(CNN) – El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmará el miércoles un decreto presidencial para interpretar el judaísmo como una nacionalidad y no solo como una religión, una medida que su gobierno cree que combatirá lo que perciben como antisemitismo en los campus universitarios, dijo un funcionario de la Casa Blanca.

El inminente decreto fue reportado primero por The New York Times.

Se trata de un decreto que le permitiría a Trump tomar medidas adicionales para combatir los sentimientos anti-Israel y los movimientos de despojo en los campus universitarios al exigir que los colegios y universidades traten esos movimientos como discriminatorios para mantener sus fondos.

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La medida activaría una parte de la Ley Federal de Derechos Civiles de 1964 que requiere que las instituciones educativas que reciben fondos federales no discriminen en función del origen nacional, según altos funcionarios del gobierno. El Departamento de Educación puede retener fondos federales de cualquier universidad o programa educativo que discrimine por motivos de raza, color u origen nacional, de acuerdo con la Ley de Derechos Civiles.

La religión no está cubierta en esa parte de la ley, por lo que la administración tendría que interpretar el judaísmo como una nacionalidad para potencialmente castigar a las universidades por violaciones a la norma.

Jared Kushner, yerno del presidente y asesor principal de la Casa Blanca, presionó a favor de la medida, según The New York Times.

La definición de antisemitismo será adoptada por el Departamento de Estado, cuya definición fue originalmente formulada por la Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto, dijeron altos funcionarios de la administración.

El decreto presidencial llega pocos días después de que varios grupos judíos criticaran a Trump por un discurso que pronunció el sábado ante una organización israelí-estadounidense. Los grupos lo acusaron de usar estereotipos antisemitas.

Hablando en la Cumbre Nacional del Consejo Estadounidense Israelí en Florida, Trump sugirió que muchos de los asistentes al evento son ricos y se dedican a los bienes raíces, y que su riqueza guiaría sus votos en las elecciones presidenciales de 2020.

“Muchos de ustedes están en el negocio inmobiliario, porque los conozco muy bien. Ustedes son matones brutales, no son buenas personas en absoluto. Pero tienen que votar por mí, no tienen otra opción”, dijo. El presidente también regañó a algunos judíos estadounidenses por no amar a Israel “lo suficiente”.

Trump recibió una crítica similar durante su campaña presidencial de 2016 cuando le dijo a un grupo de republicanos judíos: “No me van a apoyar porque no quiero su dinero”.

Y si bien Estados Unidos había pedido tradicionalmente una solución de dos estados para el conflicto israelo-palestino, Trump ofreció flexibilidad pública al respecto y apoyó al primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu.

El mes pasado, el gobierno de Trump anunció una importante revocación de la política de Estados Unidos sobre los asentamientos israelíes en la Ribera Occidental, rechazando una opinión legal del Departamento de Estado de 1978 que consideraba que los asentamientos eran “incompatibles con el derecho internacional”.

El anuncio, que rompe con el derecho internacional y el consenso, es el último de una serie de movimientos pro-israelíes de línea dura que probablemente inflamen las tensiones entre la administración Trump y los palestinos.

La revocación de la política fue aclamada por Netanyahu, quien enfrenta una posible acusación criminal en tres investigaciones de corrupción, además de estar involucrado en una lucha para seguir siendo el líder de Israel, después de unas elecciones no concluyentes.

Jennifer Hansler, Nicole Gaouette, Chandelis Duster y Jeremy Diamond de CNN contribuyeron a este informe.