(CNN) – La pandemia del coronavirus ha sacado lo peor de algunas personas: aquellas que se niegan a cumplir el distanciamiento social o que viajan pese a correr el riesgo de transmisión.
Pero dos niños en Columbus, Ohio, han mostrado que en estos tiempos difíciles también podemos dar lo mejor de nosotros mismos. En el porche delantero de su vecina, quien está en aislamiento voluntario, realizaron un concierto improvisado para ella.
Cuando Taran Tien, de 9 años, y su hermanita, Calliope, de 6, escucharon que su vecina Helena Schlam se estaba aislando para protegerse del coronavirus, quisieron hacer algo especial por ella.
Schlam, una amante de la música clásica de 78 años, insistió en que no necesitaba comida. Entonces, la familia Tien encontró una forma diferente de ayudar.
Este lunes, los dos hermanitos, usando un traje y un vestido, tomaron sus violonchelos y se dirigieron al porche de su vecina, donde ejecutaron un concierto de música clásica solo para Schlam.
“Me encantó ver lo contentos que estaban todos”, le dijo a CNN Rebecca Tien, la madre de los niños.
“Fue uno de esos momentos en los que sientes que eres parte de algo increíble”, relató. “También fue una buena manera de recordar el valor de la conexión, especialmente en un momento como este, cuando todos se sienten desconectados. Solo saber que éramos parte de algo tan dulce, incluso por un minuto, significó mucho”, añadió la madre.
En un video, publicado en Twitter por otra vecina llamada Jackie Borchardt, se puede ver a los niños tocando música para Schlam mientras ella se mantiene a una distancia adecuada de ellos.
Durante 30 minutos, los niños tocaron música que iba desde un minueto de Bach hasta “Go Tell Aunt Rhody” para Schlam, quien no había salido de su casa en cinco días.
“Fue tan encantador”, dijo Schlam al diario The Columbus Dispatch. “Hacía un poco de frío, pero simplemente me puse un abrigo extra. Los niños son muy talentosos y fue muy divertido”, añadió.
Mientras el mundo está envuelto en el caos de una crisis de salud imprevista, estos niños son un recordatorio de que todavía nos queda mucho por dar.