Nota del editor: David Bittan es abogado. Analista de temas políticos e internacionales. Columnista del diario el Universal de Venezuela. Ha participado en el Congreso Judío Mundial. Es miembro del American Jewish Committee y de la Federación de Comunidades Judías de España. Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor.
(CNN Español) – El presidente Donald Trump presentó un programa denominado “Visión para la prosperidad”, con el que se pretende conseguir el fin del conflicto entre israelíes y palestinos, señalando que esta puede ser la última vez que los palestinos cuenten con un Estado bajo su propio control.
Trump intenta encontrar distintas opciones, tomando en consideración lo que ocurre en Palestina: la “tranquilidad” en la Ribera Occidental bajo el mando del Gobierno Autónomo Palestino y el arrebatado dominio de Gaza, ejecutado por el grupo terrorista Hamas.
La propuesta abraza muchos de los planteamientos israelíes. Sin embargo, sería errado verlo como un plan que le da todo a Israel y nada a los palestinos.
El plan destaca, entre otros, los siguientes puntos: Jerusalén sería parte unificada del Estado de Israel y el Estado palestino independiente tendría su capital en Jerusalén Oriental; Israel puede ejercer su ley en los territorios conquistados en la guerra de 1967; Israel podría anexarse el Valle del Jordán; ningún Israelí o palestino tendría que abandonar su casa; se exige a los palestinos el abandono de la fuerza, del terrorismo, así como reconocer a Israel como la nación del pueblo judío; Israel tendría que parar durante cuatro años todas las construcciones en la zona de Judea y Samaria, período establecido para las negociaciones; se propone que Israel reconozca a Palestina.
Con esta propuesta, aproximadamente el 97% de los palestinos en la Ribera Occidental quedaría incorporado en la parte palestina del territorio. La misma proporción regiría para los israelíes, quienes quedarían en territorio israelí en la Ribera Occidental.
Podría ser que los palestinos se sienten culpables de no haber conseguido la paz y pareciera que ahora les toca pagar un precio por ello. Hasta ahora muchos exigían renuncias a Israel; la cosa ha cambiado y se espera en esta etapa la “bendición” de Vladimir Putin.
Mahmud Abbas ha tratado de perro a Trump y llama a manifestaciones, rechazando la propuesta antes de verla siquiera; ahora esperemos ver lo que dicen los países árabes, que han ido demostrando últimamente, que los palestinos son cada vez menos importantes en sus agendas.
Hay dilemas de lado y lado. Sin embargo, cualquier iniciativa para la paz es y será siempre bienvenida.