(CNN) – Es posible que dentro de poco los niños dejen de usar por completo las alcancías para guardar sus monedas: con el giro hacia una sociedad sin dinero en efectivo, las mesadas y los ahorros están migrando al mundo digital.
Para reflejar esta tendencia, ha surgido una oleada de aplicaciones móviles de presupuesto dirigidas a los más pequeños en todo el mundo: GoHenry, Osper y Gimi, son solo algunas de ellas.
Estas apps ofrecen un servicio simple de administración de dinero para los niños, la mayoría de veces por una tarifa de suscripción mensual que pagan por los padres. Los padres pueden agregar dinero a las cuentas de sus hijos, establecer límites y controlar las transacciones, mientras que los menores tienen la posibilidad de elegir ahorrar su dinero o gastarlo con una tarjeta prepagada que funciona como una tarjeta débito. Las aplicaciones sugieren edades mínimas que van desde los seis hasta los nueve años para la tarjeta prepagada.
Por su parte, el banco digital Revolut está listo para unirse a este mercado con su próximo lanzamiento: Revolut Youth, para jóvenes de siete a 18 años. Los adultos que ya son clientes de Revolut podrán agregar a los niños como usuarios secundarios de su cuenta, cada uno con su propia tarjeta débito personal. Los padres pueden monitorear la cuenta del niño a través de su aplicación existente, mientras que los niños pueden descargar una versión diseñada específicamente para ellos. Las pruebas iniciales ya comenzaron, y se espera que la app dedicada a niños esté disponible en Gran Bretaña en el primer trimestre de 2020.
Gastar con responsabilidad
Las compañías detrás de las aplicaciones argumentan que en una sociedad que cada vez más ha dejado de usar el efectivo, sus herramientas pueden ser una manera valiosa de enseñarles a los más pequeño sobre el dinero.
Dos tercios de los adultos a nivel mundial son analfabetos financieros, según la Encuesta Global de Alfabetización Financiera de Standard & Poor’s, y uno de cada cuatro adolescentes no puede tomar decisiones simples sobre los gastos diario.
Estas aplicaciones tienen como objetivo superar estas brechas, asegurando que enseñan a los niños conceptos financieros como presupuestos, tasas de interés e ingresos.
Por ejemplo, la aplicación sueca Gimi –con 1,2 millones de usuarios alrededor del mundo– tiene frascos de ahorro virtuales donde los niños pueden depositar dinero, los padres pueden pagarles intereses a sus hijos mientras ahorran y hay una función de tareas, en la que los padres pueden retribuir con dinero a los niños cuando completen labores relacionadas con el hogar.
La cuenta está vinculada a una tarjeta prepagada que actualmente solo se encuentra disponible en Suecia, pero se espera que llegue otros lugares de Europa en 2020.
“El dinero en efectivo era la mejor manera de enseñar educación financiera porque es muy tangible y fácil de entender”, le dijo a CNN Business Philip Haglund, presidente ejecutivo de Gimi. “Ahora el dinero se transfiere a través de algún tipo de ciberespacio, que es algo realmente abstracto y difícil de entender para cualquiera”, añadió.
Haglund cree que esta aplicación puede enseñar hábitos de gasto responsable, mientras que las escuelas tienden a centrarse más en la teoría económica.
“No eres mejor a la hora de administrar dinero solo porque tengas un diploma en economía. Se trata más de la actitud y la relación que tienes con el dinero de tus padres cuando estás entre los 6 y 12 años”, explicó.
Pero Catherine Winter, directora de capacidad financiera del Instituto de Banca y Finanzas de Londres, advierte que, si bien las herramientas digitales pueden ayudar, debe haber un enfoque más estructurado de la educación financiera.
Esta disciplina debe “tener un tiempo de clase regular y dedicado, e idealmente debe enseñarse como una materia independiente”, dijo. “Los niños tendrían el contexto y la base adecuados para aprovechar al máximo las aplicaciones y su dinero”, insistió.
Una generación lucrativa
El crecimiento de la banca digital ha incidido en la forma como los padres de familia gastan su dinero de bolsillo, ya que uno de cada tres en Gran Bretaña lo hace digitalmente, según un informe reciente del sitio web de comparación financiera money.co.uk.
En general, se estima que los adolescentes entre los 13 y 19 años contribuyen con 1.700 millones de euros (2.000 millones de dólares) a la economía de Gran Bretaña cada año, según el informe Teenage Finance del proveedor de servicios financieros OneFamily.
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“Existe una gran oportunidad”, le dijo a CNN Business Aurelian Guichard, encargado del producto de Revolut Youth.
“Tenemos una aplicación para adultos… así podremos construir una transición de ser un usuario de Revolut Youth a ser un usuario normal”, indicó.
Esto puede traducirse en clientes de por vida, ya que según la Autoridad de Competencia y Mercados de Gran Bretaña, solo el 3% de los clientes personales se cambian a un banco diferente en cualquier año.
¿Incentivar el gasto o la deuda?
Una de las principales preocupaciones sobre las apps de dinero es que introducirlas a niños pequeños podría ayudar a fomentar hábitos irresponsables de gasto.
“Si los niños no cuentan con una buena base en su capacidad financiera, existe el riesgo de que las aplicaciones de dinero puedan entenderse como un juego más”, destacó Winter. “Existe el riesgo de que no aprendan sobre el valor real del dinero y puedan desarrollar malos hábitos monetarios”, advirtió.
Sin embargo, Haglund explicó que los niños están protegidos de esta situación ya que los padres pueden controlar sus hábitos de gasto y ninguno de los servicios ofrece un sobregiro para que los niños no tengan la posibilidad de endeudarse.
Además, es importante que los niños aprendan y cometan errores, sostuvo Guichard.
“Queremos ayudar a los niños y adolescentes a adquirir habilidades financieras para la vida, y cuanto antes lo hagan mejor, porque si va a cometer un error de 11 dólares a los ocho años, es mejor que hacerlo con 1.111 dólares cuando cuando tienes 28 años”, sostuvo.