Nota del editor: Roberto Izurieta es director de Proyectos Latinoamericanos en la Universidad George Washington. Ha trabajado en campañas políticas en varios países de América Latina y España y ha sido asesor de los presidentes Alejandro Toledo de Perú, Vicente Fox de México y Alvaro Colom of Guatemala. Izurieta también es analista de temas políticos en CNN en Español.
(CNN Español) – El hombre es un animal político, como decía Aristóteles. La política abarca todas las actividades de la vida pública de los ciudadanos y sus consecuencias invaden la vida privada, la seguridad, la educación y todos los aspectos de la vida, incluyendo la salud.
Por esta razón, mis últimos tres artículos han sido sobre la pandemia de coronavirus, como una contribución para facilitar a mis lectores el entender y sobrellevar esta crisis histórica mundial.
Hoy, el coronavirus nos hace sentir en carne viva las consecuencias de las decisiones de nuestros políticos en nuestra salud y supervivencia económica.
¿Deben los políticos saber también de pandemias?. No, no podemos esperar que nuestros políticos sepan todo lo que hay que saber de salud, economía, seguridad, etc. Pero sí debemos esperar de ellos que escojan bien a sus ministros y asesores; que sepan escucharlos y puedan leer sus reportes e informes.
Lamentablemente, muchas veces votamos por candidatos populistas (Donald Trump, Andrés Manuel López Obrador, Jair Bolsonaro, Boris Johnson) porque nos dicen lo que queremos oír, porque tienen la habilidad (o quizás simplemente el cinismo) de hacernos creer que lo malo que ocurre es culpa de otros, que apenas los votemos todo estará estupendamente. Y cuando las cosas van mal, siempre pueden recurrir a decir que esas son noticias falsas (fake news). Estos líderes populistas tienen en común su reacción inicial de escepticismo y negación de la pandemia, contradiciendo a sus propios expertos y a los científicos del mundo entero. Su apuesta irresponsable no ha surtido efecto, pero contribuyó al retraso en las medidas de prevención en sus países y eso, en una pandemia, lo pagamos todos.
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Como decía en mi primer artículo de la serie, vendrá (y creo que pronto) el tiempo de repartir responsabilidades. No acuso a populistas irresponsables de causar la pandemia, pero estoy convencido de que haber negado su gravedad durante tantas semanas como lo hicieron ellos (con el apoyo de cadenas como Fox News), hizo más difícil enfrentar esta pandemia con la preparación básica necesaria, y eso se paga. Los estados y localidades donde los gobernadores son republicanos son aquellos cuya población ha incumplido la cuarentena. Una posible explicación es que, una vez que la gente asimiló el mensaje de escepticismo sobre la pandemia, ha sido mas difícil convencerlq.
Aún falta mucho por ver sobre las consecuencias de esta pandemia en América Latina. Una de las terribles características de este reto ha sido la poca capacidad mundial de realizar las pruebas necesarias y oportunas (Corea del Sur ha sido un ejemplo positivo). Algunos países de nuestra región han sido muy activos en buscar las medidas de contención del virus, pero no todos enfrentan este reto con una situación macroeconómica similar. A muchos les sorprendió esta pandemia y sus consecuencias económicas ya con serios problemas. Considero que presidentes como Alberto Fernández de Argentina o Iván Duque de Colombia han hecho un excelente trabajo. Para Alberto Fernández no habrá sido fácil convocar a la unidad (por ahora, a costa del silencio de Cristina Kirchner). Espero y aspiro que los históricos esfuerzos de ellos y de sus ciudadanos den frutos lo más rápido posible: bien merecidos.
Una de las grandes incógnitas de este virus es que no sabemos aún a ciencia cierta cómo influye el clima en su propagación. Sin duda, la densidad poblacional y la circulación de sus habitantes serán factores determinantes para establecer los lugares más afectados. .
Personalmente antes pensaba que la recuperación económica podría ser tan rápida y fuerte como fue su caída en estas semanas. Hoy temo que lo más probable es que sea más gradual, aunque aún estoy convencido de que iremos más rápido a la recuperación que en la crisis financiera de 2008.
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Estimar ambas cosas, el desarrollo de la pandemia y las consecuencias económicas, son centrales para poder estimar las consecuencias en la política. Luego de meses en los que millones deben buscar empleo y tienen mucha presión económica, me es difícil pensar que noviembre será un buen escenario para Donald Trump. Por supuesto, Trump cantará victoria, dirá que siempre respondió y actuó prontamente frente a esta pandemia; pero es muy difícil recibir el apoyo popular (aún pasando un primer momento de unidad y respaldo) cuando la situación económica de las familias es muy difícil. En general, en esos escenarios, la gente busca un cambio.
¿Sobrevivirán todos los gobiernos de la región a estos retos? ¿Será la prueba de la enorme incompetencia de algunos? En política, sobre todo cuando no hay transparencia, mucho logran ocultar, interpretar y hasta tergiversar; pero si hay algo que es trágicamente mucho más difícil es ocultar los muertos.