(CNN) – La pandemia de coronavirus resalta cualquier número de desafíos que enfrenta el país, desde la presión que ejerce sobre nuestro sistema de atención médica hasta el delicado estado de nuestra economía y los peligros de vivir en una comunidad global conectada.
Uno de los desafíos menos publicitados, pero de gran importancia que en medio de la pandemia de coronavirus ha surgido (o resurgido) es el gran problema de desinformación que enfrenta el país.
En una nueva encuesta del Centro de Investigación Pew, el 50% de los estadounidenses dijo que les resulta “difícil” distinguir lo que es verdad de lo que no lo es cuando se trata de la pandemia, mientras que el 49% describe ese proceso como “fácil”.
Dos tercios de los encuestados (64%) dicen que han visto “algunas” (48%) o “muchas” (15%) noticias sobre el coronavirus que les parecen inventadas. Casi 4 de cada 10 (38%) admiten haber escuchado algo sobre el virus que creían que era cierto, pero luego se enteraron que era falso.
No hay duda de que parte de esta confusión se debe al hecho de que el covid-19 es una enfermedad completamente nueva, lo que explica no solo por qué es una amenaza para tan importante para la salud, sino también por qué la información y los hechos al respecto parecen fungibles.
(¿Recuerdas, por ejemplo, la sabiduría convencional de que usar máscaras era innecesario a menos que estuvieras enfermo o si eras un profesional de la salud? Sí, bueno. Eso ya cambió)
Pero también es difícil no ver el papel del presidente Donald Trump en las luchas de las personas para discernir la ficción de la realidad en todo esto del nuevo coronavirus.
Todavía a diario, Trump habla públicamente a través de ruedas de prensa del grupo de trabajo sobre coronavirus o en alguna otra aparición sobre el virus y en torno a la lucha que su administración está haciendo contra este.
Y consistentemente, dice cosas que no son ciertas o constituyen exageraciones importantes de hechos conocidos. Entre las afirmaciones que Trump ha hecho sobre el virus están estas:
* Que Estados Unidos lo tenía “muy bajo control”
* Que Estados Unidos había hecho más pruebas para detectar el coronavirus que todos los demás países importantes del mundo “combinados”
* Que la hidroxicloroquina estaba demostrando ser efectiva para tratar el virus
* Que una vacuna para el coronavirus no estaba lejos
* Que inyectarse (o consumir) desinfectante podría ser una opción de tratamiento contra el coronavirus.
Hay más, muchas más afirmaciones. Y lo que es realmente aterrador no es solo que Trump diga estas cosas sino que hay una cámara de eco conservadora que los repite y amplifica, con poco o ningún contexto o verificación de hechos.
Eso sin mencionar el hecho de que sabemos que los actores extranjeros malignos (Rusia, China) están profundamente interesados en crear caos en el sistema político estadounidense a través de la difusión de la desinformación utilizando herramientas en internet y fuera de él.
O los teóricos de la conspiración que empujan sus narrativas falsas usando varios métodos en internet.
El punto es que se está volviendo cada vez más difícil, incluso para alguien que presta atención a las noticias, distinguir los hechos reales de la ficción. Y cuando hablamos de un virus altamente transmisible sin una vacuna o inmunidad de rebaño, eso se convierte en una realidad potencialmente mortal.