la noche de este jueves. La jueza Amy Berman Jackson declinó la solicitud, señalando que “lo liberará en sus condiciones actuales hasta la fecha de la sentencia”.
Stone no tuvo una reacción audible cuando se leyó el veredicto del jurado. Mantuvo su mano derecha firme en la mesa junto a él mientras miraba hacia adelante, lejos de su defensa y de la sala del tribunal. Cuando el jurado entró y todos sus integrantes dijeron que sí, Stone se puso las gafas. Sus movimientos fueron lentos y deliberados mientras tomaba un sorbo de agua a medida que cada miembro del jurado declaraba su posición.
Según los fiscales, Stone no entregó documentos al Congreso en 2017, mostrando que había intentado comunicarse con WikiLeaks el año anterior, y mintió sobre cinco hechos, ocultando su intento de utilizar intermediarios para obtener información que podría ayudar al entonces candidato Donald Trump en la carrera electoral contra Hillary Clinton.
WikiLeaks publicó en julio de 2016 correos electrónicos que fueron hackeados por los rusos en los servidores del Partido Demócrata, a lo que siguieron fragmentos de emails robados al jefe de la campaña de Clinton en octubre de ese año, lo que continuó hasta el Día de las Elecciones.
El juicio de Stone en una corte federal en Washington reveló hasta qué punto este viejo amigo de Trump estuvo en contacto directo con el entonces candidato y otros integrantes de campaña acerca de la publicación en WikiLeaks de los correos electrónicos hackeados a los demócratas en 2016.
Los fiscales argumentaron que las informaciones de los testigos, junto con los mensajes de texto, correos electrónicos y registros telefónicos de Stone, mostraron el interés del acusado en comunicarse con WikiLeaks acerca los documentos hackeados y en hablar con la campaña de Trump al respecto e incluso con el propio candidato. Los fiscales señalaron que Stone le mintió al Congreso por el deseo de proteger a Trump.
“Se vería realmente mal para su socio Donald Trump” si la verdad hubiera salido a la luz, aseguró el miércoles el fiscal Jonathan Kravis en su argumento final.
El equipo de defensa de Stone afirmó que su cliente no tenía ningún motivo para proteger al ahora mandatario cuando testificó en la Cámara de Representantes en 2017, porque Trump ya había ganado las elecciones y es el presidente de EE.UU.
El mandatario salió a la defensa de Stone este viernes, luego de que se emitiera el veredicto, llamándolo un “doble estándar como nunca antes se había visto en la historia de nuestro país”.
En los últimos meses, Trump ha sopesado perdonar Stone si resultaba condenado, de acuerdo a lo que han señalado múltiples personas familiarizadas con su pensamiento.
Varios de los aliados de Stone han presionado al presidente para que lo haga, pero también hay quienes le han aconsejado que perdonarlo sería una idea terrible en términos políticos, por lo que le han advertido lo contrario, relataron a CNN personas cercanas a la situación.
Estas discusiones ocurrían mientras el escenario todavía era hipotético. Ahora que un jurado federal ha condenado a Stone, no está claro cuál es la posición actual del presidente.
Entre los testigos del juicio estuvieron personajes del mundo de Trump, como el ex estratega de la Casa Blanca Steve Bannon y el exvicepresidente de la campaña Rick Gates, un colaborador clave en la investigación de Mueller. Los dos enfatizaron el interés de la campaña de Trump en los hackeos y filtraciones desde abril de 2016.
Durante el juicio, los fiscales revelaron varias llamadas telefónicas entre Trump y Stone, incluida una conversación de julio de 2016 sobre la que Gates testificó que el presidente y el acusado trataron la publicación planificada de los correos electrónicos hackeados a los demócratas.
En sus respuestas escritas a Mueller, Trump dijo que no recordaba sus conversaciones con Stone, ni las discusiones sobre WikiLeaks ni el ataque demócrata.
Los fiscales argumentaron que Stone, al no informar sobre los intentos de contactar a WikiLeaks, dejó a la Comisión de Inteligencia de la Cámara con un punto ciego en su investigación, lo que provocó que el informe final de este comité sobre la interferencia rusa en las elecciones fuera inexacto.
Kaitlan Collins de CNN contribuyó a este reporte.