(CNN) – José Núñez Romaniz tenía la misión de comprar calcetines para su abuelo. Acababa de ayudarlo a encontrar los correctos en Internet, después de que el anciano no pudiera encontrarlos en en las tiendas físicas.
Nuñez, de 19 años, solo necesitaba depositar dinero en su cuenta bancaria para realizar la compra por Internet. Cuando fue a hacer el depósito, hizo un descubrimiento sorprendente, y lo que hizo a continuación le valió elogios y un poco de fama en la ciudad más poblada de Nuevo México.
Nuñez condujo hasta un cajero automático afuera de una sucursal bancaria de Wells Fargo el domingo por la mañana a solo dos minutos de su casa en Albuquerque para hacer el depósito.
Mientras estacionaba su camioneta junto al cajero, vio una bolsa de plástico transparente en el suelo. Era una “pila de 30 centímetros” de billetes de US$ 50 y US$ 20, dijo.
“No sabía qué hacer. Estaba soñando”, le dijo Nuñez a CNN. “Estaba en estado de shock. Estaba mirándome a mí mismo y solo pensaba: ‘¿Qué debo hacer?’”.
Nuñez dijo que nunca consideró quedarse con el efectivo, pero todo tipo de pensamientos salvajes pasaron por su mente. ¿Era esto algún tipo de truco? ¿Alguien iba a detenerse detrás de él y secuestrarlo?
Con el banco cerrado ese domingo, Nuñez llamó a la Policía de Albuquerque. Llegaron dos agentes y el joven entregó el dinero.
Los policías contaron el dinero en efectivo en la estación: un total de US$ 135.000.
La Policía de Albuquerque entiende que el dinero fue dejado por error fuera del cajero automático por un subcontratista del banco que estaba destinado a suministrar efectivo a la máquina, dijo el policía Simon Drobik.
“Este dinero podría haber hecho una increíble diferencia en su vida si hubiera tomado el otro camino, pero eligió … el camino de la integridad e hizo lo correcto”, dijo Drobik, portavoz de la policía de Albuquerque.
Cuando se le pidió un comentario sobre las acciones de Nuñez este jueves, el portavoz de Wells Fargo, Tony Timmons, le dijo a CNN que se remitiera al proveedor que presta servicios a los cajeros automáticos.
CNN ha dejado un mensaje a ese proveedor en busca de comentarios.
‘Escuchaba las lecciones de sus padres en su cabeza’
Nuñez, un estudiante universitario que vive en casa y ayuda a sus padres a cuidar a sus dos hermanos menores, dijo que su familia proviene de “orígenes humildes”, y que nadie de su familia ha estado cerca o ha visto toda esa cantidad de dinero.
El hombre dijo que mientras miraba el dinero en efectivo, esperando que llegaran los policías, podía escuchar las lecciones de sus padres en su cabeza.
“Mis padres siempre me enseñaron a trabajar por mi cuenta. El dinero robado nunca te duraría, en ningún momento”, recordó Núñez sobre lo que su madre y su padre le habían enseñado.
Y para Nuñez, que proviene de una familia latina muy unida, había una fuerza que lo guiaba a portarse bien.
“Tenía la voz de mi madre y su ‘chancla’ en la parte posterior de mi cabeza”, dijo Nuñez. “La chancla” es una referencia a una amenaza a menudo real, a menudo humorística, de un azote con una chancla para mantener a los niños en el camino correcto.
José ha recibido algunos regalos de empresas
La integridad de Nuñez no quedó sin recompensa.
Funcionarios de la ciudad festejaron este jueves una ceremonia en honor a Nuñez afuera de la Academia de Policía de Albuquerque.
El jefe de Policía le entregó una placa e invitó a Nuñez, un estudiante de la Universidad Comunitaria del Centro de Nuevo México que tiene la intención de estudiar justicia penal, a solicitar un trabajo como asistente de servicio público en el Departamento de Policía, dijo Drobik.
ESPN Radio 101,7 FM de Albuquerque le entregó algunos recuerdos deportivos firmados que tenía en la estación, incluido un balón de fútbol autografiado por el exdefensa de la NFL y de la Universidad de Nuevo México Brian Urlacher.
La estación de radio le dio seis boletos para la temporada para el fútbol de la UNM, dijo el presidente de la estación, Joe O’Neill, quien había escuchado sobre la historia de Nuñez de un conocido de la Policía.
Y al menos tres negocios locales le entregaron a Nuñez US$ 500 cada uno, y uno de ellos, un restaurante, agregó una tarjeta de regalo de US$ 100, dijo O’Neill.
“Es la historia más genial… es increíble lo que hizo este chico”, dijo O’Neill.
En una entrevista con la estación de radio el jueves por la noche, Nuñez agradeció a las empresas y funcionarios que asistieron al evento y les dijo a los oyentes lo que ocurrió ese domingo. Recordó que la Policía llegó “en cinco minutos” después de que llamó.
Y sí, terminó lo que había comenzado para su abuelo.
“Regresé a casa y terminé mis compras en línea”, dijo.
Su madre está orgullosa
Los padres de Nuñez emigraron de México a fines de la década de 1990. Una vez trabajaron en campos agrícolas recogiendo cebollas. Su padre también pasó años trabajando como lavaplatos, cocinero y en construcción. Ahora la familia opera un pequeño negocio de venta de colchones.
Nuñez acaba de terminar su primer año universitario. Su sueño de la infancia es trabajar como investigador de escenas del crimen.
Nuñez dijo que llamó a su madre justo después de contactar a la Policía el domingo. Los policías de Albuquerque fueron a la casa de la familia y elogiaron a sus padres.
“Ella me dijo que hice lo correcto y que estaba orgullosa de mí”, dijo Nuñez. “Me llamó y casi comenzó a llorar”.