(CNN) – Muchas personas están luchando con la amenaza del covid-19. Existe el miedo al virus, las preocupaciones sobre la economía y el impacto financiero de un confinamiento prolongado, así como la pérdida de una vida supuestamente normal que todos solíamos dar por sentado.
Los jugadores profesionales de fútbol no son inmunes. Esta semana, FIFPRO –la única organización que representa a nivel global a futbolistas profesionales– publicó los resultados de una nueva encuesta que muestra que el porcentaje de jugadores que informan síntomas de depresión se ha duplicado.
Durante las últimas tres semanas, FIFPRO encuestó a más de 1.600 jugadores en países que implementaron medidas drásticas de confinamiento.
Se encontró que el 22% de las mujeres y el 13% de los hombres informaron síntomas consistentes con un diagnóstico de depresión, mientras que el 18% de las mujeres y el 16% de los jugadores masculinos tuvieron síntomas consistentes con un diagnóstico de ansiedad generalizada.
Para la consultora de desempeño mental Dra. Tiffany Jones, la única sorpresa es que los números no sean más altos. A medida que los atletas de todo el mundo están cruzados de brazos, ella ha debido apurarse para tratar de ayudarlos a superar un período de continua incertidumbre.
“La salud mental en esto se está volviendo evidente”, le dijo a CNN. “Los atletas obtienen una sensación natural al practicar deporte. Es el equivalente a inyectarse heroína por primera vez, por lo que no tener los elementos fisiológicos y psicológicos del deporte está creando problemas de salud mental”.
La Dra. Tiffany Jones ha tenido que ser creativa, establecer videollamadas con sus clientes, ayudar con entrenamientos virtuales e incluso competir en rompecabezas: cualquier cosa para probar e imitar la sensación que produce el deporte.
“No es lo mismo, pero les digo que competir es un músculo. Si no se usa, se atrofiará. Les digo que si no quieren competir, eso es un problema”, afirmó.
“Después de competir con un rompecabezas de 100 piezas, ellos son como ‘¡Gracias a Dios, extrañaba eso!’”.
Las razones de la ansiedad son múltiples, pero no le sorprende que las mujeres la estén padeciendo más que los hombres.
Las atletas mujeres tienen una carrera más corta y obviamente también hay una preocupación financiera. Por ejemplo, algunos de los jugadores con los que la médica trabaja en el equipo de Barcelona.
“Los hombres dijeron que devolverían el 50% de su salario y pensé ‘bien por ellos’ y luego descubrí que las mujeres tenían que hacer lo mismo”, indicó.
“¡Bueno, el 50% de US$ 15.000 a US$ 30.000 no es lo mismo que 15 o 30 millones!”, añadió.
“Quería morirme”
La Dra. Jones tiene cuidado de no caer en los estereotipos, pero anecdóticamente, sobre este asunto, encontró que es verdad.
“He hecho que mis atletas lleven un diario y escriban sus miedos e inseguridades. Cuando leo a las mujeres, ellas están preocupadas por los demás y lo que esto significa a nivel mundial. Mientras que los hombres generalmente están preocupados por sus familiares directos, sus carreras y qué significa esto para ellos”, agregó.
Si bien muchos jugadores de fútbol apenas están asimilando la idea del autoaislamiento, aquellos que previamente han sufrido de depresión saben precisamente lo difícil que esto puede ser.
En el invierno de 2017, el jugador sueco Anton Olsson se encontró solo. La emoción de ganar el ascenso a la tercera división se evaporó rápidamente cuando el entrenamiento se detuvo y algunos de sus compañeros más cercanos abandonaron la ciudad.
“Éramos solamente mis pensamientos y yo”, le contó a CNN. “Quería morirme”.
Los problemas de Olsson surgieron del hecho de que su identidad en la vida se basaba casi totalmente en el fútbol. Sin eso y la estructura que proporcionaba, estaba perdido.
