CNNE 775654 - 200210095147-mobile-phone-innovation-file-super-tease

Nota del editor: Theodore S. Rappaport es el fundador de NYU WIRELESS, un centro de investigación multidisciplinario que incluye áreas de conocimiento de ingeniería, ciencias de la computación y medicina, con su sede central en la Escuela Tandon de Ingeniería en la Universidad de Nueva York. Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor.

(CNN Español) – El sector inalámbrico ha revolucionado cómo trabajamos, cómo jugamos, y no sorprende que la 5G haya capturado la atención de todos. Ya en algunas ciudades, y en todo el mundo, las velocidades de transmisión por fibra óptica se cuelan invisibles en nuestros bolsillos, trayendo televisión, imágenes 3D y nuevas aplicaciones con las que nunca soñamos en nuestros dispositivos móviles.

Mientras los proveedores de telefonía celular y de equipamiento trabajan frenéticamente para construir la 5G, y el público espera ansioso su despliegue, investigadores en todo el mundo trabajan para producir la próxima generación inalámbrica mundial: la 6G.

¿Qué es la 6g? Nadie lo sabe bien todavía, y los organismos de normativas internacionales, conformados por cientos de empresas de todo el mundo, lo descifrarán en la próxima década. Pero trabajos en la Universidad de Nueva York muestran que para 2035, la 6G traerá la capacidad de enviar señales inalámbricas a la velocidad de la computación humana.

Apodado “conocimiento inalámbrico” por los investigadores, la 6G podría significar que la inteligencia humana podría finalmente ser enviada instantáneamente por el aire. Los robots a control remoto y las aplicaciones de inteligencia artificial con capacidades similares a las humanas podrían ser habilitados mediante teléfonos celulares de 6G.

Por medio del uso de frecuencias electromagnéticas por encima de los 95 gigahertz, los teléfonos futuros podrán utilizar masivos anchos de banda de canal y antenas altamente direccionales que otorgan una cobertura excelente y habilitan nuevas aplicaciones. Estas frecuencias, que son 20 veces más grandes que las frecuencias de telefonía celular de 4G actuales, y tres a cuatro veces más grandes que las nuevas frecuencias de 5G, fueron puestas a disposición el año pasado por la Comisión Federal de Comunicaciones para ser comercializadas.

Un posicionamiento y radiogoniometría precisos sumados a una detección e imágenes superiores, de la misma manera en que los humanos utilizan sus ojos para ver cosas con claridad tanto de cerca como a lo lejos, serán posibles con la 6G.

Las nuevas frecuencias en las bandas cercanas al terahertz transmitirán cálculos superrápidos a través de una amplia gama de frecuencias, haciendo posible que los teléfonos celulares futuros tengan capacidades muchísimo más grandes.

Por ejemplo, el teléfono 6G del futuro podrá probar el aire que lo rodea en busca de alérgenos, explosivos o químicos tóxicos y determinar si su comida es apta para ser ingerida. Le ayudará a ver en la oscuridad utilizando visión nocturna y representará imágenes mucho mejores de lo que puede ver el ojo humano. Así como un teléfono celular ha reemplazado a la cámara independiente y al reloj de pulsera para muchos, y comienza a reemplazar a la billetera, los teléfonos de 6G podrían llegar a reemplazar a los anteojos a través del uso de anteojos, que pueden funcionar también como auriculares, que tengan una capacidad increíble de representar imágenes y sonidos estereofónicos.

La investigación también muestra que los teléfonos 6G podrán ver del otro lado de paredes por medio del desarrollo de mapas de los entornos y combinando las señales recibidas del ambiente a través de antenas altamente direccionales y orientables en el teléfono. Esto podría ser útil si quiere saber si alguien está en la sala contigua a la suya.

Si eso no fuese suficiente, el teléfono 6G del futuro también brindará precisión de posicionamiento y rangos precisos que nos dejarán saber exactamente dónde estamos, con un margen de error medido en centímetros. Tal precisión será importante para pilotear vehículos robóticos y automóviles autónomos y hasta podría ser útil para colgar cortinas en su casa. Junto con estas características estará el típico video de alta definición y aplicaciones de realidad aumentada que aún no podemos ni imaginar.

Si bien muchas de estas ideas aún están en laboratorios de investigación de universidades y empresas que miran al futuro, hay mucha esperanza de que estas vayan a estar listas para el desafío en la era de la 6G (esperado alrededor de 2030).

Los países que lideren en la creación de estas nuevas capacidades tecnológicas tendrán una entusiasta ventaja de mercado internacional, razón por la que la investigación básica es un asunto de política nacional crítico. Países como China, Japón y Corea del Sur han convertido a la investigación de Tecnología de Información y Comunicaciones (ICT en inglés) en una prioridad nacional, y sus fortunas están aumentando con la 5G. Dada la importancia de la 5G, y el hecho de que Estados Unidos está perdiendo la ventaja en la carrera de estándares mundiales, creo que ahora es urgente de que el liderazgo estadounidense convierta al apoyo a la investigación de comunicaciones inalámbricas y a la ICT en una prioridad nacional.

Solo los países que inviertan en una investigación inalámbrica esencial en el ámbito académico e industrial tienen la oportunidad de crear y ser propietarios de la propiedad intelectual y de promover el talento de ingeniería que posibilitará la 6G. Es necesaria una gran iniciativa multimillonaria de investigación federal que aúna a las universidades estadounidenses y a la industria para crear una investigación fundamental y a empresas emergentes a fin de atraer al mejor talento de investigación para que trabaje en este futuro lucrativo, a la vez que se incentive a la gente joven a ir en busca de una educación y carreras que vayan a crear avances emocionantes. Las fortunas nacionales, igual que las amplias capacidades nuevas, estarán montados sobre las ondas de radio de la 6G.

(Traducción de William Montes)