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EE.UU.-China acuerdan la primera fase: ¿alivio permanente o temporal de las tensiones?
06:07 - Fuente: CNN

Nueva York (CNN Business) – El optimismo sobre un acuerdo comercial de “fase uno” entre Estados Unidos y China está empujando a las acciones a niveles récord en los últimos días del año. Pero los bancos de Wall Street todavía creen que el comercio es uno de los mayores riesgos para los mercados en 2020.

Ese asunto, que condujo a los mercados en 2019, parece difícil de sacudir.

Aunque las dos economías más grandes del mundo están cada vez más cerca de firmar un acuerdo preliminar, muchos inversores se muestran escépticos tras el enfoque de palo y zanahoria en el comercio este año.

Guerra comercial

La guerra comercial plantea dos riesgos, según los bancos de Wall Street.

Por un lado, Washington y Beijing solo han acordado hasta ahora un acuerdo de “fase uno”. Una vez que se firme este acuerdo, si eso ocurre, aún debe negociarse un acuerdo completo. Y con más conversaciones comerciales viene un riesgo prolongado de titulares negativos y amenazas arancelarias renovadas.

Una escalada de la guerra comercial podría conducir a un daño económico significativo, perjudicando en particular el gasto empresarial y el empleo, escribieron los economistas de Morgan Stanley en una reciente nota de análisis.

Aunque la guerra comercial con China es posiblemente el obstáculo más importante para el crecimiento global, Estados Unidos también acaba de amenazar con más aranceles para sus socios europeos. La cuestión de los aranceles automotrices en Alemania, por ejemplo, seguirá apareciendo el próximo año. El presidente Donald Trump también renovó la amenaza de los aranceles de acero y aluminio en Brasil y Argentina a principios de diciembre.

Por otro lado, los desarrollos comerciales también podrían sorprender a los mercados con notas positivas. Eso podría suponer un riesgo para los inversores que esperan un progreso más lento en las negociaciones.

Por ejemplo, los analistas de Bank of America dijeron en una nota reciente que un acuerdo comercial sustancialmente mayor podría hacer que su pronóstico para 2020 parezca conservador.

¿Recesión o rebote?

Los riesgos de recesión disminuyeron en la segunda mitad de 2019, pero la expansión de mayor duración en la historia de EE. UU. tendrá que llegar a su fin en algún momento. Después de una boyante tasa de crecimiento anual del PIB de 3,1% en los primeros tres meses del año, la economía se desaceleró a una tasa de 2% y 2,1% en los trimestres posteriores. Se espera que el crecimiento económico se desacelere aún más en 2020.

Al mismo tiempo, se espera que la manufactura global haya superado su punto más bajo. El sector se ha visto afectado por la guerra comercial, tanto a nivel mundial como en Estados Unidos, lo que pesó sobre la demanda y los precios de los materiales. Pero los datos han comenzado a mejorar, lo que podría ayudar a la subida de las acciones.

“El mejor entorno para las acciones es cuando el ISM [índice de manufactura] se ha deteriorado y ha caído por debajo de 50, pero luego cambia de rumbo y comienza a mejorar”, dijo Jonathan Golub, estratega jefe de acciones de Estados Unidos en Credit Suisse.

Un repunte en el comercio mundial y una reducción en la incertidumbre política podría darle a este mercado un impulso adicional. Los economistas de Morgan Stanley prevén que el crecimiento global mejore a comienzos de 2020, a pesar de que esperan que la recuperación se detenga.

Elección presidencial

La elección presidencial de Estados Unidos no ocurrirá hasta noviembre, pero es un riesgo político que los inversores estarán vigilando. Mucho depende del candidato demócrata que desafíe al presidente Donald Trump. Un demócrata más moderado podría reducir la incertidumbre política, dijeron los analistas de Bank of America.

Un candidato claramente inclinado hacia la izquierda podría representar riesgos para sectores específicos, así como para el equilibrio fiscal del país. La precandidata demócrata Elizabeth Warren, por ejemplo, propuso prohibir el fracking en su totalidad. Wall Street está seguro de que una administración Warren sería mala para las compañías energéticas.

Al mismo tiempo, Warren también podría ser mala para los negocios de los bancos y las empresas de inversión.

“Esperaría que se desarrollara un sentimiento de riesgo y que se afianzara a fines del verano o principios del otoño antes de las elecciones presidenciales de EE. UU., mientras los inversores ponen el riesgo político en el foco”, dijo John Herrmann, economista y director de estrategia de tasas de interés de MUFG.

Mientras tanto, los inversores se preguntan qué pasará con el estímulo fiscal en la próxima administración. Por ejemplo, los recortes de impuestos de Trump en 2017 impulsaron la economía y el mercado de valores en 2018, pero sus efectos ahora se han desvanecido.