“Siempre me he visto como futbolista, pero tu autoestima fuera del fútbol puede ser débil. Cuando estás solo, comienzas a dudar de ti mismo como persona”, aseguró.
“Simplemente piensas que eres realmente malo porque no estás entrenando. Crees que no eres tan bueno en el fútbol, no eres tan bueno en tu trabajo o no eres tan bueno con tus amigos o no tienes el departamento más grande o las mejores relaciones, cada pensamiento negativo se está haciendo realidad”.
“Sentí que no me amaban”
Olsson le dijo a CNN que había identificado el método para quitarse la vida y describió un sombrío período de 24 horas cuando el mundo se derrumbó a su alrededor.
“No salí, no me importaba nada, ninguna relación, no me importaba mi perro. No me importaba lo que estaba comiendo. No veía un significado en mi vida. Sentí que era malo en todo”, recordó.
“Sentí que no era amado, que no tenía amigos, que no era bueno en el fútbol y que no era bueno en el trabajo. Simplemente me empujé más y más, hasta el punto en que estaba sentado en el suelo, con una manta sobre mí, y simplemente lloraba. No quería vivir”.
Olsson pudo encontrar una salida a la oscuridad y está eternamente agradecido con su mamá, papá y hermano por haberlo guiado. Tras encontrar la valentía para hablar de eso públicamente, quiere ayudar a otros jugadores de fútbol que podrían necesitar ayuda desesperadamente. Él considera que el problema está muy extendido.
“Está en todos los clubes en todos los niveles”, dijo. “Tal vez dos o tres casos en cada equipo”.
Sin embargo, el el estigma persiste.
“La gente tiene miedo de hablar sobre eso, teme que el entrenador diga ‘Él es débil, no es confiable, y no podemos tenerlo en el mediocampo hoy porque va a ser una batalla dura en el campo’”.
La clave para Olsson y para cualquiera como él es comenzar a hablar.
“Cuando te sientes realmente mal, solo quieres que algo golpee tu puerta, salude y salir a tomar un café”, dijo.
“Ahora no se puede golpear puerta por el confinamiento, entonces llámalos y habla. Y si ves que necesitas algo más, busca ayuda profesional”, insistió.
Olsson asegura que debes pensar en tu mente como si fuera cualquier otra parte del cuerpo. “Si tengo una lesión en la rodilla, iré al mejor médico que pueda encontrar. Haz lo mismo con tu cabeza, con tus sentimientos, con tus emociones, con tus problemas mentales”.
Entrenadores en riesgo
Los resultados de FIFPRO son reveladores y deberían ser motivo de preocupación, pero puede haber otro grupo en el deporte que sea aún más vulnerable a las consecuencias del virus: los entrenadores.
La doctora Jones dice que están luchando, “porque no saben cómo apoyar a sus equipos y sus atletas y si no tienen una filosofía de entrenamiento sólida, están expuestos”.
También hay un aspecto técnico: hasta hace solo unos meses, el entrenamiento se realizaba en el campo, cara a cara. Ya no.
“Algunos no saben cómo ser virtuales. He descubierto que son los entrenadores y su personal los que se preocupan más”, agregó.
Sin embargo, puede haber algún tipo de lado positivo en la nube del covid-19. Olsson piensa que el aumento demostrable en casos de depresión es algo bueno.
Le comentó a CNN que ayudaría a los jugadores de fútbol a darse cuenta de que no están solos, que hay otros que sufren como ellos y que tal vez el estigma disminuya.
Y si la Dra. Jones quiere sonreír, todo lo que tiene que hacer es mirar el contenido de las redes sociales de sus clientes.
“El número de atletas que tienen perros durante este tiempo es destacado. ¡Un cachorro! ¿Qué vas a tener de 10 a 15 años? ¡Son como ‘Tengo que hacer algo para darme vida! ’ Quiero decir, supongo que lo que sea que necesiten para sobrellevarlo”.