Nota del editor: Wesley K. Clark es general retirado del Ejército y excomandante supremo aliado de la OTAN en Europa, fue candidato a la nominación presidencial demócrata en 2004 y es analista militar de CNN. Las opiniones expresadas en este comentario son suyas. Ver más opinión en CNNE.com/opinión.
(CNN) – Estimado Sr. presidente:
Este miércoles (mayo 6), su administración habló de reducir el grupo de trabajo sobre coronavirus y ahora usted dice que continuará indefinidamente. ¿Estará en las reuniones y sesiones informativas? ¿O hablará por separado y socavará o contradirá a sus expertos?
Muchos de mis colegas militares han tratado de ayudar, y todos entienden que usted no acepta críticas, e incluso las sugerencias son mal recibidas. Pero Estados Unidos necesita un liderazgo real ahora, y otros en todo el mundo también nos están mirando. Entonces, como alguien que ha pasado la mayor parte de su vida liderando, estudiando o enseñando liderazgo, ¿puedo ofrecer respetuosamente algunas observaciones que puedan ser útiles? ¿Y puedo hablar con franqueza? Esta podría ser su última oportunidad para hacer bien las cosas.
Primer punto, los líderes tienen que inspirar confianza. No viene automáticamente con la oficina. Tiene que conseguirla por su rendimiento. El público debe ver y creer que sus deberes públicos son lo primero, antes que cualquier otro interés: negocios, amigos o incluso familiares. ¡Y en el caso de esta emergencia médica, antes que su reelección, también! Cuando uno está pendiente de las encuestas y las manifestaciones, está socavando la confianza y la fe del público en su liderazgo.
Otra cosa sobre la confianza: tenga cuidado con lo que dice. Cualquier declaración que luego se demuestre falsa, dañará su reputación. No deje escapar observaciones y posibilidades, sabemos que solo estaba pensando en voz alta sobre el blanqueador y los desinfectantes, pero cada declaración que haga será juzgada. Esa es la carga del liderazgo. Uno no puede estar cambiando lo que dice, y, sinceramente, usted sería el primero en señalar eso en un oponente. No se puede liderar sin la confianza de la gente.
Segundo, los líderes deben tener una estrategia y un plan para posicionarse. Tiene toda la razón al reconocer que, en última instancia, tenemos que poder reabrir la economía. Y nos dio una estrategia bastante buena para reabrir el país mientras esperamos la vacuna, pero parece que está socavando su propia estrategia al alentar a los manifestantes a que presionen por una apertura más temprana. ¿Por qué sabotear su propia estrategia? A menos que esté haciéndolo para tener buenos “números” para su reelección. Por supuesto, esto se remonta al tema de la confianza.
Sr. presidente, si trata con éxito la crisis del covid-19, probablemente obtenga la reelección. En cambio, si empuja prematuramente la apertura de la economía, y Estados Unidos se tambalea hacia picos repetitivos del virus, es probable que no sea reelegido. Entonces, primero lo primero.
Tercero, los líderes aceptan sus responsabilidades. Usted es el funcionario electo con el cargo más alto del país: toda la rama ejecutiva trabaja para usted, y cualquier cosa que hagan o digan es, en última instancia, su responsabilidad. Nadie espera que sea perfecto, pero como señala el famoso letrero en el escritorio de Harry Truman: “la responsabilidad es suya”. Admita algunos errores o reconozca que sus proyecciones u opiniones han cambiado y explique por qué. Si esquiva las responsabilidades ahora, no podrá reclamar crédito cuando ganemos esta lucha. Y, por cierto, deje de culpar a sus predecesores, eso lo hace lucir de poca monta y seguro que no quiere eso.
Cuarto, no se espera que los líderes de alto nivel lo sepan todo, pero se espera que traigan a los expertos adecuados y aprovechen sus conocimientos. Sus expertos constantemente esquivan y reelaboran sus declaraciones públicas. Es obvio que los tiene al borde de la intimidación y el miedo. Tiene todo el poder, no necesita liderar de esa manera. Cuando le brinden información inexacta o proyecciones refutadas, reemplácelas y haga que rindan cuentas. Pero de lo contrario, póngalas al frente para discutir los tecnicismos, y no choque, corrija o se ponga por delante de ellos en público.
