En Washington D.C., el toque de queda ya entró en vigencia, pero aún hay multitudes de manifestantes en las calles, así como agentes de la ley que intentan retirarlos.
Hace solo unas horas, la capital nacional había sido el lugar del caos: la policía disparó gases lacrimógenos y balas de goma para expulsar a los manifestantes del Parque Lafayette, a solo unas cuadras de la Casa Blanca.
El golpe se escuchó claramente en el Jardín de las Rosas de la Casa Blanca, cuando el presidente Donald Trump dio una conferencia de prensa proclamándose presidente de la ley y el orden.
Ahora que cae la noche, la mayoría de los manifestantes parecen estar marchando pacíficamente, pero las tensiones siguen siendo altas, con un grupo arrojando piedras y rompiendo escaparates.
El alcalde condena las acciones de la policía federal: Muriel Bowser, el alcalde de Washington, DC, dijo en Twitter que las acciones de la policía federal en la Casa Blanca contra los manifestantes pacíficos habían sido "vergonzosas" y "sin provocación".