Representación artística de una anchoa de dientes de sable, que se cree que vivió hace 40 a 55 millones de años antes de su extinción.

(CNN) – Las anchoas que conocemos hoy en día son peces pequeños que comen plancton y que a menudo dan sabor a nuestras ensaladas César y pizzas.

Pero los registros fósiles muestran que las anchoas de antaño eran más impresionantes.

Un grupo internacional de investigadores informó recientemente de dos especies de peces que deambularon por los mares hace unos 40 a 45 millones de años. Las dos especies tenían colmillos que cubrían sus mandíbulas inferiores y un solo diente de sable en sus mandíbulas superiores, lo que sugiere que eran depredadores que cazaban peces más pequeños.

¿Sus parientes vivos más cercanos? Las anchoas.

“Este descubrimiento agrega una pieza importante a la imagen más amplia de la evolución de los peces y de cómo los ambientes marinos se transformaron en lo que vemos hoy en día”, escribió Alessio Capobianco, investigador de la Universidad de Michigan y autor principal del estudio, en un correo electrónico a CNN.

Los hallazgos fueron publicados este mes en la revista Royal Society Open Science.

Las anchoas de dientes de sable fueron una rama de las especies actuales

El equipo estudió dos especies de estas anchoas de dientes de sable utilizando fósiles. Una especie, llamada Clupeopsis straeleni, fue descubierta en Bélgica y había sido descrita por primera vez en la década de 1940. Tenía poco menos de medio metro de largo. La otra, llamada Monosmilus chureloides, fue descubierta en Pakistán y tenía aproximadamente un metro de longitud.

Las tomografías computarizadas realizadas en los fósiles revelaron la disposición única de los dientes, y también mostraron que las dos especies compartían muchas características anatómicas con las anchoas modernas.

“Esa fue otra gran sorpresa para nosotros, ya que todas las anchoas vivas son mucho más pequeñas que esas formas extintas y la mayoría de ellas están especializadas para comer plancton y tienen dientes muy pequeños”, anotó Capobianco.

Las dos especies no son ancestros directos de las anchoas, sino más bien una “rama del linaje que conduce a las anchoas que no sobrevivieron hasta nuestros días”, dijo Capobianco. De hecho, las anchoas de aspecto moderno probablemente ya existían mientras sus primos con dientes de sable nadaban en los mares.

“Sin embargo, debido a que la mayoría de las anchoas vivas se alimentan de plancton con dientes pequeños o sin dientes, el descubrimiento de las anchoas con dientes de sable plantea la pregunta: ¿los antepasados de las anchoas también tenían colmillos, eran criaturas que comían peces, y solo más tarde desarrollaron adaptaciones para una dieta con plancton?” formuló Capobianco. “¿O eran similares en hábitos a las especies vivas, y las formas de dientes de sable evolucionaron de los comedores de plancton?”

Un ‘experimento evolutivo fallido’

Hace aproximadamente 66 millones de años, una extinción masiva global aniquiló no solo a los dinosaurios, sino también a peces y reptiles depredadores. La pérdida de esas especies en los mares dejó una vacante en los ecosistemas marinos, explicó Capobianco, que varias especies intentaron llenar diversificándose y evolucionando hacia nuevas formas.

Algunas de esas especies de peces depredadores se convirtieron en animales que vemos hoy, como caballas, atunes y barracudas, aseguró. Otros, como las anchoas con dientes de sable, finalmente se extinguieron.

“Las anchoas con dientes de sable son un ejemplo perfecto de tales experimentos evolutivos fallidos: grupos de corta vida que no sobrevivieron hasta nuestros días con adaptaciones notables que no pueden predecirse sobre la base de especies vivas”, apuntó Capobianco.

Sin embargo, no está claro por qué las anchoas con dientes de sable se extinguieron, indicó Capobianco.

Una posible explicación podría haber sido la competencia con otros peces depredadores que sobrevivieron hasta nuestros días. Otra explicación sugiere que su extinción podría ser el resultado de cambios climáticos globales que han ocurrido desde que nadaron en los mares.

Pero no hay suficientes datos en este momento para saber.