(CNN Business) – La victoria del presidente de EE.UU., Donald Trump, por convencer a Rusia y Arabia Saudita de reducir la producción de petróleo parece excesivamente prematura.
Los precios del petróleo de Estados Unidos cayeron otro 8% este viernes y terminaron en 18,27 dólares por barril, su punto mínimo en 18 años. En un momento, el crudo descendió a los 17,33 dólares por barril, el precio más bajo desde noviembre de 2001.
El desplome acelerado en el mercado petrolero refleja la comprensión de que los recortes récord en la producción de la OPEP no son ni cercanamente suficientes para compensar el gran colapso de la demanda por cuenta de la crisis del coronavirus.
El petróleo se disparó a 28,34 dólares por barril el 3 de abril, después de que Trump dejara entrever que Arabia Saudita y Rusia harían recortes masivos en la producción. Luego de que la OPEP finalmente accedió a esa disminución el fin de semana pasado, Trump agradeció al presidente de Rusia, Vladimir Putin, y al rey Salman de Arabia Saudita por resolver su reciente guerra de precios.
“Esto salvará cientos de miles de empleos en el sector energético en Estados Unidos”, publicó Trump en Twitter el domingo.
Sin embargo, el petróleo ha renovado su remate en los últimos días y su valor ha caído un 36% durante las dos semanas siguientes a ese pico del 3 de abril. Desde que alcanzó los 63,27 dólares por barril a principios de enero, el crudo estadounidense ha perdido un sorprendente 71% de su valor.
Sin embargo, la liquidación del viernes fue un poco extraña. Mientras que los precios del petróleo en Estados Unidos cayeron, el crudo Brent –el punto de referencia mundial– aumentó modestamente.
Aunque el contrato de abril para el petróleo estadounidense se desplomó, el contrato futuro de mayo se mantuvo bien. El contrato de abril expira a principios de la próxima semana.
Analistas señalan que esta gran brecha entre los contratos podría continuar durante todo el año porque el mundo se está quedando rápidamente sin espacios de almacenamiento tradicionales para el petróleo. Esta situación obligará a las compañías petroleras a acumular barriles en lugares más costosos, incluyendo barcos. Y cuanto más amplia sea la extensión, más económicas serán estas opciones alternativas para guardar el crudo.
“Hasta que se eliminen las medidas de confinamiento y se comiencen los recortes de producción, el mercado debe encontrar un hogar para estos barriles”, señaló Ryan Fitzmaurice, estratega de energía de Rabobank. “Para hacer eso, debes incentivar a las personas a ser creativas con el almacenamiento”, indicó.
Los barriles se han estado acumulando a un ritmo sin precedentes, lo que aumenta el riesgo de que pronto el mundo se quede sin espacio para almacenarlos todos. El número de barriles de crudo en el almacenamiento comercial se disparó durante la última semana a la mayor cantidad hasta ahora registrada, según un informe de la Administración de Información Energética de Estados Unidos a principios de esta semana.
“A ese ritmo, la capacidad de almacenamiento estará a tope en un futuro no muy lejano”, sostuvo Fitzmaurice.
La pesadilla de la oferta y demanda continúa
Uno de los principales problemas es que a pesar de que la OPEP llegó a un acuerdo histórico, los efectos de la guerra de precios del petróleo aún persisten. Los barriles siguen fluyendo hacia Estados Unidos, inundando el mercado.
El promedio móvil de siete días en las exportaciones de las naciones centrales de la OPEP y Rusia aumentó 3,5 millones de barriles por día durante abril en comparación a marzo, según ClipperData.
Al mismo tiempo, la demanda se ha ido por el precipicio. Las medidas de distanciamiento social provocaron que muchos vuelos de pasajeros se suspendieran, además de obligar a a las personas a trabajar desde sus hogares y que las fábricas han cerrado. Eso significa que hay menos apetito por la gasolina, el combustible para aviones y otros productos derivados del petróleo.
El petróleo por debajo de los 20 dólares es una pesadilla para las compañías estadounidenses de petróleo de esquisto de alto costo, especialmente las que se endeudaron para pagar proyectos de perforación que ahora no son económicos. Muchos se verán obligados a cerrar la producción, dando un duro golpe al auge petrolero estadounidense.
Rystad Energy estimó recientemente que 140 productores de petróleo de EE.UU. podrían declararse en bancarrota este año si el petróleo se mantiene en los 20 dólares por barril, seguidos de otros 400 en 2021. Eso provocaría la desaparición de innumerables empleos.