(CNN) – Andrew Yang suspendió su campaña política el martes en Nueva Hampshire, poniendo fin a la carrera que hizo saltar al empresario de la oscuridad total a ser un contendiente demócrata respaldado por un grupo devoto conocido como Yang Gang (pandilla Yang).
“Si bien queda mucho trabajo por hacer, sabes que soy el chico de las matemáticas, y está claro por los números esta noche que no vamos a ganar esta carrera”, dijo Yang a sus seguidores en Manchester.
Continuó: “No soy alguien que quiera aceptar donaciones y apoyo en una carrera que no ganaremos. Y así, esta noche anunció que suspenderé mi campaña para presidente”.
Yang dijo que no tomó la decisión a la ligera, y que tenía toda la intención de permanecer en la carrera hasta el final. Pero dijo que estaba “convencido de que el mensaje de esta campaña no se verá fortalecido por mi permanencia en esta carrera durante más tiempo”.
El empresario dijo que su campaña “había superado a más de una docena de senadores, gobernadores y miembros del Congreso para convertirse en la fuerza más emocionante en toda esta carrera”.
“La Yang Gang ha cambiado fundamentalmente la dirección de este país y ha transformado nuestra política, y solo seguimos creciendo”, continuó Yang.
La decisión de Yang llega una semana después de un final decepcionante en Iowa, donde la campaña invirtió millones y pasó dos semanas en un recorrido en autobús camino a las asambleas. La inversión no funcionó: Yang terminó con solo el 1% de apoyo en Iowa y, después de abandonar el estado con recursos agotados, tuvo que despedir personal mientras buscaba recortar los costos de su campaña.
“Con una bola de cristal, podríamos no haber invertido tanta energía en Iowa, porque creo que esa falta de claridad posterior perjudicó a todos los aspirantes”, dijo Yang a CNN el día antes de las primarias de Nueva Hampshire. “Pero estamos entusiasmados por estar aquí en Nueva Hampshire”.
Pero, en Nueva Hampshire, Yang carecía del tipo de infraestructura que tenía en Iowa, lo que llevó a sus asesores a esperar otro final menos que estelar.
Incluso días antes de la primaria, los principales asistentes de Yang fueron sinceros sobre el futuro de la campaña.
“Si no nos mostramos mejor en Nueva Hampshire, habrá alguna reevaluación”, dijo un asesor de Yang, “especialmente si termina siendo el peor de los escenarios”.
Yang lanzó su campaña en 2017 con poca fanfarria. Yang le dijo a CNN que Incluso su familia, le preguntó “¿presidente de qué?” cuando les dijo que había decidido postularse para el cargo. Pero el empresario, al defender posiciones políticas únicas como un ingreso básico universal, programas de amplio alcance para abordar la automatización y la legalización de la marihuana, lentamente creó un devoto grupo de seguidores entre los demócratas liberales, los libertarios y algunos republicanos descontentos.
Si bien Yang superó lo que muchos expertos creían que lograría en las primarias demócratas, sus seguidores no pudieron impulsarlo más allá de Iowa y Nueva Hampshire, derrotas que frustraron en gran medida el ascenso del candidato.
Yang deja la carrera, sin embargo, con un nivel de poder en la política demócrata que nadie hubiera esperado cuando ingresó a la contienda. Los miembros de la Yang Gang –conocidos como Yangsters– están dedicados al empresario, lo que significa que los próximos movimientos de Yang en la primaria serán observados de cerca. Y muchos de los principales operadores demócratas, después de ver el ascenso de Yang, han dicho en privado que el empresario debería tener un papel futuro en la política demócrata o en una administración demócrata.
La campaña de Yang se definió por el estilo feliz del candidato: videos de él cantando en un coro de la iglesia, bailando al ritmo del “Cupid Shuffle” y surfeando sobre el público en eventos regularmente se volvieron virales, lo que ayudó a pulir su imagen de candidato simplemente feliz de estar con sus fans
También solía usar momentos de alto perfil para felicitar a sus oponentes. Cuando el exrepresentante de Texas Beto O’Rourke se retiró, antes de un debate demócrata en el que se habrían parado uno al lado del otro, Yang simplemente tuiteó: “Extraño a Beto”. Después de que Cory Booker no calificara para una etapa de debate, Yang usó otro momento de los debates para decirle al votante que “Cory volverá”, una acción que fue apreciada por Booker y sus principales asesores de campaña.
Esos momentos también le redituaron a Yang. El candidato y su equipo de operativos con sede en Nueva York, muchos de los cuales tenían poca experiencia política, convirtieron esos momentos virales en una serie de impresionantes lances de recaudación de fondos. El candidato recaudó US$ 2,8 millones en el segundo trimestre de 2019, US$ 10 millones en el tercer trimestre y US$ 16,5 millones en el cuarto trimestre, una serie de impresionantes lances que lo colocaron junto a varios pesos pesados demócratas.
Al igual que otros candidatos, sin embargo, gran parte de ese dinero fue dirigido a Iowa, donde Yang pasó más de dos semanas en un recorrido en autobús por todo el estado antes de las asambleas.
Ese esfuerzo dejó en claro que Iowa era crítico para Yang. Sus principales asesores sintieron que el candidato –porque llegó de la nada– necesitaba demostrar que podía superar las expectativas en Iowa o Nueva Hampshire para justificar la continuación de la campaña.
Es por eso que Yang gastó cientos de miles de dólares en anuncios en las últimas semanas de la campaña, esperando que el éxito en Iowa –que algunos definieron como quedar entre los cinco primeros– le daría credibilidad en futuras contiendas.
Esa credibilidad no se materializó en las dos primeras paradas.
Yang, hijo de inmigrantes de Taiwán que nació en Schenectady, Nueva York, en 1975, no tenía experiencia política antes de postularse para presidente. En octubre le dijo a CNN que las tres ocasiones que se postuló para puestos en el gobierno estudiantil había perdido.
Pero Yang, después de un breve período en un bufete de abogados a principios de la década de 2000, se convirtió en el director ejecutivo de una compañía de preparación de exámenes y luego comenzó Venture for America, una organización sin fines de lucro que conecta a los recién graduados universitarios con las nuevas empresas. Fue esa experiencia la que elevó el perfil de Yang en Washington; en 2015, el presidente Barack Obama lo nombró embajador de la iniciativa empresarial global.
Yang, como muchos candidatos insurgentes antes que él, se apoyó en los medios no tradicionales para llamar la atención. Se convirtió en un elemento básico en los podcasts no políticos, incluido un podcast de casi dos horas de duración con el controvertido comediante y personalidad de televisión Joe Rogan, donde su campaña dice que fue la primera vez en que ganó reconocimiento nacional.
Estaba claro al final de la campaña de Yang que su rápido ascenso, y los sacrificios que su familia había hecho para permitirle postularse para presidente, habían pesado sobre el candidato.
Días antes de las asambleas de Iowa, Yang reflexionó sobre cuán lejos había llegado su campaña.
“Amo a Iowa”, dijo. “Hacer campaña aquí durante los últimos dos años ha sido el viaje de mi vida. Estoy realmente contento de que va a determinar el futuro de nuestro país”.
El comentario causó que Yang se emocionara visiblemente y se cubriera la cara.
“Estaba reflexionando sobre cuán lejos ha llegado la campaña”, dijo Yang al día siguiente en Iowa. “La gente ha sido muy buena conmigo y con mi familia”.