Quinto, en tiempos problemáticos, los líderes muestran empatía. Las pérdidas estadounidenses ya son chocantes en términos personales, y muchas de estas pérdidas se encuentran entre sus partidarios entre la clase trabajadora. Estas personas tienen familias, seres queridos, amigos y colegas que esperan su empatía, y si tienen la sensación de que estas pérdidas no son más que un “número que se interpone en el camino de su reelección”, lo responsabilizarán personalmente. Muestre empatía todos los días, visite a las familias, hable con los médicos y las enfermeras en la primera línea, consuelo, consuelo, consuelo, eso es lo que exige el liderazgo.
Sexto, los buenos líderes reúnen a sus equipos. Hasta cierto punto, ha creado un nuevo modelo político para un EE.UU. moderno, basado en la sobrealimentación de su base, a expensas de otros en el electorado, así como en la entrega de los “bienes” en términos de jueces, desregulación y recortes de impuestos. Funcionó lo suficientemente bien como para que lo eligieran y para que el dinero entrara en su campaña electoral. Pero en esta crisis, como decimos de donde vengo: “ese perro no cazará”, o sea, que esa excusa no servirá. Ahora tiene que liderar un país, no ganar una elección, y lo sabe. Estados Unidos, cada uno de nosotros, es su “equipo”, ya sea para mantener la distancia social, impulsar soluciones innovadoras o ayudar a trabajar la logística del envasado de carne o suministrar mascarillas, sin importar si son demócratas o republicanos.
Por favor, no busque más enemigos, porque lo único que hace es perjudicarnos a todos. Si bien el gobierno federal confía correctamente en los estados para una evaluación y respuesta a las condiciones locales, esta es su oportunidad de ir más allá del partidismo y unir al país. Detenga la insulsa competencia con esos gobernadores demócratas, lo debilita totalmente a usted y a su administración. Podría ser mucho más efectivo si los incorporara a su equipo y construyesen respeto mutuo.
Séptimo, los buenos líderes cumplen su función dando el ejemplo. Entonces, si quiere que las personas usen mascarillas, use una. La visita de Honeywell el martes fue buena, pero le restó mérito al no usar públicamente un tapabocas. Y, por supuesto, la prensa sacó provecho, porque creen que es uno de esos líderes de “haz lo que digo, no lo que hago”, y eso nos lleva al tema de la confianza nuevamente.
Octavo, los buenos líderes conservan la entereza, al menos en público. No permiten que se vean sus miedos, resentimientos o enojo: se trata del control. En privado, seguro, se enojan, curan las heridas sobre su orgullo e intentan aprender de cada evento y comentario para seguir adelante. Como solíamos decir en el Ejército, “no lleves el corazón en la manga”, donde se lastima y golpea constantemente. Así que, por favor, deje de responder a cada comentario ofensivo, eso puede funcionar para obtener seguidores en Twitter, como entretenimiento, pero no es una forma efectiva de liderar.
Entonces, Sr. presidente, sé que este consejo suena duro y doloroso, pero usted es un estratega astuto, un hecho que sus oponentes a menudo no entienden. También es un negociador capaz, como lo demostró recientemente al hacer un trato por el recorte de 10 millones de barriles por día en la producción de petróleo. Y es fuerte y resiliente. Esas son todas buenas cualidades. Pero no puede ser un líder efectivo sin un autoexamen implacable y doloroso. Tómelo o déjelo, después de la debida consideración.
Mi objetivo al escribir esto es ayudarlo, porque hoy, Estados Unidos y, de hecho, todo el mundo, necesita liderazgo, y aunque a algunos no les guste, usted es el hombre. ¡TODOS lo necesitamos en su mejor versión posible!
Sinceramente,
Wesley Clark