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Nota del editor: David Bittan es abogado. Analista de temas políticos e internacionales. Columnista del diario el Universal de Venezuela. Ha participado en el Congreso Judío Mundial. Es miembro del American Jewish Committee y de la Federación de Comunidades Judías de España.

(CNN Español) – En medio de un proceso que, considero, debilitaría a Donald Trump —aunque no prospere—, como lo es el del “impeachment” o juicio político, y frente a desaciertos en su gestión, el presidente de Estados Unidos le da un golpe magistral a una de las formas de discriminación más antiguas de la historia: el antisemitismo.

Por medio de un decreto, Trump amenaza con quitarles presupuestos a las casas de estudio que se dedican a promover la demonización de Israel y a atacar a miles de estadounidenses en atención a su fe. Él ha señalado a las universidades: “Si quieren aceptar las tremendas cantidades de fondos federales que consiguen cada año, tienen que rechazar el antisemitismo”. Esto debería hacerse extensivo a todas las formas de discriminación.

Hay universidades que, interpretando de manera incorrecta la libertad de expresión, se han convertido en centros de soporte y promoción del odio más puro en contra del judaísmo. Algunas lo hacen fomentando los mal llamados bloqueos comerciales que al final no afectan una economía tan sólida como lo es la israelí, pero no dejan de ser discriminatorios, y se sabe que detrás de eso se esconden otros fines.

Es bueno recordar que el boicot y el ataque a Israel en Estados Unidos consigue soporte por medio de legisladores congresistas como Ilhan Omar y Rashida Tlaib, por ejemplo, cuyos mensajes están calando entre los jóvenes universitarios, que se alimentan hoy por estas señales de odio. Estas mujeres se olvidan de que, en el país de origen de sus padres, no podrían jamás expresarse en público o elegir su vestimenta; mucho menos habrían podido optar a un cargo público.

El fin próximo de estas campañas antisemitas es exclusivamente la de intentar deslegitimar a Israel; se olvidan de que ésta es la patria ancestral del pueblo jJudío, que no para de aportar a la humanidad ya casi por casi 4.000 años, que han sobrevivido a todos sus enemigos y hoy es la única democracia en el Medio Oriente.

El retiro de apoyo financiero a las instituciones que promueven el antisemitismo es una manera efectiva de combatirlo.

Hoy, a Mr. Trump le tengo que decir: ¡Chapeau! Tal y como decía Elie Wiesel: “Ante las atrocidades tenemos que tomar partido; (…) el silencio estimula al verdugo”.