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¿Podría el coronavirus frenar el empuje de Joe Biden para lograr la candidatura presidencial demócrata?
04:23 - Fuente: CNN

(CNN) – La pandemia de coronavirus está alterando el calendario político de Estados Unidos, dejando de lado las campañas presidenciales y obligando a los estadounidenses a sopesar los riesgos para su salud si salen a votar.

En circunstancias sin precedentes, tres estados –Arizona, Florida e Illinois– celebrarán primarias este martes. Combinados, representan 441 delegados comprometidos, o el 11% de todos los delegados demócratas.

Un cuarto estado, Ohio, también estaba programado para votar el martes. Pero el gobernador republicano Mike DeWine, luego de que un juez rechazara su solicitud de retrasar las elecciones primarias hasta junio, anunció el lunes por la noche que la directora de salud de Ohio, la Dra. Amy Acton, ordenará el cierre de las urnas como una emergencia de salud pública.

“Durante este tiempo, cuando enfrentamos una crisis de salud pública sin precedentes, llevar a cabo una elección mañana obligaría a los trabajadores electorales y votantes a exponerse a un riesgo de para la salud inaceptable de contraer el virus”, dijo DeWine en un comunicado.

Las encuestas y los resultados de las primarios de 2016 sugieren que el exvicepresidente Joe Biden es el gran favorito sobre el senador por Vermont Bernie Sanders en el mapa de este martes. Si Biden arrasa en las tres primarias, podría obtener una ventaja insuperable, casi logrando la candidatura presidencial del partido.

Sin embargo, la crisis ha agregado un grado de imprevisibilidad a la contienda y las campañas de ambos candidatos no están seguras de qué esperar.

Aquí hay seis cosas que ver en las primarias del martes:

Caos en Ohio

Las primarias de Ohio parecían estar pospuestas cuando DeWine dijo el lunes que la nueva guía de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades para limitar las reuniones de 50 personas o más significaba que el estado no podía llevar a cabo con seguridad su primaria. Luego todo cambió cuando un juez rechazó el intento de DeWine de retrasar la primaria hasta junio. Después, a última hora del lunes por la noche, volvió a cambiar, ya que la directora de salud estatal de DeWine, la Dra. Amy Acton, emitió una orden especial para cerrar los centros de votación, declarándola una emergencia de salud pública.

Hasta el lunes por la noche, no estaba claro qué ocurrirá en Ohio.

DeWine aún no ha enfrentado críticas partidistas por sus acciones. Pero las medidas de último momento en una situación que se desarrolla rápidamente, y su decisión de eludir el fallo de un juez, ha creado incertidumbre sobre lo que Ohio hará a continuación.

El secretario de estado de Ohio, Frank LaRose, quien respaldó la medida de DeWine, dijo en CNN el lunes por la noche que buscará el martes trasladar oficialmente la primaria al 2 de junio, contando las boletas en ausencia que ya se hayan devuelto, extendiendo la ventana para que otros puedan solicitarlo, y permitiendo la votación en persona ese día. No estaba claro de inmediato qué obstáculos legales podría enfrentar ese plan.

¿Aparecerán los votantes?

La Casa Blanca aconsejó a todos los estadounidenses que eviten grupos de más de 10 personas, lo que podría ser difícil para los centros de votación el martes. Algunos estados han cerrado ciertos lugares de votación, especialmente aquellos en hogares de ancianos, dejando a los votantes decidir dónde ir en el último minuto.

Todo podría sumarse a una menor participación electoral el martes de lo que otros estados han experimentado. Si un grupo demográfico –como los votantes mayores, que han respaldado abrumadoramente a Biden y corren el mayor riesgo por el coronavirus; o los votantes más jóvenes, que pueden haber abandonado los campus universitarios donde están registrados– se ve afectado de manera más significativa, podría impactar en los resultados en lugares clave.

Arizona y Florida podrían no verse tan afectados como Illinois. La gran mayoría de los votos de ambos estados se emiten anticipadamente o por correo.

En Illinois, el gobernador demócrata JB Pritzker tomó una decisión diferente a la de DeWine en Ohio. Pritzker dijo a periodistas el lunes que cada lugar de votación tendría desinfectante para manos y que las máquinas de votación serían limpiadas después de cada votación emitida.

“Me siento bien con la decisión de que las elecciones continúen mañana”, dijo.

¿Se mantiene la coalición de Biden?

En las últimas dos semanas, Biden ha demostrado una inmejorable coalición de apoyo: los afroamericanos, los votantes de los suburbios y las mujeres blancas de clase trabajadora lo respaldan abrumadoramente sobre Sanders, mientras él está luchando contra el senador por Vermont para alcanzarlo entre los hombres sin educación universitaria.

