Nota del editor: Gonzalo Frasca tiene un doctorado en Videojuegos y es diseñador en el estudio pedagógico DragonBox, donde crea videojuegos para que los niños aprendan matemáticas. También es catedrático de Videojuegos de la Universidad ORT. Las opiniones expresadas en este artículo corresponden exclusivamente al autor.
(CNN Español) – No soy epidemiólogo ni investigador en vacunas. Así que pensé que este mes de aislamiento iba a ser un relativo descanso. Me equivoqué. Y mucho.
Desde hace décadas investigo académicamente los videojuegos y actualmente trabajo en dos empresas noruegas, DragonBox y Kahoot!, creando aplicaciones para aprender matemáticas. Nunca, jamás, ni en mis sueños más locos habría imaginado que mis especialidades iban a ser requeridas durante una crisis global.
Sin embargo, estas semanas no he parado de asesorar a padres y periodistas, tanto sobre apps de aprendizaje como de actividades lúdicas para sobrellevar estos momentos de tensión.
Siempre me preguntan lo mismo: cuál app recomiendo para que los niños puedan aprender en casa durante la cuarentena.
Y mi respuesta siempre es la misma: una app de música.
Creo firmemente que hay productos tecnológicos que pueden ser de gran ayuda para los niños en esta crisis. ¡Justamente, mi trabajo es crear ese tipo de apps! Y por supuesto que las recomiendo.
¿Entonces por qué propongo empezar con una app de música? Porque nos permite bailar.
“¿Bailar? ¡Pero yo quiero que mi hija aprenda gramática y geografía!” me responden sorprendidos muchos padres. Y por esto es importante entender que el aprendizaje escolar solo cubre una parte limitada de lo que los niños de hoy necesitan.
Nuestros hijos están constantemente aprendiendo y sacarán grandes lecciones (buenas y malas) de este período de confinamiento. Aprenderán de nosotros sobre cómo lidiamos con la incertidumbre, con el desempleo y con la angustia. Aprenderán sobre nuestra solidaridad con los adultos mayores, con los que menos tienen, con quienes nos alimentan y cuidan. Aprenderán sobre quiénes somos realmente y seguirán nuestro ejemplo.
El baile nos puede ayudar a todos con estos aprendizajes.
Bailar es una excelente forma de hacer ejercicio físico en un espacio reducido. Los humanos no sólo aprendemos viendo y leyendo: también aprendemos en movimiento. Esto lo tenía muy claro el filósofo griego Aristóteles, quien pensaba y enseñaba mientras caminaba.
Bailar también colabora con la salud mental pues nos hace sentir bien. La combinación entre la música y el movimiento libera hormonas que mejoran nuestro ánimo.
Bailar puede ser una actividad que involucre a toda la familia al mismo tiempo, lejos de sus distracciones y preocupaciones. Desde la época de las cavernas, los humanos bailamos en los lugares donde nos sentimos seguros.
Muchos adultos mayores están solos y aislados, lejos de sus nietos. Bailar por videoconferencia con ellos es una gran manera de ayudarlos y mantenerlos integrados a la vida familiar.
Y agrego que no importa realmente si somos buenos o malos bailarines, esto no es un concurso. Yo soy particularmente torpe, tal como demuestra una amplia colección de videos caseros que no, no voy a compartir aquí. Pero disfruto mucho al hacerlo, en parte porque bailar también es una gran oportunidad para reírnos de nosotros mismos.
Por todo esto, les propongo a las familias que aprovechen esa app maravillosa que ya está en sus teléfonos y computadoras e incorporen el baile a su rutina cotidiana.
Al hacerlo, daremos una importante lección a nuestros niños: al miedo y a la incertidumbre, los enfrentamos unidos, en familia. Y si es con ritmo y alegría, todavía mejor. ¿Listos para bailar?