Nota del editor: Carlos Alberto Montaner es escritor y analista político de CNN en Español. Sus columnas se publican en decenas de diarios de España, Estados Unidos y América Latina. Montaner es, además, vicepresidente de la Internacional Liberal. Las opiniones expresadas aquí son únicamente suyas. Ver más artículos de opinión en CNNe.com/opinion.
(CNN Español) – Hasta el coronavirus tiene aspectos positivos. Por ejemplo, hay una lucha planetaria contra la pandemia que debilita las tendencias nacionalistas que se observan en el mundo.
Uno de los aportes más sustanciales lo ha hecho y lo hace Israel. El pequeño Estado del Medio Oriente, que solo posee 20.000 km cuadrados, poblado por aproximadamente 9 millones de personas, ha dicho presente.
Según la nota del Ministerio de Asuntos Exteriores, distribuida por los consulados, “cientos de laboratorios israelíes han tenido la iniciativa de buscar soluciones en varios y variados campos. Desde medicamentos, tratamientos y vacunas, hasta medios matemáticos para predecir la propagación de la pandemia”.
A la cabeza de las investigaciones está el Instituto Científico Weizman, que tiene diversos departamentos como Inmunología, Ciencias Biomoleculares y Química Orgánica, y utiliza desde ratones de laboratorio hasta camellos para buscar soluciones a la crisis.
¿Qué buscan los israelíes? Lo que buscan todas las naciones: modos rápidos y económicos de detectar el coronavirus, medicinas para curarlo e identificar a quienes lo han padecido. Pero con una ventaja extra: muchas de las investigaciones servirán para enfermedades futuras.
Por ejemplo, el catedrático Jusam Jaik, del departamento de Ingeniería Química del Tecnionm hace varios años creó una “nariz electrónica” capaz de “oler” las enfermedades.
En ese momento la “nariz electrónica” serviría para detectar la tuberculosis y un tipo de cáncer.
Según explica él mismo, “cada enfermedad tiene su huella química en la respiración y se puede detectar con la combinación de un sistema de sensores químicos y de inteligencia artificial”.
Los socios chinos de Jaik, presumiblemente los que fabricarán los aparatos y le pondrán un precio de cientos de dólares, de manera que estén al alcance de cualquier bolsillo, han “entrenado el sistema” para que identifique con 95% de certeza a los portadores del covid-19, aún antes de que se manifiesten los síntomas.
Lo he dicho antes en un largo ensayo: al mundo entero le conviene la existencia de Israel. Es como tener un think-tank de primer nivel sin que nos cueste un céntimo.