Ese electorado lo hizo avanzar en Michigan la semana pasada y, de continuar así, podría funcionar en Illinois de manera similar el martes.

La ventaja de Sanders con los latinos podría ser silenciada en Florida, donde sus comentarios anteriores en los que alaba el régimen cubano de Fidel Castro por sus esfuerzos de alfabetización podrían resultar perjudiciales y la mayor parte de votantes mayores en el estado le daría a Biden una clara ventaja.

Arizona podría ser la mejor oportunidad de Sanders para ganar el martes, pero incluso parece ser una posibilidad remota de acuerdo con encuestas recientes.

Si el martes sigue de acuerdo con el plan de Biden, el miércoles por la mañana su campaña anunciará que su liderazgo en el número de delegados sería casi insuperable para Sanders en las contiendas restantes.

¿Qué señales enviará Sanders?

Sanders podría estar camino a un martes difícil.

Los tres estados que votarán son lugares donde Hillary Clinton lo derrotó en 2016. Y en Florida, la exsecretaria de Estado casi duplicó la votación del senador por Vermont, con una victoria del 64% frente al 33%.

Si Sanders pierde los tres estados, la forma en que responda podría decir mucho sobre cómo actuará en el resto de las primarias. ¿Reducirá el senador sus ataques a Biden y sentará las bases para su retirada? ¿O continuará con la misma agresividad que mostró en el debate del domingo por la noche?

Sanders, después de ese debate, planteó preguntas sobre si las elecciones primarias del martes deberían continuar a medida que se propaga el coronavirus, una declaración que implica que podría estar buscando una manera de minimizar sus resultados y extender la batalla en las primarias.

“Pienso en algunas de las personas mayores sentadas detrás de los escritorios, registrando personas, haciendo todas esas cosas”, dijo. “¿Tiene eso sentido? No estoy seguro de que así sea”.

Elegibilidad a la vanguardia

El presidente Donald Trump ha acechado la competencia primaria demócrata desde el principio, con preguntas sobre la elegibilidad para conducir la carrera durante más de un año.

Ahora, la respuesta de la Casa Blanca a la pandemia de coronavirus ofrece un recordatorio fresco, momento a momento, a los votantes demócratas (e independientes) de la elección que tienen ante ellos.

Los asesores de Biden creen que eso beneficia a su campaña. Y, al menos a corto plazo, hay alguna razón para creer que es verdad, ya que el exvicepresidente recibió repentinamente un doble impulso político: mostrar una de sus mayores fortalezas, que es ser presidencial, y evitar uno de sus desafíos más molestos, que es competir con Sanders por sus manifestaciones entusiastas.

No hay duda de que el brote global sin precedentes ha eclipsado la presunta marcha de Biden a la candidatura demócrata y ha quitado a la campaña parte de su impulso en las últimas dos semanas. Pero es una compensación que la campaña aceptará con gusto, si el terreno inexplorado ayuda a reenfocar la carrera en un enfrentamiento cara a cara con Trump.

La crisis casi con certeza le dio a Sanders más tiempo, y varios estados se apresuraron a retrasar sus fechas primarias, pero también está iluminando aún más al hombre de la Oficina Oval.

Si bien la mayoría de los demócratas apenas necesitaban un recordatorio de su deseo de derrotar a Trump, hay muchos votantes que todavía están evaluando al retador demócrata y a Trump. Y para Biden, eso parece ser una ventaja. Sin embargo, incluso los asesores políticos de Biden reconocen que la incertidumbre que ahora rodea a las elecciones significa que cualquier suposición desde el comienzo de la campaña apenas se aplica.

Las carreras presidenciales a menudo abordan temas muy diferentes de lo que comenzaron. ¿Cómo será noviembre? Es insensato adivinar.

Futuras elecciones en duda

El futuro de las primarias de este año más allá de las tres del martes es incierto.

El coronavirus tiene a los funcionarios electorales en todo el país tratando de descubrir cómo celebrar elecciones en persona mientras cumplen con las pautas de la administración Trump sobre reuniones de no más de 10 personas.

Las contiendas en Kentucky, Louisiana y Georgia han cambiado de fecha y los funcionarios electorales en otros estados han dicho que están monitoreando de cerca la situación.

Las implicaciones políticas son significativas. Se esperaba que Biden aumentara el puntaje cuando Georgia votara el 24 de marzo, y cuanto más se retrasen los estados favorables a Biden en el calendario, más fácil será para Sanders alargar las primarias.

La próxima contienda importante en el calendario es Wisconsin, el 7 de abril.